¿Odias los lunes? Tres consejos importantes para conseguir soportarlos

La mayoría estamos acostumbrados a trabajar cinco días y librar dos días seguidos, normalmente sábado y domingo. Llevamos teniendo esa rutina desde el colegio, para bien y para mal. Durante la semana, acumulamos estrés, llevamos un ritmo bastante frenético y tenemos poco tiempo para relajarnos. Pero, cuando llega el fin de semana, somos otras personas.

El efecto ya se empieza a notar el viernes por la tarde, tenemos ganas de terminar nuestras obligaciones, de relajarnos. Sabemos que al día siguiente no hay que madrugar, y que disponemos de bastante tiempo libre para nosotros. Sin embargo, es llegar el domingo por la tarde y ya notar el famoso “síndrome del domingo”, que precede al fatídico lunes. De vuelta a la rutina, la ansiedad y las actividades frenéticas. Por suerte, puedes “reprogramar” tu cerebro para que afronte la semana de manera diferente.

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Como explica la BBC, “tu cerebro ama la previsibilidad y la rutina”. Se acostumbra rápidamente al cambio de rutina de entre semana al fin de semana, con mayor libertad, menos ansiedad y más descanso. El problema viene cuando debes volver a la rutina de lunes a viernes. Ahí aparecen sentimientos como la angustia y ya no te sientes tan bien. El primer paso es hacer que tu organismo se acostumbre a llevar una rutina, incluso en fin de semana.

La rutina puede jugar a tu favor

A muchos no les va a sonar bien el primer consejo, pero llevar una rutina que dure toda una semana y no solo cinco días, ayuda mucho a que los lunes sean un día más. Pero tiene truco. El objetivo es introducir una rutina diaria que te guste, como ver tu programa de televisión favorito, hacer jardinería, pintar o ir al gimnasio. Si incluyes algunas de estas actividades durante toda la semana, tu cerebro verá más placentero comenzar los lunes, porque tiene algo divertido que hacer.

Mantener una rutina a la hora de irse a dormir ayuda a afrontar la semana

El segundo consejo nos lo llevan diciendo nuestras madres toda la vida: levántate a la misma hora los siete días de la semana. Esto hace que tu rutina del sueño no se vea alterada el fin de semana, acostándote muy tarde y levantándote más tarde todavía. Aunque, más que despertarse todos los días a las seis de la mañana, que suena deprimente, puedes probar a que la diferencia entre la semana y el fin de semana en tu rutina del sueño sea la menor posible, evitando que cambie tu patrón de sueño.

El tercer consejo trata de “hackear tus hormonas”, en concreto, el cortisol. Esta hormona se encarga de controlar el ciclo de sueño y de vigilia o nuestras respuestas ante el estrés. Normalmente, comienza a liberarse una pequeña cantidad de cortisol una hora antes de despertarnos, y los niveles van bajando durante el día. El problema es que, si vivimos en un estado de estrés, el cortisol no baja nunca, y la adrenalina también sube, manteniéndonos en un estado de vigilia constante, incluso por la noche.

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Para evitar esto, uno de los objetivos principales es reducir nuestros niveles de estrés durante la semana, evitando que se active el modo de supervivencia sin una amenaza real. Si realizamos actividades de relajación los lunes, nos ayudarán a regular los niveles de cortisol. Otro método más fácil y divertido es pasar tiempo en la naturaleza. Procura ir a dar un paseo a un parque el lunes, y evita las redes sociales, y verás cómo la semana comienza de otra manera.