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'Paradise Hills': manual de urbanidad para jovencitas malas
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52 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SITGES

'Paradise Hills': manual de urbanidad para jovencitas malas

La bilbaína Alice Waddington ha debutado en el largometraje con 'Paradise Hills', que tras su paso por Sundance aterriza ahora en el Festival de Sitges

Foto: Emma Roberts y Eiza Gonzalez en 'Paradise Hills', la ópera prima de Alice Waddington.
Emma Roberts y Eiza Gonzalez en 'Paradise Hills', la ópera prima de Alice Waddington.

"Jovencitas en internados" debería ser un género literario y cinematográfico en sí mismo. Chicas uniformadas en un entorno represivo —¿existe en el imaginario colectivo un lugar más coercitivo que un internado?— para desafiar los roles femeninos tradicionales y explorar las aristas de la sororidad y las relaciones entre mujeres. En un momento en el que los discursos feministas han empezado a encontrar un espacio en el debate público más allá de los márgenes, 'Paradise Hills' recurre a dicho imaginario y lo entremezcla con la ciencia ficción para llamar a la subversión y la reformulación del papel de la mujer en sociedad, y lo hace con un cuento victoriano retrofuturista que ha contado con las caras más 'in' del Hollywood alternativo-pero-en-realidad-'mainstream' del momento, como Emma Roberts o la actriz y rapera Awkwafina.

El que fue el único largometraje español seleccionado en Sundance es el debut en la dirección de la bilbaína Alice Waddington, que tras pasar por los departamentos de fotografía, vestuario y montaje, y de dirigir tres cortos, se estrena en el formato largo con una producción nacional y un reparto internacional que llega ahora a la Competición Oficial del Festival de Sitges. Waddington no oculta sus referencias, que van desde 'Picnic en Hanging Rock' de Peter Weir —que, por cierto, se proyecta este mes en el Cine Doré— hasta la saga de videojuegos 'Final Fantasy'.

placeholder Otro momento de 'Paradise Hills'.
Otro momento de 'Paradise Hills'.

Como en la reciente 'Blackwood', de Rodrigo Cortés, un grupo de jóvenes díscolas acaban internas en Paradise Hills, una especie de reformatorio femenino ubicado en una isla remota y especializado en convertir a los espíritus rebeldes en mujeres sumisas y obedientes bien dispuestas para el matrimonio. El alcohol, las drogas o las fluctuaciones de peso; cualquiera que sea la tara la encargada de Paradise Hills, interpretada por Milla Jovovich, desaparecerá en un mar de complacencia.

El universo al que pertenece 'Paradise Hills', diseñado en guión por Nacho Vigalondo y Brian DeLeeuw a partir de una historia de la propia Waddington, es el de la mezcolanza referencial de la directora: luz satinada de cuento de hadas, blancos rotos y colores brillantes, vestuario jacobino que convive con hologramas y realidad virtual. La hija bastarda de 'Alicia en el País de las Maravillas', 'El corredor del laberinto' y algún título icónico de ciencia ficción -que no se puede desvelar sin spoilers-. Disney 'meets' 'El cuento de la criada'.

placeholder Las protagonistas de 'Paradise Hills'.
Las protagonistas de 'Paradise Hills'.

Con una estética suntuosa y barroca, 'Paradise Hills' comienza con un baile de Cenicienta en el que Uma (Emma Roberts) explicita el tema conductor: "Yo soy tuya, yo soy tu esclava". Mediante un 'flashback', Waddington transporta al espectador a Paradise Hills, donde una cohorte de mayordomos afrancesados acompañan a las internas en una terapia de reconducción emocional a base de yoga, cenas frugales, sesiones de maquillaje y manipulación conductual. Allí el corsé no es sólo una pieza de vestuario. Waddington construye un mundo ideal, paraíso de la sororidad, que poco a poco va revelando una realidad mucho más siniestra en la que no sólo pretenden domesticar la personalidad de las chicas, sino acabar con ellas. Waddington se estrena con un film de gran presupuesto, una propuesta visual trabajadísima y un argumento para todos los públicos, que apela al espíritu infantil de los que siempre se sintieron inadaptados e incomprendidos.

"Jovencitas en internados" debería ser un género literario y cinematográfico en sí mismo. Chicas uniformadas en un entorno represivo —¿existe en el imaginario colectivo un lugar más coercitivo que un internado?— para desafiar los roles femeninos tradicionales y explorar las aristas de la sororidad y las relaciones entre mujeres. En un momento en el que los discursos feministas han empezado a encontrar un espacio en el debate público más allá de los márgenes, 'Paradise Hills' recurre a dicho imaginario y lo entremezcla con la ciencia ficción para llamar a la subversión y la reformulación del papel de la mujer en sociedad, y lo hace con un cuento victoriano retrofuturista que ha contado con las caras más 'in' del Hollywood alternativo-pero-en-realidad-'mainstream' del momento, como Emma Roberts o la actriz y rapera Awkwafina.

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