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Del gazpacho a la horchata: origen e historia de los alimentos más famosos del verano
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Del gazpacho a la horchata: origen e historia de los alimentos más famosos del verano

Todos los platos tradicionales tienen una historia detrás y, por suerte, nosotros contamos con una gastronomía variada para combatir las altas temperaturas

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Lo bueno de tener temperaturas tan extremas (ya sabes, mucho calor en verano, bastante frío en invierno), es que la gastronomía de nuestro país es variada y diversa. Eso nos sirve para alardear de que nuestros platos son especialmente potentes, algo que los españoles solemos hacer con bastante frecuencia (especialmente cuando a cocineros extranjeros como el británico Jaimie Oliver se les ocurre hacer variaciones de nuestros platos tradicionales y nos lo tomamos como una afrenta personal).

En verano hay platos clásicos que nadie suele saltarse. Uno de ellos es, por supuesto, el gazpacho. Aunque de apariencia sencilla, es muy refrescante e ideal para soportar las temperaturas extremas manteniéndote hidratado. Su historia es curiosa, como la de cualquier otro plato que ha sobrevivido al tiempo y ha pasado de generación en generación: es original de Andalucía y, según cuentan, nació con los antiguos campesinos que aprovechaban el pan seco que guardaban de días anteriores, lo estrujaban mezclándolo con ajo machacado, sal, aceite y vinagre.

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Después, con la llegada a América, se comenzaron a incorporar otros productos venidos de allende los mares como el pimiento y el tomate. Si bien en un principio los trabajadores eran los que tomaban el gazpacho para poder aguantar las largas jornadas de trabajo, después comenzó a popularizarse entre la burguesía y llegó a otros estratos de la sociedad. Un recorrido habitual para los alimentos, que a veces acaban haciéndose famosos por absoluta serendipia. Si no te gusta el gazpacho siempre puedes tomar salmorejo, que en realidad solo se diferencia del gazpacho en que a este se le añade agua y que el salmorejo cuenta en exclusividad con el tomate, mientras que el gazpacho como hemos visto también añade pepino o pimiento.

El gazpacho nació con los antiguos campesinos que aprovechaban el pan seco que tenían de días anteriores, lo estrujaban mezclándolo con ajo machacado, sal, aceite y vinagre

Y si no te convence ninguno siempre puedes pasarte al ajoblanco, especialmente popular en Andalucía y Extremadura. Esta sopa fría es, en realidad, predecesora del gazpacho. La aparición de la almendra, su ingrediente estrella, se la debemos a los árabes (aunque los fenicios la habían descubierto en Asia tiempo atrás). Fue gracias a su proliferación que surgió la receta que todos conocemos a base de pan, agua fría, aceite de oliva, almendras crudas, ajo, vinagre y sal.

placeholder Ajoblanco, hecho con almendras. (iStock)
Ajoblanco, hecho con almendras. (iStock)

Otra bebida típica de los veranos españoles es la horchata. Curiosamente, su propio nombre indica que no siempre se hizo con chufa, sino que probablemente en otro tiempo se preparaba con cebada. A pesar de ello, la chufa fue una de las primeras plantas en ser cultivadas por los humanos. De cualquier manera, le debemos esta dulce y refrescante bebida de nuevo a la invasión de los árabes, que fueron los que trajeron la chufa a nuestras tierras y comenzaron a cultivarla en la zona de Alboraya, allá por el siglo XIII.

Le debemos la horchata a la invasión de los árabes, que fueron los que trajeron la chufa a nuestras tierras y comenzaron a cultivarla en la zona de Alboraya

Y por supuesto, la ensaladilla rusa también suele estar en muchas mesas españolas durante el periodo estival. Lo ruso decora muchos nombres propios sin que sepamos muy bien de dónde viene, desde los filetes a las montañas, pero en el caso de la ensaladilla, aunque no es exactamente así en los países de Putin (ellos usan mucha remolacha), sí que es cierto que algo de verdad hay en todo el asunto.

placeholder Zorongollo. (iStock)
Zorongollo. (iStock)

En varios países este tipo de ensaladilla se llama Olivier, pues debe su fama a un cocinero belga llamado Lucien Olivier que se hizo famoso en Moscú gracias a una ensalada con mayonesa que, en realidad, tampoco había inventado (pero sí popularizó). Aunque le debemos el nombre, ni siquiera existe una única versión en nuestro país, al que llegó hacia mediados de 1800. Pero todos coincidimos más o menos en lo mismo: patatas, zanahorias, guisantes, atún, huevos cocidos y a veces aceitunas, pepinillos, pollo o trocitos de jamón cocido.

En varios países la ensaladilla rusa se llama Olivier, pues debe su fama a un cocinero belga llamado Lucien Olivier que se hizo famoso en Moscú

Las ensaladas de todas las variedades son el plato estrella del verano, desde la rusa ya mencionada a la campera. El zorongollo (que de nuevo tiene varias vertientes, en Extremadura y en Murcia) es otra ensalada típica con pimiento y tomate asado, muy popular en verano. En muchas ocasiones se utiliza para acompañar a los platos principales de carne y pescado. Todos ellos son platos al gusto del comensal, ideales para degustar antes de un helado y una buena siesta veraniega.

Lo bueno de tener temperaturas tan extremas (ya sabes, mucho calor en verano, bastante frío en invierno), es que la gastronomía de nuestro país es variada y diversa. Eso nos sirve para alardear de que nuestros platos son especialmente potentes, algo que los españoles solemos hacer con bastante frecuencia (especialmente cuando a cocineros extranjeros como el británico Jaimie Oliver se les ocurre hacer variaciones de nuestros platos tradicionales y nos lo tomamos como una afrenta personal).

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