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Cómo dejar de sonar agresivo cuando estás discutiendo con tu pareja
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"Y TÚ MÁS"

Cómo dejar de sonar agresivo cuando estás discutiendo con tu pareja

En los momentos más acalorados, la clave siempre reside en mantener la calma y ponerte en el lugar de la otra persona, por más que cueste. Aquí van una serie de consejos para afrontar los conflictos

Foto: Foto: iStock.
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Si hay una máxima primordial para que cualquier pareja funcione a pesar de los problemas que puedan surgir, esa es la de tener una buena comunicación. Pero detrás de este requisito hay muchos matices, ya que en muchos casos, para que esa comunicación funcione, hay que prestar más atención a las formas que al contenido. Mantener un diálogo constante sobre los puntos más conflictivos de la relación no garantiza que el vínculo sea bueno por sí mismo, ya que hay muchas maneras de escuchar, a la par que de transmitir aquello que te rechina del otro o de vuestra vida juntos.

Y, a la hora de la verdad, todos estamos muy dispuestos a comunicar aquello que no nos gusta, pero seguramente no tanto si la crítica la recibimos nosotros, lo que quiere decir que, en los momentos más acalorados de las discusiones conyugales hace falta ceder y ponerse en la posición del otro. De lo contrario, nunca se llegará a ningún punto, pues el diálogo razonado y honesto se convertirá en una jaula de grillos en la que impera la ley del "tú más".

"La idea es saber que estáis en el mismo barco. Y, por ello, lo básico siempre pasa por tener una buena comunicación"

En estas ocasiones, como decíamos, poco importa el contenido de lo que querrías comunicar, pues adquieren más importancia las formas. De hecho, muchas discusiones entre amigos y parejas se suelen originar a partir de malentendidos que vienen creados por esas malas formas en las que se dio el proceso comunicativo. ¿O acaso nunca has discutido por un mensaje fuera de contexto o que el otro recibió mal porque no se percató del tono con el que lo estabas diciendo? En la era de los 'smartphones' es muy fácil hacer una montaña de un grano de arena tan solo porque no te respondió a tiempo, no te puso el emoticono correcto (o directamente ninguno) o las palabras, tal y como suenan leídas, fueron muy 'secas'.

Consejos a tener en cuenta

Pero si no tienes la excusa de que haya una pantalla entre vosotros, lo lógico es recibir las críticas con seriedad y responsabilidad, a la par que transmitir aquello que no te parece correcto del otro con empatía y afecto. Aquí encontrarás una serie de recomendaciones sobre cómo moverse en las arenas movedizas de las discusiones conyugales y, de paso, aprovecharlas para afianzar aún más la relación.

"Aunque parezca imposible porque te ha defraudado o engañado, siempre intenta comprender lo que piensa, siente y hace"

En primer lugar, hay que tener en cuenta los principios de lo que Lisa Firestone, psicóloga estadounidense, define como "comunicación colaborativa". Esto es que, pase lo que pase y tengáis que deciros, ambos remáis en la misma dirección, que no es más que el hecho de estar juntos y apostar por el otro. En este sentido, "a menudo eso implica luchar con la parte más defensiva o combativa de nosotros mismos", asegura la doctora. "La idea es saber que estáis en el mismo barco". Y, por ello, lo básico siempre pasa por tener una buena comunicación.

La clave es defenderte sin resultar agresivo. Y esto parece inevitable si el motivo de la discusión es grave o trastoca alguno de los elementos de tu personalidad que te hacen saltar. Recuerda que no hay que estar de acuerdo en todo, sino saber ponerse en la piel del otro. Aunque te parezca imposible porque te ha defraudado o engañado, siempre intenta comprender sus pensamientos y sentimientos, pues al final el motivo del conflicto no es más que el síntoma de algo que puede ir mal entre vosotros o en lo que no estáis de acuerdo.

Foto: Jóvenes discutiendo

"Para no parecer que respondes a la defensiva, tienes que demostrar a tu pareja que la estás escuchando de verdad", aseguran desde 'Life Hacker'. "Recuérdate a ti mismo de que debes ir más despacio y procesa sus palabras. Utilizar el lenguaje corporal, asiente con la cabeza, eso denotará que estás escuchando atentamente, y aclara cómo estás interpretando sus palabras". Y, por supuesto, "haz todas las preguntas que necesites", siempre constructivas y con naturalidad, es decir, que te ayuden a entender la posición contraria.

Cuando te toque hablar a ti, invierte el proceso y ten presente al otro. Para conseguirlo, un buen consejo es no empezar las frases con la primera persona del singular, "yo". Esto resultará mucho menos agresivo. "Por ejemplo, en lugar de arrancar frases como 'siempre haces tal cosa' o 'nunca me escuchas', podrías cambiarlo por 'no me siento escuchado o escuchada, y eso me duele'". En definitiva, para que se dé una comunicación constructiva y colaborativa, "ambas partes se deben poner en el lugar del otro", y esto también es responsabilidad de quien tiene la voz cantante, no solo del que escucha. En definitiva, lo básico es ponerse en el lugar del otro. Puede que no estéis de acuerdo o no lleguéis a resolver el problema que tenéis de inmediato, pero la clave es dejar claro vuestra posición sin hacer daño al otro a lo tonto o de forma gratuita.

Si hay una máxima primordial para que cualquier pareja funcione a pesar de los problemas que puedan surgir, esa es la de tener una buena comunicación. Pero detrás de este requisito hay muchos matices, ya que en muchos casos, para que esa comunicación funcione, hay que prestar más atención a las formas que al contenido. Mantener un diálogo constante sobre los puntos más conflictivos de la relación no garantiza que el vínculo sea bueno por sí mismo, ya que hay muchas maneras de escuchar, a la par que de transmitir aquello que te rechina del otro o de vuestra vida juntos.

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