Ser kamikaze: cómo abrir un teatro, revolucionar y no morir entre deudas

El 8 de septiembre del año pasado abría sus puertas oficialmente el Pavón Teatro Kamikaze, pero el proyecto de cuatro locos que se liaron la manta a la cabeza y decidieron alquilar un teatro echaba a andar tal día como hoy hace un año. El 25 de agosto se abría al barrio y dos días después llegó la primera función como tal. 36 producciones, casi 500 representaciones y 80.000 espectadores resumen este tiempo en cifras. En la práctica, además, el Kamikaze ha sido un revulsivo que ha dinamizado la escena madrileña. Las señales estaban ahí para todos.

El Pavón se vuelve Kamikaze

Prado Campos

El 8 de septiembre abre sus puertas El Pavón Teatro Kamikaze con Miguel del Arco, Israel Elejalde, Aitor Tejada y Jordi Buxó a los mandos

Kamikazes: Así se llamaba la compañía y no podría ser otro el nombre que uniera a Miguel del Arco, Aitor Tejada, Israel Elejalde y Jordi Buxó para alquilar el antiguo Pavón, sede de la CNTC, en plena crisis, con el IVA cultural al 21% y la asistencia a los teatros (no nos engañemos) como siempre en cifras muy exiguas.

'Idiota': Fue el título de la primera obra que pisó el escenario del nuevo Pavón Teatro Kamikaze. Elejalde en la dirección, Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert sobre el escenario y dos preguntas: ¿por cuánto te vendes y cuánto valen tus principios?

¿Repertorio? Sí. Los cuatro fundadores del teatro tenían clarísimo que en este escenario se verían nuevas producciones propias y ajenas apostando por las dramaturgias contemporáneas nacionales, pero que también se iba a convertir en un teatro de repertorio. Títulos que han colagado el cartel de 'no hay entradas' como 'La clausura del amor', 'Juicio a una zorra', 'Hamlet', 'Misántropo', 'La función por hacer' o ahora mismo 'Antígona' son los que han vuelto. La idea ha sido un acierto, tanto que sumada a esta variada multiprogramación ha conseguido revolucionar la escena de la capital. Y de paso han cumplido otro de sus objetivos: que fuera un teatro de puertas abiertas que se viviera más allá de la butaca y la función.

¿Y el dinero? Es el gran tema. Todo privado, con su capital y sin contar con ningún tipo de ayuda pública. Los cuatro fundadores no cobran ni un euro. "La realidad es que si no conseguimos que sea rentable, tendremos que cerrar. Ahora seguimos metiéndonos en líos económicos porque pensábamos y seguimos pensando, y más después de esta primera temporada, que puede ser rentable sino no seguiríamos. Somos kamikazes pero no gilipollas, como dice Jordi. Cuando empiezas un negocio no puedes pretender en un año dar beneficios. Ahora beneficios no hay. Nos encantaría que el 33% del presupuesto entrara por taquilla (ha entrado muco más), otro 33% viniera por instituciones públicas y otro 33% por aportaciones privadas", explica Tejada. Y se muestra optimista respecto a las vías de diálogo que hay abiertas con las administraciones para obtener ayudas públicas. "Hay opciones reales. Quiero ser optimista, pero también soy realista", explica.

Cuatro kamikazes y un teatro...

"Estamos agotados y, a la vez, entusiasmados por lo que ha sucedido aquí. En muy poco tiempo hemos reestrenado todo el repertorio, hemos hecho obras de nuevas dramaturgias contemporáneas y hemos visto el entusiasmo del público y la profesión", resumía Del Arco hace un mes a este periódico. Tejada agrega: "Parece mentira que haya pasado un año. A veces parece muy poco tiempo y otras, muchísimo".

"El balance es positivo porque hemos conseguido mucho de lo que nos planteamos: levantar un proyecto de esta envergadura, colocarlo en una ciudad con una oferta artística tan amplia y que el público reconozca un sello de identidad propio. Eso se ha conseguido. Desde el punto de vista económico no hemos conseguido la sostenibilidad que queremos pero hemos aprendido a buscar nuevos caminos", afirma Elejalde. Por eso, afirma, "somos un teatro pobre, pero feliz".

Elejalde fue el encargo de abrir fuego en el Pavón Teatro Kamikaze. 'Idiota' fue la primera obra que se vio en la sala principal y su segunda dirección aunque la primera de esta envergadura. "Lo recuerdo con nervios porque es muy difícil estrenar un teatro y a la vez un espectáculo y con un grado de responsabilidad muy importante. Lo sufrí bastante, la verdad, y me produjo cierta angustia. Ahora es un recuerdo agradable pero muy lejano... y eso que solo ha pasado un año, pero es como si hubieran pasado muchas más cosas".

Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert se la jugaban en este trepidante thriller teatral escrito por Jordi Casanovas, que sigue de gira hasta finales de octubre. Hoy la actriz, la primera que pisó las tablas del Pavón Teatro Kamikaze, rememora que fue un momento "muy emocionante". "Lo recuerdo con los nervios del estreno y arrancar un proyecto nuevo, con mucha ilusión, orgullo y con la sensación de estar siendo testigo de un acontecimiento". "Me siento una privilegiada porque voy amadrinando teatros de la gente que quiero", añade.

El sueño se está materializando, pero sigue siéndolo. Hay que gente que se gasta su dinero en hacer un viaje. Mi vida es este proyecto

Un año después garantiza que "nadie se esperaba" el acontecimiento real en el que se ha convertido. "Tenían cierto público, un respaldo más o menos de críticos y medios pero ha sido desbordante, sobre todo la respuesta del público. Han superado las expectativas". De hecho, Elejalde y Tejada confirman que los objetivos artísticos se han cumplido. "Queda un apartado al que le queremos dar mucha importancia que es el teatro infantil y juvenil". ¿Y los retos de este año? "Ahondar en la apuesta por la dramaturgia contemporánea española. Este año habrá un alto porcentaje de autores españoles vivos. Seguimos con nuestra beca —en septiembre conoceremos a los nuevos autores becados—, presentaremos los textos de los de este año, Lucía Carballal y Antonio Rojano, y vamos a hacer unas lecturas con autores y directores contemporáneos".

"No deja de ser un intento, en alguna parte temerario, de la búsqueda de un sueño", confesaba a El Confidencial Elejalde hace un año al describir por qué lanzarse a abrir un teatro. Hoy añade ante sus palabras: "El sueño se está materializando, pero sigue siéndolo. Siempre pienso que hay que gente que se gasta su dinero en hacer un viaje por el mundo o se va cinco meses a Tailandia. Mi vida es este proyecto". Una vida kamikaze que ya encara su segundo año.

¿Y este año?

La nueva temporada del Pavón Teatro Kamikaze arrancó el pasado 9 de agosto con la reposición de 'Antígona', de Miguel del Arco y protagonizada por Carmen Machi y Manuela Paso. Estará en cartel hasta el 3 de septiembre. Después volverá 'El amante', de Pinter y adaptada y dirigida por Nacho Aldeguer, que salta del ambigú a la sala principal con Verónica Echegui y Daniel Pérez-Prada como protagonistas (8 septiembre a 8 de octubre).

Entre las novedades más potentes de la programación, que solo está presentada hasta diciembre, destaca 'Ensayo', de Pascal Rambert. Tras la desgarradora 'La clausura del amor', el autor francés vuelve con esta obra protagonizada por Israel Elejalde, María Morales, Jesús Noguero y Fernanda Orazi (12 septiembre a 8 de octubre). 'Smoking Room', dirigida por Roger Gual, llegará en octubre y en noviembre otro de los platos fuertes será 'Tebas Land', a las órdenes de Natalia Menéndez.

Víctor Conde llevará 'Venus' (5 a 28 de septiembre) y también se podrá volver a ver 'La voz humana', protagonizada por Ana Wagener; 'Arte', de Yasmina Reza y dirigida por Del Arco (desde el 23 de noviembre), o 'Iphigenia en Vallecas' (desde el 4 de diciembre).

El 8 de septiembre del año pasado abría sus puertas oficialmente el Pavón Teatro Kamikaze, pero el proyecto de cuatro locos que se liaron la manta a la cabeza y decidieron alquilar un teatro echaba a andar tal día como hoy hace un año. El 25 de agosto se abría al barrio y dos días después llegó la primera función como tal. 36 producciones, casi 500 representaciones y 80.000 espectadores resumen este tiempo en cifras. En la práctica, además, el Kamikaze ha sido un revulsivo que ha dinamizado la escena madrileña. Las señales estaban ahí para todos.