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Estallido festivo en las calles, ¿fue buena idea retirar sin más el estado de alarma?
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Estallido festivo en las calles, ¿fue buena idea retirar sin más el estado de alarma?

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Foto: Ilustración: Rocío Márquez.
Ilustración: Rocío Márquez.
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Libertad o libertinaje. Miles de personas se echaron a las calles de toda España en la medianoche del sábado al domingo para celebrar casi con cronómetro el final del estado de alarma. Escenas típicas de Nochevieja en primavera. Fin de seis meses consecutivos de prohibiciones y restricciones por la pandemia. El estallido festivo protagonizado en su mayoría por grupos de jóvenes bebiendo desinhibidos ha provocado un alud de reproches de las autoridades sanitarias y políticas, que temen que el 'desmadre' social alimente otra vez la propagación del bicho. ¿Quién es el responsable?

Partiendo de la base de que existe algo llamado responsabilidad individual, de que cada cual debe asumir sus derechos y deberes en sociedad, el debate público estos días reside en si se pudo hacer algo más para evitar tales manifestaciones en las calles este fin de semana. De si el poder político ha fallado en su obligación de tomar medidas para protegernos a todos. Los propios dirigentes responden que sí, que más allá de apelar a la ciudadanía, les toca a ellos regular la nueva situación. Pero, como siempre, se echan las culpas los unos a los otros.

Lo cierto es que, sin el abrigo del estado de alarma, ese control social es mucho más difícil. Algunas comunidades, anticipando lo que se venía, arbitraron medidas de limitación social, como la permanencia de toques de queda nocturnos, pese a no tener amparo legal. Y los jueces, también como nos temíamos, están resolviendo con criterios dispares en cada región. Algunas otras autonomías ni siquiera lo han intentado para evitar un revolcón judicial.

Foto:  Ambiente en la Puerta del Sol de Madrid tras el fin del estado de alarma. (EFE)

En medio del caos jurídico, unos y otros se pasan la 'patata caliente'. ¿Quién le pone el cascabel al gato sabiendo que traerá un coste social? Nadie quiere aparecer como el más restrictivo, menos después del enorme éxito electoral del discurso de libertad de Ayuso el 4-M. Y mientras tanto, reproches cruzados. La oposición, incluidos los socios del Gobierno, acusa a Sánchez de escaquearse, de no asumir la responsabilidad de legislar a tiempo ante el fin del estado de alarma.

Por su parte, el Ejecutivo sigue cargando las tintas contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid. La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, pidió ayer a Isabel Díaz Ayuso que tome medidas "valientes", como prolongar el toque de queda, para evitar fiestas y concentraciones masivas. Y la responsabilizó de llevar "meses y meses sembrando en la ciudadanía una falsa libertad: lo que te encuentras es un libertinaje".

Pablo Casado culpa directamente a Moncloa de los jolgorios callejeros. "El único responsable de las aglomeraciones es Sánchez. En vez de aplicar el Plan B del PP ha aplicado el Plan C del caos. Su irresponsabilidad cuesta vidas. Y con 123.000 muertos, demasiado ha aguantado España. Pido que negociemos la ley de pandemias que llevo ofreciendo un año", escribió el líder del PP en su cuenta de Twitter.

¿Fue buena idea retirar sin más el estado de alarma? ¿Deberían arbitrarse medidas legales alternativas para seguir conteniendo la expansión del virus? Y en último término, ¿quién es el responsable de las aglomeraciones que se han producido en las últimas horas, si es que puede achacarse a alguien más allá de a quien decide desfasar en las calles en plena pandemia por su cuenta y riesgo?

Abrimos el debate a nuestros suscriptores en la sección de comentarios. Rogamos que se ciñan al tema del día y que respeten las normas de la comunidad.

Libertad o libertinaje. Miles de personas se echaron a las calles de toda España en la medianoche del sábado al domingo para celebrar casi con cronómetro el final del estado de alarma. Escenas típicas de Nochevieja en primavera. Fin de seis meses consecutivos de prohibiciones y restricciones por la pandemia. El estallido festivo protagonizado en su mayoría por grupos de jóvenes bebiendo desinhibidos ha provocado un alud de reproches de las autoridades sanitarias y políticas, que temen que el 'desmadre' social alimente otra vez la propagación del bicho. ¿Quién es el responsable?

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