¿Es útil hacerse el difícil para ligar?

A todos nos lo habrán dicho alguna vez que no hay nada como hacerse el difícil para conseguir a la persona de nuestros sueños. Generalmente, se basa en ciertos estereotipos sobre los hombres y las mujeres, aunque sorprendentemente suelen ser contrarios. A las mujeres, por ejemplo, se les dice que deben hacerse las difíciles porque los hombres pierden el interés rápido, mientras que a los hombres se les insiste en que no sigan a mujeres excesivamente difíciles porque no merece la pena.

¿Qué ha de verdad en todo esto? Sorprendentemente, se han hecho varios estudios al respecto. Por ejemplo, una investigación capitaneada por Peter Jonason y Norman Li aseguraba que eso de hacerse los difíciles (enfatizando en las mujeres) sirve con el fin de manipular nuestra disponibilidad percibida. Al igual que en otros aspectos de la vida, cuando un producto es difícil de obtener, las personas lo perciben como más valioso que si estuviera fácilmente disponible.

Cuando un producto es difícil de obtener, las personas lo perciben como más valioso que si estuviera fácilmente disponible

De una manera similar, indica 'Psychology Today', Gurit Birnbaum y sus colegas (2020) afirman que las personas se sienten más atraídas por posibles parejas románticas que son selectivamente difíciles de conseguir (es decir, fáciles para ellos, pero difíciles para otros) que por aquellas que son totalmente fáciles o difíciles de conseguir. Descubrieron que las percepciones de posibles parejas difíciles no solo aumentaban la conveniencia, sino que también se manifestaban al dedicar esfuerzos más concretos a una mayor interacción.

Ambos enfoques implican que, en algún momento, el comportamiento de la persona en cuestión se enfríe. Sin embargo, jugar a hacerse el difícil es un enfoque que requiere una manipulación engañosa. No es igual que ir con calma, donde el amor se desarrolla con el tiempo y se vuelve más significativo y profundo, pero con una actitud romántica genuina. De hecho, la felicidad conyugal se asocia positivamente con la duración del período de cortejo (Byrne y Murnen, 1988).

Jugar a hacerse el difícil con la idea de demostrar que no estás desesperado o eres excesivamente pegajoso es de hecho útil en muchas circunstancias

En definitiva, por si estás dudando, jugar a hacerse el difícil con la idea de demostrar que no estás desesperado o eres excesivamente pegajoso es de hecho útil en muchas circunstancias. Sin embargo, se hace manipulando engañosamente. Por el contrario, usando la carta de ir con calma y todo a su debido tiempo, muestras tu valor al indicar genuinamente que no deseas apresurarte y tropezar en el camino romántico lleno de baches. No hay una receta para conseguir el punto óptimo entre ser fácil o difícil, y lo más apropiado es buscar un equilibrio entre factores aparentemente opuestos. Pero lograrlo suele ser una cuestión de esfuerzo a lo largo del tiempo, y no simplemente de suerte.