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El Reina Sofía vence al Prado en la guerra de las cifras
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DALÍ LLEVA 630.000 VISITANTES AL MUSEO

El Reina Sofía vence al Prado en la guerra de las cifras

Con 630.000 visitantes, la muestra que el Reina Sofía dedica a Dalí se ha convertido en la más visitada en la historia de las exposiciones organizadas en Madrid

Foto: Cientos de personas hacen cola en el día de hoy ante el Museo Reina Sofía para contemplar la muestra dedicada a Salvador Dalí. (EFE)
Cientos de personas hacen cola en el día de hoy ante el Museo Reina Sofía para contemplar la muestra dedicada a Salvador Dalí. (EFE)

Con más de 630.000 visitantes, la muestra que el Museo Reina Sofía dedica a Dalí se ha convertido en la más visitada en la historia de las exposiciones organizadas en Madrid, al superar los 600.000 visitantes que tuvo El Hermitage en el Prado entre 2011 y 2012.

Esta colección de obrasde Salvador Dalí –incluyendo algunasque no se habían exhibido nunca en España, como Las bañistas, del Museo de Saint Petersburg de Florida,La persistencia de la memoria, del MoMA, o Alucinación: seis imágenes de Lenin sobre un piano, del Centro Pompidou–haconseguido batir las últimas marcas del Reina Sofía,que recibió483.000 visitantes en 2009, cuandodedicó una retrospectiva aJuan Muñoz, y se repartió con El Prado 785.000 visitantes en 2006, cuando ambas pinacotecas organizaron juntasPicasso. Tradición y vanguardia.

A finales de abril, cuando se inauguró la exposición, cerca de 16.000 personas ya hicieron cola para verDalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, que batió entoncesel récord del museo en el primer fin de semana. EntoncesEstrella de Diego, profesora de arte contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid y Medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes, desgranaba a El Confidencialalgunas de las razones de semejante éxito explicandoque,“siendo complejísimosólo logramos entender a Dalícomo un fenómeno del arte de consumo. La parte superficial de Dalí es muy popular, lo obvio parece una cosa que es fácil de entender, pero es mucho más que eso".Al público, remataba la experta,"le gusta lo que le dicen que le tiene que gustar”.

Aunque matizada, en el fondo no es una opinión muy distinta de la que tiene el propio director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel,queen su editorial del último número deCarta(revista oficial del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía),cargó contrala influencia del mercado en las prácticas artísticasy laconversión del público en una masa “sumisa”que se reúne “alrededor de un líder, héroe o ídolo” como el propio Dalí.

En lo que se entiende como una autocrítica al hilo de la exposición más popular de la breve historia de la institución,el director del Museo Reina Sofía señaló en su artículo que, para el arte,el espectáculo se ha convertido en una necesidad.Y eso que la principal característica de este montaje, según anunció ante la prensa él mismo en el momento de su presentación,esprecisamente la intención de purificar la figura del pintor surrealista, envuelto enel escándalo y el estereotipoque creó para sí mismo.

El estudio que da forma a la exposición trata de comprender al pintor en todas sus dimensiones, pero lejos del espectáculo al queél mismo había decidido entregar su vida y obra. “A este personaje le ha rodeado mucha anécdota, mucho elemento que no tiene interés, quees puro ruido mediático. Hemos intentadovolver al Dalí esencial, que hace de él uno de los grandes artistas del siglo XX”.

Pero no ha podido ser.“El capitalismo avanzado reduce cualquier expresión estética a un producto indiferente e intercambiable”, escribió poco después en Carta, donde no solo vinculóla "razón populista" a Dalí.En un escritomuy beligerante contra la táctica de otros museoshabituados a los pelotazos, anota que la práctica artística ha quedado reducida a una cultura de consumo, asegurando que es la culpa está también enla precarización de la crítica, porque sus parámetros de evaluación han caído de “manera alarmante”. “El resultado es esetodo vale” tan popular en algunos sectores del arte contemporáneo”, subrayó Borja-Villel.

Las vanguardias con más demanda

Para el director del Reina Sofía las exposiciones dedicadas aVelázquezyMoneten el Pradoo aHopperen el Thyssenestán en la misma línea que la de Dalí en el Reina Sofía y, de hecho, son estos autores los que hace siempre las mejores cifras en Madrid.

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Dalí ha hecho que se superen los 459.267 visitantes de la muestra de Sorolla celebrada en el Museo del Prado en 2009 o las 437.327 personas que acudieron en 2008 a contemplar Goya en tiempos de guerra, también en el Prado.También sobresalió el número de aficionados que visitóla exposición que el Museo Thyssen-Bornemisza dedicó a Edward Hooper el pasado año, con 322.421 visitantes, así como la organizada en 2010 por la Fundación Mapfre sobre Impresionismo. Un nuevo renacimiento, que recibió la visita de 327.000 personas.

Esta última, precisamente, ilustró con elocuencia el tirón comercial no solo de los autores, sino también de algunas vanguardias en particular, como el impresionismo o el hiperrealismo. A principios de año dos centros, elMuseo Thyssen-Bornemisza y la sala de exposiciones de laFundación Mapfre, pusieron en escenados de los acontecimientos llamados a ser más multitudinarios en 2013: Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh, en el primero; Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno. Obras maestras del Musée d’Orsay, en el segundo. Poco después el Thyssen tiró de hiperrealismo conHiperrealismo 1967-2012.

Antonio López es otro de los artistas que más han interesado al público, como lo demuestran las 350.000 personas que acudieron a contemplar su obra en la exposición organizada en el Museo Reina Sofía en 1993 y los 317.977 visitantes que lo hicieron en la que el Museo Thyssen-Bornemisza dedicó al artista de Tomelloso.

Cuando quedan pocas fechas para la clausura de la gran exposición de 200 obras de Dalí, el próximo 2 de septiembre, la afluencia de visitantes se ha intensificado por lo que el museo tiene previsto ampliar los horarios durante los días 30 y 31 del mes de agosto.

Con más de 630.000 visitantes, la muestra que el Museo Reina Sofía dedica a Dalí se ha convertido en la más visitada en la historia de las exposiciones organizadas en Madrid, al superar los 600.000 visitantes que tuvo El Hermitage en el Prado entre 2011 y 2012.

Esta colección de obrasde Salvador Dalí –incluyendo algunasque no se habían exhibido nunca en España, como Las bañistas, del Museo de Saint Petersburg de Florida,La persistencia de la memoria, del MoMA, o Alucinación: seis imágenes de Lenin sobre un piano, del Centro Pompidou–haconseguido batir las últimas marcas del Reina Sofía,que recibió483.000 visitantes en 2009, cuandodedicó una retrospectiva aJuan Muñoz, y se repartió con El Prado 785.000 visitantes en 2006, cuando ambas pinacotecas organizaron juntasPicasso. Tradición y vanguardia.

A finales de abril, cuando se inauguró la exposición, cerca de 16.000 personas ya hicieron cola para verDalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, que batió entoncesel récord del museo en el primer fin de semana. EntoncesEstrella de Diego, profesora de arte contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid y Medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes, desgranaba a El Confidencialalgunas de las razones de semejante éxito explicandoque,“siendo complejísimosólo logramos entender a Dalícomo un fenómeno del arte de consumo. La parte superficial de Dalí es muy popular, lo obvio parece una cosa que es fácil de entender, pero es mucho más que eso".Al público, remataba la experta,"le gusta lo que le dicen que le tiene que gustar”.

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