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Un homenaje de Google con alcance mundial para un Alejandro Dumas de talla mundial
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176 años de 'El conde de Montecristo'

Un homenaje de Google con alcance mundial para un Alejandro Dumas de talla mundial

A 218 años de su nacimiento, Google celebra con un 'doodle' a nivel global el día en que, hace 176 años, se publicó la primera entrega de 'El conde de Montecristo' en la prensa gala

Foto: El periódico 'Le Siècle', con una entrega de 'El conde de Montecristo' de Alejandro Dumas
El periódico 'Le Siècle', con una entrega de 'El conde de Montecristo' de Alejandro Dumas

Merci, Alexandre, por toda la emoción que has imprimido en los lectores.

Clásico de clásicos, y uno de los autores más venerados del siglo XIX, Alejandro Dumas es este viernes 28 de agosto el gran homenajeado para Google. El homenaje se tiñe de color y con forma de 'doodle' que, al contrario que muchos otros, sí tiene alcance mundial. Porque Dumas fue un escritor de talla mundial. Conocido por sus obras de capa y espada, como 'Los tres mosqueteros' —este, por cierto, junto a 'El conde de Montecristo', de los libros más leídos entre los presos de las cárceles en Rusia—, cuenta este francés con una prolífica carrera que sigue emocionand a todos los lectores. El 'doodle' de este día hace referencia a esa segunda obra, 'El conde de Montecristo', una pequeña versión ilustrada y sin 'spoilers' que se publicó por primera vez en formato entregas un 28 de agosto de 1844, hace ahora 176 años.

placeholder Primera entrega de 'El conde de Montecristo' en 1844
Primera entrega de 'El conde de Montecristo' en 1844

Fue en 'Le journal des débats' ('El diario de los debates'), donde fue publicándose en más entregas hasta su finalización en 1846. Entre medias, otros también lo hicieron, como 'Le Siècle', que también incluyó parte de la obra de Dumas entre sus páginas. Dumas, nacido como Alexandre Dumas Davy de la Pailleterie hace 218 años, optó por el apellido de quien había sido su abuela paterna, Marie-Césette Dumas, de ascendencia africana y esclava en la actual Haití, entonces el Santo Domingo francés. Fue su abuela la que le inculcó el placer por las historias, contándole las hazañas de su difunto padre como general.

Dumas se mudó a París en 1822, ciudad que lo vio convertirse en un consumado dramaturgo y donde alcanzó un brutal éxito con sus series de novelas, cargadas de acción. Aquí es donde hace aparición la famosa 'Los tres mosqueteros', de 1844, una de las obras que lo han convertido en uno de los autores franceses más populares del mundo. Sus libros se han traducido a más de un centenar de idiomas. A finales de la década de nuestros ochenta se descubrió una novela suya perdida hacía mucho tiempo en la Biblioteca Nacional de Francia, en la capital gala. 'Le chevalier de Sainte-Hermine' se publicó oficialmente en 2005 a título póstumo, y llegó a las estanterías de las librerías de España en 2007 de la mano de Planeta, a través de la editorial Emecé, y de La Campana, en castellano y en catalán.

'El caballero de Héctor Sainte-Hermaine', extraviada durante más de un siglo, fue hallada por un especialista en su obra, Claude Schopp. Del volumen se conservaban unas mil páginas y era anterior a ' El conde de Montecristo', aunque con muchas afinidades con este. El motor de la acción es una venganza, un motivo que siempre ha permitido al novelista dar mayor relevancia a las escenas de aventuras que tanto le gustaban. De esta forma, su caballero se verá envuelto en toda clase de gestas: en las persecuciones de Fouché, en las epopeyas napoleónicas, en un cara a cara con Nelson en la batalla de Trafalgar, en desventuras en Roma y Nápoles y con encuentros con personalidades como Josefina, Talleyrand o Chateubriand.

Cuenta Alejandro Dumas con cerca de 1.200 volúmenes publicados bajo su nombre, aunque muchas de ellos fueran en colaboración. Sus ingresos eran enormes, pero apenas suficientes para sufragar su extravagante modo de vida en los últimos años. Cuando murió, el 5 de diciembre de 1870, estaba prácticamente en bancarrota. Actualmente, sus restos reposan en el Panteón de Grandes, en una cripta junto a Émile Zola y Victor Hugo.

Merci, Alexandre, por toda la emoción que has imprimido en los lectores.

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