Los científicos explican cómo puedes construir el castillo de arena perfecto y que no se desmorone

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En esta época de verano, son muchos los que aprovechan para pasar horas y horas relajándose en la playa. Además de tomar el sol, bañarse, leer o pedir algo fresco en el chiringuito, hay otro placer muy asociado a las playas, que además nos ayuda a entrenar nuestra creatividad y nuestra maña: construir castillos de arena. Sin embargo, es una actividad más exigente de lo que pueda parecer a simple vista, y requiere ciertos procedimientos en su proceso para que no se venga abajo a las primeras de cambio.

El asunto tiene tanta miga, que incluso hay científicos que analizan a fondo las mejores maneras de dar forma a un castillo de arena robusto y estable. Uno de ellos es el profesor y sedimentólogo Matthew Bennett de la Universidad de Bournemouth (Inglaterra), cuyo minucioso método ha sido recogido por el medio británico Daily Mail.

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Las claves más importantes que propone para que el resultado sea resistente son utilizar una proporción de arena y agua de 8:1 (es decir, ocho veces más arena que agua), y añadir a esta mezcla fragmentos de concha con formas irregulares. Pero eso solo es lo básico, y hay que tener en cuenta también otros detalles.

Pasos para crear un castillo de arena

Uno de esos detalles está en el cubo en el que metemos la mezcla: el profesor Bennett recomienda que nos aseguremos de que sea uno normal, redondo y liso, y que evitemos los cubos cuadrados o con formas desiguales. Una vez escogido un cubo adecuado, el siguiente paso consiste en seleccionar la mejor arena: mejor si son granos de arena "angulares", con una forma no tan circular, para que así puedan unirse entre ellos de manera más sólida. Si los granos son muy redondos, les cuesta más juntarse los unos con los otros.

El cubo debe ser redondo, pero es mejor si los granos de arena no lo son tanto

De todos modos, puede ser difícil elegir a simple vista granos de arena que cumplan ese requisito, ya que son muy pequeños. Es ahí donde entran en juego los mencionados fragmentos de concha: si tienen formas irregulares, pueden contribuir a juntar mejor esos granos circulares, como si fuesen piezas de un puzle o, dicho de otra manera, puentes que conectan unos granos con otros. Esto dará una mayor integridad estructural al castillo, una vez construido.

Para garantizar la proporción de 8:1 que comentábamos antes, la técnica es sencilla: utilizando una pala, meter en el cubo ocho paladas de arena por una de agua. Así tendremos un 12% de agua en la mezcla, una cantidad ideal según el profesor Bennett: menos de eso sería insuficiente para mantener los granos de arena unidos, pero si nos pasamos crearíamos un efecto lubricante y la construcción colapsaría con facilidad. Si nuestra ambición nos lleva a crear un castillo muy grande, podemos hacer esta mezcla en el cubo las veces que sea necesario hasta tener suficiente material para acabarlo.