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130 años de la Torre Eiffel: historia del icono que ha vivido más de un siglo de prestado
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130 años de la Torre Eiffel: historia del icono que ha vivido más de un siglo de prestado

La Torre Eiffel de París se construyó en 1889 con motivo de la Exposición Universal que conmemoraba los 100 años de la Revolución Francesa y estaba pensada para durar 20 años

Foto: Torre Eiffel de París.
Torre Eiffel de París.

Es un ejercicio simple: cerrar los ojos, relajarse, y pensar en París.
El resultado es más que evidente: la Torre Eiffel.

Por encima del 'Pont des Arts' o la 'rue de La Hucheette', dos de los puntos clave de la ciudad en la novela de 'Rayuela', de Julio Cortázar, en el imaginario colectivo París, e incluso Francia, se encarnan en un único icono: una torre sostenida por cuatro pilares que alcanza los 324 metros de altura y bautizada como el ingeniero que la levantó; Eiffel.

Este "monstruo de hierro" o "esqueleto de atalaya", tal y como lo bautizaron algunos incluso antes de que fuese construido, pues ni al máximo emblema de la ciudad le faltaron detractores cuando se planteó, es sin duda el principal símbolo de la Francia moderna, tanto que, es difícil encontrar al viajero que hace parada en París y no se lleva una foto delante de la torre o incluso, un pequeño souvenir con miniatura de la torre a escala.

Más de siete millones de turistas visitan cada año esta torre parisina, y muchos lo hacen sin saber la historia que se esconde detrás de estas 18.038 piezas de acero que junto a dos millones y medio de remaches conforman el monumento de pago más visitado del mundo; un lugar por el que desde su inaguración, han pasado al menos 300 millones de personas de todo el mundo y que inmediatamente después de ser levantado, ya se había ganado los halagos del público.

796 días para 20 años

En el marco de la Exposición Universal, que conmemoraba en 1889 en París el primer centenario de la Revolución Francesa, los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier y el arquitecto Stephen Sauvestre diseñaron el proyecto de la torre, que acabó recibiendo el nombre de Eiffel gracias al ingeniero que finalmente acabó levantándola tras la realización de unos trabajos que duraron dos años, dos meses y cinco días, Alexandre Gustave Eiffel.

placeholder Gustave Eiffel en 1888 en una fotografía de Nadar
Gustave Eiffel en 1888 en una fotografía de Nadar

El monumento, que se ha convertido en un icono arquitectónico, solo estaba pensado para agunatar 20 años, por lo que en el momento de su construcción todo invitaba a pensar que sobre 1909 ya no quedaría ni rastro de la demostración de ingenio de Gustave Eiffel, un punto culminante de la arquitectura del siglo XIX y de la era industrial. Sin embargo, la aparición de la ciencia le salvó la vida y permitió que este 31 de marzo se pueda celebrar el 130 aniversario de su finalización.


Eiffel promovió distintos experimentos científicos en la torre y consiguió que, las primeras transmisiones radiográficas de París se realizasen desde ahí así como las de telecomuniaciones. De hecho, en 1898 se emitieron ondas de radio desde la torre hasta el Panteón, convirtiendo a la construcción de Eiffel en punto de emisión de la radio militar en 1903 así como de radio pública en 1925 y más tarde, con la llegada de la TNT, también para la televisión. Además, Eiffel, durante sus últimos años de vida se dedicó a experimentar desde la torre sobre la resistencia del aire y la utilizó como estación de observación meteorológica.

'Protesta contra la torre del Sr Eiffel'

La Torre Eiffel ha estado en el ojo del huracán desde que se ideó. Aunque ahora todos se pelean por visitarla, rodar en ella o incluso celebrar algún evento megaexclusivo en los restaurantes instalados allí, la realidad es que cuando el proyecto fue presentado en París los grandes nombres de las artes y las letras se mostraron contrarios al mismo e intentaron, sin éxito, ridiculizarlo a base de críticas feroces.

La contradicción que el diseño de Stephen Sauvestre causó entre pensadores y artistas del París de la época fue tal que el 14 de febrero de 1887 los detractores de Eiffel se unieron para protestar a través de un artículo publicado en el periódico 'Le Temps' en el que apelaban directamente al director de la obra, el Sr Alphand en el que en su propio nombre y en el del "gusto francés anónimo", así como el del "arte y la historia francesa amenazadas", mostraron su descontento con "la erección en pleno corazón" de la capital de la "inútil y monstruosa torre Eiffel, a la que la picaresca pública, a menudo poseedora de sentido común y espíritu de justicia, ya ha bautizado como Torre de Babel".

Foto: Foto: EFE.


El grupo de artistas firmantes, entre los que destacan Charles Gounod, Alexandre Dumas o Guy de Maupassant, señaló en el texto que la torre haría que todos los monumentos de la ciudad quedarían humillados y venidos a menos y calificaron al monumento de "odiosa columna de hierro forjado" cuya mancha perseguiría a París durante al menos 20 años.

Ante las críticas Eiffel tomó también la palabra en la prensa, y en una entrevista realizada el mismo día en el que los artistas habían publicado su protesta explicó que bajo su percepción, la torre tendría su belleza propia. "¿Porque nosotros somos ingenieros, creen ustedes que la belleza no nos preocupa en nuestras construcciones y que incluso al mismo tiempo que hacemos algo sólido y perdurable no nos esforzamos por hacerlo elegante? ¿Es que las auténticas condiciones de la fuerza no son siempre compatibles con las condiciones secretas de la armonía?", planteaba el ingeniero, que continuaba su discurso asegurando que los cuatro pilares de la torre darían una gran impresión de fuerza y belleza.

Eiffel aseguró en su respuesta a los detractores que "hay una atracción en lo colosal". Que hay un "encanto propio" en las construcciones de tales dimensiones. Y que en estos casos, en los que se construye un verdadero gigante, no pueden aplicarse las teorías del arte normales. ¿El resultado final? Ha quedado avalado por 130 años de historia.

Es un ejercicio simple: cerrar los ojos, relajarse, y pensar en París.
El resultado es más que evidente: la Torre Eiffel.

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