Menos diagnósticos y más muertes: así afecta la enfermedad cardiovascular a la mujer
Tradicionalmente, se ha subestimado el riesgo que tienen las mujeres de sufrir infartos e ictus. La realidad es que este riesgo es incluso superior al de los varones
La enfermedad cardiovascular en la mujer es más frecuente de lo que se piensa, más grave de lo que uno cabría esperar, se diagnostica menos de lo que se debería y se trata peor de lo que se cree. Así lo refleja la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en una reciente publicación, poniéndonos sobre aviso de que, si bien siempre hemos pensado que el hombre tiene un mayor riesgo cardiovascular, lo cierto es que esta enfermedad es la primera causa de muerte en ellas, por encima del cáncer.
De hecho, el doctor Xavier Ruyra, jefe del servicio de Cirugía Cardíaca del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon (Barcelona) y presidente de la Fundación CardioDreams, alerta de que en España cada siete minutos fallece una mujer por este motivo, lo que supone 65.000 muertes, frente a los 6.500 fallecimientos como consecuencia de un cáncer de mama.
“El 15% de esas muertes es por infarto agudo de miocardio y un 26%, por enfermedades cerebrovasculares. Solamente en Cataluña, por ejemplo, mueren 18.000 mujeres al año por enfermedad cardiovascular. Aunque no seamos conscientes de ello, el problema está ahí”, asegura este especialista de Quirónsalud. Además, y según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, en 2020 fallecieron casi 8.000 mujeres más que varones por esta causa.
Síntomas en la mujer
Uno de los aspectos importantes que debemos tener en cuenta es que los síntomas no siempre se presentan de igual forma en ambos sexos. Así, por ejemplo, tendemos a pensar en el dolor del pecho como la señal por excelencia del infarto, pero esto solo es así en los varones.
En concreto, el experto del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon detalla que entre los principales síntomas en ellas se encontrarían, además, dolor en uno o dos brazos, un dolor torácico poco localizado, falta de aliento, mareos o pérdida de visión, malestar general, náuseas o vómitos o incluso indigestión, sudoración inusual, malestar en la zona superior de la espalda, o en la zona del cuello y en los hombros, principalmente.
Ante esta situación, el doctor Ruyra advierte de que la sintomatología de la enfermedad isquémica cardíaca en la mujer es más “atípica y engañosa” en relación con la de los hombres (dolor opresivo centrotorácico que se irradia al brazo izquierdo; dificultad para respirar; inflamación de piernas, tobillos o pies; fatiga; palpitaciones; tos o sibilancias, entre otros).
Otra brecha de género
El doctor Ruyra insiste en que “las enfermedades cardiovasculares no son cosa solo de hombres”, a pesar de que muchas personas piensan que el infarto es propio de hombres jóvenes y con mucho estrés. De hecho, se muestra convencido de que en España existe no solo una brecha salarial entre ambos sexos, sino que también tiene lugar una “brecha de género en la atención a la salud cardiovascular”.
Así lo demuestran algunos estudios que ponen en evidencia que, cuando acuden a una primera visita en el Servicio de Atención Primaria presentando los mismos síntomas, “si la mujer explica que se encuentra en un momento de mucho estrés en su vida, sus síntomas se achacan erróneamente a esa causa; mientras que, en el caso de ellos, se pronostica correctamente una enfermedad cardiovascular y, por tanto, reciben antes un tratamiento adecuado”.
Es más, destaca que en este sentido los datos son “muy reveladores” y, ante los mismos síntomas, el diagnóstico correcto se dio en el 56% de los varones frente al 15% de las féminas; el 62% de las visitas de ellos se derivó a un cardiólogo, frente a un 30% en el caso de ellas, y se prescribió una medicación adecuada al 47% de los hombres, y solo al 13% de mujeres.
Otro dato preocupante, en su opinión, es que incluso son ellas quienes, a veces, achacan los síntomas de enfermedad cardiovascular al estrés, por lo que no acuden al médico, o lo dejan para más tarde, cuando su estado empeora. Como consecuencia del retraso en la sospecha de enfermedad cardiovascular y de la menor utilización de algunos estudios complementarios, este médico lamenta que con frecuencia reciben menos, o más tarde, el tratamiento necesario.
Otro problema es el del diagnóstico. “Las mujeres demoran su asistencia a urgencias. Llegan a este servicio hasta tres veces más tarde que los hombres, y eso tiene una importancia capital, porque casi la mitad de los fallecimientos por infarto se produce en las primeras 3-4 horas desde que aparecen los síntomas”, avisa.
Qué se puede hacer
La primera propuesta sería intentar explicar, comunicar y concienciar a las propias mujeres para que sean conscientes de que están en alto riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Recuerda que esta patología aparece en este sexo una media de 10 años más tarde que en el hombre; en ese momento se suma a otros factores de riesgo cardiovascular más comunes en ellas, como el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión, el síndrome metabólico o el fumar.
La mujer pierde la protección natural de las hormonas (estrógenos) con la menopausia: “Sus arterias se hacen menos elásticas y la sangre más viscosa, y se favorecen las placas blandas en las arterias”. El doctor Ruyra destaca igualmente que, con una revisión cardiológica anual, se podrían prevenir estos eventos, especialmente si se tienen más de 50 años.
Otras acciones que, en su opinión, ayudarían a cambiar esta realidad podrían ser: establecer políticas y programas sanitarios para facilitar el acceso de la población femenina a esos chequeos; conseguir normalizar el binomio ‘chequeo ginecológico-chequeo cardiovascular’ en las mujeres, para que sus revisiones de control de salud cardiovascular sean tan habituales como hacerse una mamografía; introducir en los estudios universitarios de medicina los conceptos de género y dedicar temarios monográficos dedicados a la salud y a la enfermedad en el sexo femenino, y que los médicos e investigadores pongan el foco de atención en las afecciones cardiovasculares de la mujer, con estudios y protocolos especialmente dirigidos a ellas.
*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon
La enfermedad cardiovascular en la mujer es más frecuente de lo que se piensa, más grave de lo que uno cabría esperar, se diagnostica menos de lo que se debería y se trata peor de lo que se cree. Así lo refleja la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en una reciente publicación, poniéndonos sobre aviso de que, si bien siempre hemos pensado que el hombre tiene un mayor riesgo cardiovascular, lo cierto es que esta enfermedad es la primera causa de muerte en ellas, por encima del cáncer.