María Lavalle: “Reivindico mi derecho a ser cursi y afrancesada”
La cantante María Lavalle ha sacado nuevo disco. Un disco a contracorriente en el que reivindica a África, pero también a la cultura francesa del desarraigo y de los pobres.
La cantante María Lavalle (Buenos Aires) parece haber salido de otra época, aunque no muy lejana. Su mundo es el de los escenarios pequeños y el del compromiso político. Pero no para vender ideología, sino para comprender a los perdedores, que los hay, y muchos. Es por eso por lo que reivindica a los desarraigados, y ella misma dice serlo sin ocultar su orgullo. Y también a la cultura francesa, fuente de su inspiración, como el sur en el sentido más humano del término. En su último disco canta a África, Y también a Chicho Sánchez Ferlosio. El próximo miércoles actúa en el Café Berlín (Madrid).
PREGUNTA.- Reivindicar en estos tiempos a Chicho Sánchez Ferlosio y su gallo rojo, gallo negro, no me negará que tiene algo de provocación…
RESPUESTA.- Yo siempre he sido una gran admiradora de Chicho, y tengo que decir, a propósito de ese tema, que lo he cantado fuera de España, por ejemplo, en un pueblo remoto de Portugal, y la gente se emocionaba muchísimo. Cuando las cosas son buenas, son universales. Yo siempre digo en los conciertos, cuando canto esa canción, que cada uno ponga su gallo negro, y ahora hay uno muy evidente que es un gallo negro muy rubio, muy rubio, que ya sabemos quien es. El arreglo yo me lo he llevado para mi tierra, oscila entre la bulería y con el tiempo de cueca, que viene del norte de la Argentina. Es una música alegre que se baila.
P.- Parece que estamos en tiempo de fusiones, también en la música, donde los ritmos puros tienden a desaparecer.
R.- Yo no sé cantar flamenco, aunque lo adoro. Pero tengo dos grandes guitarristas flamencos que siempre intentan tirar hacia su terreno.
P.- ¿Y qué papel juega la poesía en su música?
R.- Es cierto que hoy se lee poco, y mucho menos se lee poesía, pero yo el otro día recité en la Abadía parte de un poema de Borges uniéndolo a un fado de Amália Rodrigues y a la gente le encanta. Yo he llevado a mis conciertos a grandes actores como José Luis Gómez o Carlos Hipólito para que recitaran poesía y la gente sale entusiasmada. Incluso, una vez logre que José Agustín Goytisolo cantara ‘Palabras para Julia’ y vi que también a los jóvenes les gustaba. Mi desesperación es no saber por qué cuando lo recita un gran actor la gente sale feliz, pero luego no se lee a Borges o a José Agustín. Esa es una de las cosas por la que voy a contracorriente y seguiré luchando. Me da una rabia enorme que la gente joven no sólo no lea poesía, sino que va a acabar por no leer, y estoy en contra de eso.
P.- He leído que usted reivindica su derecho a ser cursi y afrancesada.
R.- Si, por supuesto. A mí, en mi casa, me dice que soy cursi y afrancesada. Mi familia paterna eran anglófilos y yo, erre que erre, reivindicaba la cultura francesa, pero en la Argentina, después de las Malvinas, las cosas cambiaron [se ríe]. Yo lo seré reivindicando, porque si pone la radio lo que escuchas es una invasión de temas en inglés. Me da mucha pena que los textos de muchas canciones sean tan pobres, al menos ahora estoy viendo a gente que está haciendo rap y por lo menos son agitadores sociales. Pero el ‘te quiero y no te quiero’; el ‘te fuiste y me dejaste’, no., no. En este disco se me ve el plumero porque no hay canciones de amor.
Me da mucha pena que los textos de muchas canciones sean tan pobres
P.- Lo que si reivindica es el sur…
R.- Claro, por muchas razones, Yo soy del sur, soy argentina. Adoro a España, que es el sur. He vivido en Grecia, en Francia, en Portugal… Yo canto la música de los países en lo que he vivido, incluso tengo un tango cantado en griego. Por supuesto que el norte también tiene cosas extraordinarias, pero la arrogancia es más propia del norte que del sur.
P.- El su también es la metáfora de la pobreza, del desarraigo…
R.- Recuerdo que la última vez que estuve en EEUU me dijeron en un supermercado. ‘¡what a nice day!’ [qué bonito día], y a mí medio mucha rabia. Aquel día las noticias ni lo que estaban haciendo los EEUU no eran muy ‘nice’. Yo reivindico lo que me llega al alma, y eso no quiere decir que yo no adore a Leonard Cohen, a Faulkner a Dylan y a muchos otros, a quienes tengo puestos en un pedestal. Pero lo que sí se es que si pones la radio es que hay una invasión norteña.
P.- ¿Cuáles son las raíces de la indignación de María Lavalle con lo que no le gusta?
R.- Yo soy afrancesada, como te he dicho, porque me educaron los franceses. A mí mayo del 68 me marcó muchísimo, y creo que, aunque hay gente que sigue diciendo que mayor del 68 sirvió para poco, yo creo que sirvió para muchísimo. No para todo lo que soñábamos, pero no voy a admitir que no sirviera para nada. Y lo que lamento es que la Francia de ahora no sea la Francia de antes, pero para mí muchas de las ideas de aquel tiempo siguen vigentes y sigo luchando por ellas.
P.- ¿Qué ideas siguen vigentes?
R.- Es muy sencillo. La única religión en la que yo creo es en la de la solidaridad, y a partir de ahí lo que quieras…
P.- Malos tiempos en un mundo cada vez más individualista, en el que florecen el populismo y la xenofobia.
R.- Pero también hay gente estupenda. Hay gente maravillosa que es anónima que hace cosas extraordinarias. Lo que pasa es que no salen en los medios. Me encantaría que en los periódicos hubiera una sección de los héroes anónimos, porque yo conozco a muchísima gente que hace cosas muy importantes y no salen en la foto. Me encanta, por ejemplo, lo que están haciendo los tipos del Open Arms, el barco que va recogiendo inmigrantes. Si tuviera una varita mágica, le daría el nobel de la Paz, porque ese señor ha salvado ya 30.000 vidas.
P.- Y por eso su inspiración literaria viene del compromiso, por ejemplo, de Alfredo Zitarrosa, el cantante uruguayo que triunfó en la España de la Transición…
R.- Vaya por delante que yo no pretendo dármela de soberbia. Hay mucha gente que da su vida por los demás, y yo a quien admiró es a la gente que da su vida por los demás.
P.- ¿Qué es la patria para María Lavalle?
R.- Lo tengo clarísimo. Yo viví en la Argentina hasta los siete años y después nunca más lo he hecho. He ido de vacaciones y tengo mucha familia allí, pero al final creo que la patria es la gente que yo quiero, la música que yo quiero, los amaneceres, estén donde estén…
P.- ¿Por eso su música es tan mestiza?
R.- Yo fue fusionada viviendo en muchos países y nadie me preguntó si me quería ir de Buenos Aires, y al final ese es mi patrimonio: el desarraigo. Yo provengo del desarraigo. Y aunque es verdad que cuando eres chico sufrís muchísimo, luego es buenísimo. Todos somos desarraigados.
P.- Da la sensación de que estamos muy indignados con casi todo lo que nos rodea, pero poco con nosotros mismos.
R.- Totalmente de acuerdo. Yo, por ejemplo, este disco se lo dedico a África, precisamente porque no podemos olvidar lo que hemos hecho nosotros con África. Yo siempre miro a África con admiración y con vergüenza, y cuando me dicen es que hay mucha corrupción yo siempre me pregunto: ¿Y quién les enseñó la corrupción?
P.- Es probable que eso ocurra porque no se conoce la historia.
R.- Fíjate. Hace años leí un libro que decía que, en mi país, la Argentina, en 1800, un tercio de la población era africana, y lo que cuento en mi disco es que tanto el tangp como la milonga provienen del candombe, y ¿quién nos trajo el candombe?, pues los africanos. Y lo que hicimos con ellos fue enviarlos a luchar a las diferentes guerras y después no quedó ni uno.
P.- ¿Qué es el éxito?
R.- Sentirse a gusto con uno mismo. Lo tengo muy claro.
La cantante María Lavalle (Buenos Aires) parece haber salido de otra época, aunque no muy lejana. Su mundo es el de los escenarios pequeños y el del compromiso político. Pero no para vender ideología, sino para comprender a los perdedores, que los hay, y muchos. Es por eso por lo que reivindica a los desarraigados, y ella misma dice serlo sin ocultar su orgullo. Y también a la cultura francesa, fuente de su inspiración, como el sur en el sentido más humano del término. En su último disco canta a África, Y también a Chicho Sánchez Ferlosio. El próximo miércoles actúa en el Café Berlín (Madrid).