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El curioso experimento de un doctor japonés que lo dice todo sobre la empatía hacia los demás
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CON TRES VASOS DE ARROZ

El curioso experimento de un doctor japonés que lo dice todo sobre la empatía hacia los demás

Las palabras son muy poderosas, y lo que transmitimos con ellas puede tener un impacto positivo o negativo en nuestro entorno y en las personas que nos rodean

Foto: El curioso experimento de un doctor japonés que lo dice todo sobre la empatía hacia los demás (YouTube/@AdamMock)
El curioso experimento de un doctor japonés que lo dice todo sobre la empatía hacia los demás (YouTube/@AdamMock)

Hay palabras que están pensadas para alabar y para transmitir amor, y otras que desprenden odio y maldad. Los propios psicólogos nos recomiendan que empleemos palabras positivas cuando hablemos de nosotros. Lo mismo ocurre cuando queremos dirigidnos a otra persona. Si somos hirientes al hablar, le haremos daño. Si somos amables, obtendremos el efecto contrario.

El doctor Masaru Emoto, ya fallecido, pasó media vida intentando probar esta teoría y apoyándose en el agua para mostrar los efectos de las cosas negativas y positivas. Para probar su teoría, Emoto hizo un experimento con tres vasos de arroz con agua, mostrando la influencia de las buenas y malas palabras sobre las cosas vivas. En un vídeo rescatado por la cuenta de Instagram de Quotes, podemos ver el resumen del experimento.

Esta teoría iba más allá de un vaso de agua con arroz, ya que Emoto contaba con que los humanos estamos hechos, en parte, de agua, por lo que sus experimentos podían extrapolarse a las personas. “El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y esta cambia a mejor absolutamente. Si el agua lo hace, nosotros, que somos 70-80% agua, deberíamos comportarnos igual”, afirmaba.

Otros han intentado replicar el experimento

En el experimento, Emoto preparó tres vasos de cristal transparente con un poco de arroz crudo en las mismas proporciones. A cada vaso le vertió la misma cantidad de agua, y procedió a hablar con cada vaso, cada día durante un mes. Al primer vaso, le daba las gracias. Al segundo vaso lo ignoraba, y al tercer vaso lo llamaba “idiota”.

Tras un mes, el resultado fue que el arroz del primer vaso comenzó a fermentar de manera natural. El arroz del segundo vaso, el ignorado, comenzaba a podrirse. Y el arroz del vaso que fue insultado a diario, se volvió de color negro. Lo que quiso probar Emoto fue la “memoria y la consciencia del agua en nuestro organismo”, un tema del que escribió varios libros plasmando diferentes experimentos.

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Emoto insistía especialmente en los niños y en su capacidad para absorber los sentimientos de las palabras que reciben de sus padres. El doctor realizó un experimento parecido con agua a la que hablaba, congelaba y luego visionaba con un microscopio. Aquella agua que recibía palabras hermosas y positivas, tenía formas perfectas; mientras que el agua que recibía palabras negativas y dolientes, mostraba una forma desestructurada bajo el microscopio.

Otros han intentado replicar el experimento de Emoto, ya fuese con agua o con plantas, con resultados más o menos parecidos. Si bien hay escépticos que dudan de la veracidad de estos experimentos, sea verdad o no, lo que sí es cierto es que este experimento prueba algo, y es la importancia de la empatía en nuestras relaciones sociales y en nuestro día a día, tanto hacia nosotros como hacia los demás.

Hay palabras que están pensadas para alabar y para transmitir amor, y otras que desprenden odio y maldad. Los propios psicólogos nos recomiendan que empleemos palabras positivas cuando hablemos de nosotros. Lo mismo ocurre cuando queremos dirigidnos a otra persona. Si somos hirientes al hablar, le haremos daño. Si somos amables, obtendremos el efecto contrario.

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