Probióticos en tu dieta: en qué debes fijarte antes de comprarlos

Desde hace unos años, el término 'probiótico' está en boca de todos, y no siempre de forma acertada. Las continuas campañas publicitarias, y sus generalizaciones, nos incitan a pensar que cualquier probiótico es bueno para nosotros y que podemos encontrarlos en un sinfín de alimentos. Por eso es interesante que sepamos qué son y para qué sirven realmente.

“Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, aportan un beneficio en las personas que los consumen”. Esta definición clásica, proporcionada por la 'Guía de la Organización Mundial de Gastroenterología', ya nos da la idea de que deben reunir una serie de requisitos para poder considerarse beneficiosos para la salud.

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En este sentido, Rocío Práxedes, dietista-nutricionista de la Unidad de Obesidad Quirón Valencia, nos explica que “para que un microorganismo sea considerado probiótico es fundamental demostrar científicamente que produce efectos beneficiosos en la salud de las personas”. En principio, la especialista señala que sus aplicaciones clínicas son diversas: desde prevención y tratamiento de la diarrea y mejora de la respuesta inmunitaria hasta el tratamiento de enfermedades intestinales inflamatorias y cólicos del lactante.

Ahora bien, los efectos saludables demostrados para una cepa microbiana específica no son atribuibles a otra cepa de la misma especie, y una cepa microbiana que haya demostrado eficacia en una indicación concreta (por ejemplo, prevención de diarrea) no necesariamente sirve para otras indicaciones. Además, los probióticos que pueden ayudar a un tipo de población no sirven siempre a otras edades (niños y ancianos) o en otro estado fisiológico (gestación y lactancia).

¿Cómo tomarlos?

Hay dos formas de ingerir probióticos, explica la dietista-nutricionista: “Aumentar el consumo de alimentos que son considerados probióticos naturales, como lácteos y otros alimentos fermentados, o usar suplementos dietéticos, que deben cumplir con los criterios de las agencias reguladoras del medicamento”.

Por un lado, las bacterias de los alimentos fermentados aumentan sus niveles de vitaminas B, C y K, desactivan sustancias nocivas como los inhibidores de proteínas y ácido fítico, así como liberan nutrientes de la comida que de otro modo hubieran pasado a través del intestino sin digerir. Tendemos a pensar que los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir o el chucrut, que contienen bacterias, ya son probióticos. No obstante, para que puedan tener un efecto beneficioso para la salud, deben tener microorganismos vivos en cantidades adecuadas. Y esto no es siempre así, ya que los distintos procesos de cocinado o esterilización a menudo reducen el número de bacterias. Por ejemplo, para que un yogur pueda recibir este nombre debe tener al menos 1.000 millones de UFC (unidades formadoras de colonias) por porción. Si en la etiqueta no aparece el número de bacterias que contiene, no des por hecho que es un yogur o un probiótico.

Por otro, los suplementos. Si no tienes un problema de salud diagnosticado, no necesitarás tomar estos compuestos, sino que será suficiente con el consumo habitual de los alimentos ricos en probióticos como los que hemos hablado. Si tienes un trastorno de salud, consulta con tu médico antes de pasar por la farmacia: como señalaba la especialista, “las distintas cepas tienen indicaciones médicas diferentes”, por lo que puede que no solo no te hagan bien, sino que, incluso, interfieran en tu recuperación.

En definitiva, ten en cuenta que una dieta equilibrada puede incorporar muchos probióticos y que, aunque hay evidencia científica acerca de sus beneficios para la salud, los suplementos deben ser prescritos solo cuando así lo indiquen las guías médicas basadas en evidencia.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Valencia.