Cáncer de mama en hombres, el tumor del que nunca se habla

En España se diagnosticaron alrededor de 34.740 nuevos cánceres de mama en el año 2022, según las estimaciones del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, lo que representa casi el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres, convirtiendo a este tumor en el más frecuente entre la población femenina, por delante del colorrectal, el de útero, de pulmón y de ovario.

“Aunque tradicionalmente el cáncer de mama era una enfermedad que afectaba a mujeres a partir de los 60 años”, explica la doctora Lucía González-Cortijo, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, "en los últimos años estamos observando una mayor incidencia en mujeres más jóvenes". El principal motivo de este cambio se encuentra "en los hábitos reproductivos de las mujeres en el siglo XXI: menos embarazos, menos lactancia y puerperio. Todas estas situaciones son de reposo y protección de la mama. Al tener menos hijos, o tenerlos más tarde, el riesgo de cáncer de mama aumenta en la población joven", indica la especialista. Incluso así, el porcentaje de supervivencia en España es muy alto, porque el cribado mamográfico está bien establecido y la mayoría de las pacientes se diagnostican en estadios precoces. De hecho, la supervivencia a los cinco años es superior al 90%.

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Aunque siempre que se habla de cáncer de mama tendemos a referirnos a las mujeres, lo cierto es que este tumor también puede darse en hombres; así, los datos nos indican que afecta a un hombre por cada 100 mujeres. En cuanto a los factores de riesgo del cáncer de mama masculino, la genética juega un papel importante. Se estima que entre un 15-20% de los pacientes varones tiene antecedentes familiares cercanos de cáncer de mama. A su vez, sus hermanas o hijas tienen un riesgo de dos a tres veces superior de padecer esta misma enfermedad.

"Cuando un varón es diagnosticado de cáncer de mama", continúa la especialista, “siempre hay que descartar que tenga una mutación en un gen asociado al cáncer de mama familiar. Los más frecuentes son BRCA1 y BRCA2. Son hombres que han tenido hermanas, madres o abuelas con cáncer de mama. En estos casos, podemos sospechar que existe una mutación familiar que incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad. Sin embargo, hay veces en las que no se asocia a una mutación heredada y son casos esporádicos”.

Por qué se produce y cómo tratarlo

Así, otros factores que pueden incrementar el riesgo desarrollar esta enfermedad son la edad (al igual que en todos los cánceres, a mayor edad, mayor riesgo de poder desarrollarlo), alteraciones hormonales y la exposición a radiaciones ionizantes. También son importantes otros como la obesidad, tener el síndrome de Klinefelter (un síndrome genético que significa nacer con más de una copia del cromosoma X) y padecer ciertas enfermedades hepáticas, como la cirrosis.

En cuanto a los síntomas, el más frecuente es la palpación de un bulto en la mama, que en los varones suele ser más sencillo al tener una glándula mamaria de menor tamaño. En otras ocasiones pueden notar retracción del pezón o cambios en la piel. “Como en los varones no está establecido el screening mamográfico”, subraya la doctora González-Cortijo, “la forma más frecuente de detección es cuando el paciente se nota un bulto en la mama. Aunque la mayoría de los casos son lesiones benignas (lo que denominamos ginecomastia, que es una mayor proliferación de tejido glandular), siempre hay que estudiar estas lesiones”.

Con respecto a los tratamientos, son similares tanto en hombres como en mujeres. Afortunadamente, el cáncer de mama es una enfermedad en la que los avances no dejan de sucederse. “En la enfermedad precoz o curable, cada vez obtenemos mejores resultados en tumores agresivos, que tratamos con terapia antes de la cirugía (se denomina tratamiento neoadyuvante). Además, hemos conseguido definir qué pacientes no se benefician de la quimioterapia y únicamente los podemos tratar con terapia hormonal en pastillas, lo cual disminuye significativamente la toxicidad”, reconoce la doctora.

En cuanto a la enfermedad metastásica, también se ha avanzado mucho en los diferentes tipos de tumores. "En los hormonodependientes, cada vez tratamos más con terapias dirigidas (como los inhibidores de ciclinas) y menos tóxicas, que permiten unas supervivencias muy largas con una calidad de vida muy buena para estas pacientes". Por otro lado, en los tumores HER2 positivos, "que se denominan la niña bonita, por la cantidad de tratamientos que tenemos disponibles, han pasado de ser considerados una enfermedad muy agresiva a una patología muy agradecida de tratar y con muy buen pronóstico", apunta. Y finalmente, en los tumores triples negativos, que hasta hace poco tiempo se consideraban de muy mal pronóstico, "estamos viviendo avances importantes, con la inmunoterapia, que ya utilizamos en algunos cánceres y con terapias dirigidas en etapas de investigación muy avanzadas", concluye la doctora.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Madrid​.