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Evaristo "el de la Polla", el profeta punk del 15-M
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Evaristo "el de la Polla", el profeta punk del 15-M

El cantante aullaba las demandas de los indignados décadas antes de que estos existieran

Foto: Evaristo en sus años locos
Evaristo en sus años locos

15M de 2011. Puerta del Sol (Madrid). Aquellos días de tensión y consignas, claves para la política española, también tuvieron su parte divertida. Cuando la tensión se relajaba, podías encontrar grupitos de militantes, camino de las cañas, cantando estrofas como la siguiente: “Cuánto viviremos, cuánto tiempo viviremos/ en esta absurda derrota sin final/ dos semanas, tres semanas o cuarenta mil mañanas/ que pringue la madre de Dios/ Cuánto horror habrá que ver, cuántos golpes recibir, cuánta gente tendrá que morir…”.

La melodía es animada, alegre incluso, pero refleja el hastío de un movimiento popular que ha sufrido todas las derrotas posibles desde 1939. Por supuesto, pertenece a la canción 'Ellos dicen mierda, nosotros amén', himno punk del grupo La Polla Records que señala el enorme poder que acumula la derecha española. Años antes de la protesta en las plazas, en los conciertos de La Polla Records ya se gritaba “Lo llaman democracia y no lo es”, por ejemplo en su paso por el festival Viña Rock 2003. Pinchen abajo para comprobarlo.

"Lo llaman democracia y no lo es"


Icono de Pablo Iglesias

Pocos meses después del 15M, en las manifestaciones de 'Rodea el congreso', unos chavales exhibían una pancarta con otra letra del grupo: “Somos los nietos de los obreros que no pudísteis matar, somos los hijos de lo que perdieron la guerra civil”. Se trata un verso de la canción 'No somos nada', otro emblema de La Polla Records. No son dos anécdotas cogidas por los pelos.

Con sus canciones pasa lo mismo que con Kant, no podías encontrar una frase que fuera falsa o que fuera mala

El propio Pablo Iglesias ha mostrado en público su admiración por el letrista favorito de los llamados “costras”, “pies negros” y “perroflautas” (tres adjetivos clasistas donde los haya). Esto decía el mes pasado el líder de Podemos: “Tengo unas ganas locas de traer a Evaristo Páramos a mi programa de televisión. Un rapero amigo, el Nega, me trajo una foto dedicada. Siempre he soñado con tener el poder suficiente para hacerle doctor honoris causa por la Complutense”.

Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la UCM, secunda la moción: “Hubo un momento, en los años ochenta, en que dije que Evaristo Páramos era la única Filosofía que se hacía entonces. Lo dije en serio y lo publiqué. Realmente, con sus canciones pasa lo mismo que con Kant, no podías encontrar una frase que fuera falsa o que fuera mala. Todas eran perfectas. Le dediqué mi libro ‘Dejar de pensar’. Y eso que nunca he llegado a conocerle”, confiesa.

'Ellos dicen mierda'

El “chuloputas” que llevo dentro

En ‘Salve’ (1984), el primer disco de La Polla Records, Evaristo ya usaba la expresión “estafa inmobiliaria” y llamaba a los banqueros “ladrones sin palanca”. En 'Esclavos del siglo XXI', el último trabajo de Gatillazo, describe la situación de esos tres millones de españoles que han dejado de ser clase media. Va al grano desde el comienzo: “Un trabajo de mierda, una casa pequeña/ un amor aplastado, por impuestos y deudas/ unos niños preciosos, aprendiendo en la escuela/ la vida de los esclavos en el siglo XXI”.

¿Cuál es el gran mérito de todos los grupos de Páramos? El esfuerzo consciente por evitar el narcisismo inherente al punk y el rock: “Conozco al chuloputas que llevo dentro y es muy peligroso. Si alguien quiere destruirme solo tiene que engatusarme diciéndome que soy maravilloso. En cuanto me lo crea, a tomar por saco el famoso Evaristo. Cuando el rock'n'roll te vuelve estúpido, ya es irreversible. No hay forma de regresar de allí. Nadie nos ha contado qué hay más allá”. Por no presumir, ni siquiera presume de poeta. En sus canciones apenas se utilizan metáforas ni imágenes literarias elaboradas. A pesar de esos límites, o quizá a causa de ellos, su repertorio se han mantenido más fresco y relevantes que cualquier himno de La Movida, escena musical jaleada por los medios cuando irrumpieron La Polla Records.

"Tengo unas ganas locas de traer a Evaristo a mi programa de televisión", dice Pablo Iglesias

El movimiento 15M comparte íntegramente el diagnóstico del Páramos sobre la voracidad de las élites, la explotación laboral y la corrupción institucional. El desacuerdo es que el cantante no termina de confiar del todo en las vías pacíficas para cambiar el sistema:

“Hay gente del 15M que ha hecho cosas válidas, pero son los mismos que trabajaban en los barrios antes de las manifestaciones de Sol. No puedo olvidarme de ese 'indignado' que salió en la tele diciendo a un policía 'únete a nosotros'. Conmigo que no cuenten para eso. Un sistema que se basa en la violencia no puede acabar con flores. Los hippies fueron derivando en yuppies y hoy controlan Wall Street. Mira, pegarse me parece una mierda: yo he tenido cinco peleas en mi vida y todas las he perdido. Eso no quita que el sistema sea una máquina de matar. Los que mandan solo respetan la democracia cuando ganan. Somos enemigos de Gadafi hasta que reparte petróleo y dejamos de serlo. Todo el poder del mundo lo tienen cuarenta familias de mafiosos. Como ‘Los Soprano’, pero a lo grande. ¿Van a entregar su poder a besos? Me parece que no”, exponía en una entrevista de 2013.

El poder se ríe y se mea en el 15M

Evaristo Páramos remata su razonamiento en una charla con este periodista: “El poder se ríe y se mea en el 15M. Al negar la posibilidad de lucha violenta, estás negando que exista violencia por parte del sistema”.

Pocos meses después de aquella entrevista en 2013, los partidos quincemayistas entraron en las instituciones y las élites no parecen tan tranquilas como solían. Evaristo se muestra más seguro del diagnóstico que de las soluciones. Esto decía en 'El Periódico de Cataluña' hace tres años: “No sé si saldremos de esta sin usar la violencia. Solo tengo claro que hace tiempo que deberíamos haber dicho: basta ya”.

15M de 2011. Puerta del Sol (Madrid). Aquellos días de tensión y consignas, claves para la política española, también tuvieron su parte divertida. Cuando la tensión se relajaba, podías encontrar grupitos de militantes, camino de las cañas, cantando estrofas como la siguiente: “Cuánto viviremos, cuánto tiempo viviremos/ en esta absurda derrota sin final/ dos semanas, tres semanas o cuarenta mil mañanas/ que pringue la madre de Dios/ Cuánto horror habrá que ver, cuántos golpes recibir, cuánta gente tendrá que morir…”.

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