¿Sirve para algo ser una 'persona culta'?
¿Debería la educación formar a personas con amplios conocimientos culturales? Muchos piensan que 'ser culto' es un anacronismo o una inutilidad. ¿Estás de acuerdo?
Escribir asiduamente en un diario de tanta difusión como El Confidencial, que además facilita la participación de los lectores, ofrece una colosal oportunidad que temo no saber aprovechar. ¿Sería posible convertirlo en una 'inteligencia colectiva'? La iniciativa de colaboración intelectual más innovadora del siglo pasado fue la Wikipedia. Es la mejor enciclopedia que se haya escrito nunca. Y ha sido elaborada por la participación altruista y anónima de decenas de miles de personas que se van autocorrigiendo. ¿Se podría hacer algo parecido en un diario, de manera que la colaboración de muchos lectores permitiera ir aclarando los grandes temas de debate que afectan a nuestra sociedad? Para ello, sin duda, hay que comenzar “desprestigiando las opiniones”. Lo que necesitamos son datos y argumentos, no ocurrencias precipitadas o efervescencias del corazón. Solo así progresa un debate, como demuestra —negativamente— nuestra situación política.
Me gustaría plantearles una pregunta con gran interés social: ¿debería la educación formar 'personas cultas'? Muchos piensan que 'ser culto' es un anacronismo, una inutilidad o incluso un cursilería. ¿Estás de acuerdo? ¿Es una expresión anticuada o elitista? ¿Es verdad que no necesitamos personas cultas, sino que sepan inglés, informática y que sean creativas? La lista de los reyes godos se ha convertido en símbolo de una escuela inútil. De acuerdo, ¡eliminémosla! Pero ¿debemos también eliminar las invasiones del norte que hicieron caer al Imperio romano?¿Y la dominación romana sobre España? ¿Deben nuestros alumnos saber quién fue Shakespeare?¿Y Buda? ¿Y Mozart? ¿Qué conocimientos matemáticos debería tener todo el mundo? ¿Debemos intentar que aprendan nociones básicas de economía, derecho y política? Son preguntas que es preciso contestar para establecer unos planes educativos sensatos.
El utilitarismo no es el único movimiento que desprestigia a la 'persona culta'. Colabora también una parte importante de las pedagogías de moda
En todo el mundo hay una presión utilitaria sobre la escuela, que se manifiesta en la justificable preocupación de los padres por el futuro laboral de sus hijos. Ser culto no sirve para encontrar un buen puesto de trabajo. Hay muchos incultos triunfadores. El utilitarismo no es el único movimiento que desprestigia a la 'persona culta'. Colabora también una parte importante de las pedagogías de moda. El auge de las STEM ('science, technology, engeneering, mathematics') arrincona cualquier conocimiento humanístico. La teoría de las 'inteligencia múltiple' no se ocupa de formar personas cultas, sino de desarrollar un talento especial. La ciencia también se desentiende de la cultura, porque necesita de la especialización para progresar. He oído decir a Roger Schank, asesor pedagógico de prestigiosas instituciones españolas, que lo importantes es “learning by doing”, y que no se debe enseñar en la escuela nada que no se vaya a utilizar después. Por eso, ni la historia ni la literatura ni el arte deberían enseñarse en la escuela a quienes no vayan a ser historiadores, escritores o artistas. Y las matemáticas solo a quienes vayan a ser ingenieros. Además, repetimos como loros que lo importante no es saber, sino saber hacer cosas con la información que se encuentra en Google. Para acabar de desprestigiar la cultura, quienes más defienden su presencia en las escuelas suelen ser integrantes de movimientos nacionalistas o religiosos que quieren transmitir su propia cultura.
Repito la pregunta: ¿debemos formar 'ciudadanos cultos'?¿Qué quiere decir esa expresión? Voy a sugerirles tres posibilidades:
1.- Ser culto es tener una idea amplia del mundo, de su historia y de las creaciones del ser humano (científicas, religiosas, políticas, artísticas, etc.). Tradicionalmente, suponía conocer la cultura de una sociedad, pero ahora supone una educación multicultural. Su contrario es la ignorancia.
2.- Ser culto es ser 'cultivado', es decir, desarrollar y refinar no solo la inteligencia cognitiva, sino la sensibilidad estética y espiritual, la lucidez ética, la capacidad de comunicación, la urbanidad. Su contrario es la tosquedad.
3.- Ser culto es tener los conocimientos y competencias necesarias para comprender lo que sucede —o lo que nos sucede—, para encontrar soluciones a nuestros problemas, y para ejercitar el pensamiento crítico que nos libre de fanatismos y de adoctrinamientos. Su contrario es la simpleza y la credulidad.
¿Deberíamos emprender un elogio de los ciudadanos cultos?
Escribir asiduamente en un diario de tanta difusión como El Confidencial, que además facilita la participación de los lectores, ofrece una colosal oportunidad que temo no saber aprovechar. ¿Sería posible convertirlo en una 'inteligencia colectiva'? La iniciativa de colaboración intelectual más innovadora del siglo pasado fue la Wikipedia. Es la mejor enciclopedia que se haya escrito nunca. Y ha sido elaborada por la participación altruista y anónima de decenas de miles de personas que se van autocorrigiendo. ¿Se podría hacer algo parecido en un diario, de manera que la colaboración de muchos lectores permitiera ir aclarando los grandes temas de debate que afectan a nuestra sociedad? Para ello, sin duda, hay que comenzar “desprestigiando las opiniones”. Lo que necesitamos son datos y argumentos, no ocurrencias precipitadas o efervescencias del corazón. Solo así progresa un debate, como demuestra —negativamente— nuestra situación política.
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