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Por qué los primates tienen la costumbre de llevar consigo a las crías que mueren
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FAUNA CURIOSA

Por qué los primates tienen la costumbre de llevar consigo a las crías que mueren

Un gran estudio arroja algunas conclusiones sobre por qué las madres tienen este comportamiento tan curioso con sus bebés

Foto: Una madre primate junto a su cría. (EFE)
Una madre primate junto a su cría. (EFE)

Uno de los detalles más curiosos que aparecen en documentales sobre el reino animal es el hecho de que las madres primates continúan llevando consigo y acicalando los cadáveres de sus cachorros muertos durante días, semanas o meses, incluso una vez ya están descompuestos. Sin duda, se trata de una práctica que asombra a cieníficos de todo el mundo y antropólogos. Al final, la especie de la que provenimos parece tener cierta resistencia a despegarse de los miembros de su familia que han fallecido, tal y como nosotros.

Este comportamiento, errático desde el punto de vista evolutivo o adaptativo, está mucho más extendido entre los simios de lo que se creía hace unos años. Al menos así lo corrobora un estudio publicado en 'Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences' en el que se analizaron más de 400 casos documentados de madres primates de un total de 50 especies que mantienen la unión física con sus hijos fallecidos. Luego, los científicos establecieron una gran base de datos para analizar las posibles causas de esta actitud. Así, una de las conclusiones que arrojaron fue que la edad de la madre y del bebé, así como lo repentino que pudo ser el fallecimiento, eran factores que podían influir en este tipo de comportamiento.

"Algunas madres solían dar señales de alarma, una clara señal de estrés, en caso de perder el cadáver o de que otro intentara quitárselo"

Los investigadores reunieron datos e información de estudios realizados de 1915 a 2020 sobre monos, simos y lémures que transportaban a sus crías fallecidas. Aproximadamente, el 80% de las especies parecían cumplir con este patrón de comportamiento tan llamativo. Sin embargo, resultó ser más común en grandes simios, al fin y al cabo nuestros parientes primates más cercanos, típicamente europeos. Los casos más recientes se remontan a 2017 (cuando una hembra del género de los macacos transportó a su bebé durante cuatro semanas hasta que, ya en descomposición, lo canibalizó) o a 2003, cuando unas madres de chimpancé cargaron los cadáveres de sus bebés durante meses.

Una unión muy especial

Otra de las conclusiones llamativas de este estudio es que los lémures, los cuales se separaron genéticamente de otros grupos de primates hace ya más de 60 millones de años, no tendían a cumplir con este patrón de comportamiento. Así lo asegura Elisa Fernández-Fueyo, primatóloga del University College de Londres (UCL) y autora principal del estudio, en declaraciones recogidas por 'Live Science'. "Las madres lémur expresaban dolor a través de otras actitudes, como regresar de vez en cuando al punto en el que falleció el cadáver o hacer llamadas de contacto de mare-hijo", asegura.

El período de tiempo que acarrean con sus cadáveres se relaciona con la fuerza de la conexión emocional entre madre e hijo

Fernández-Fueyo y su equipo resolvieron que el hecho de acarrear con las crías muertas puede ocurrir porque la causa de la muerte no es visiblemente obvia (al morir por enfermedad) o porque la madre es muy joven y tiene menos experiencia con la muerte que una más adulta. El período de tiempo que acarrean con sus cadáveres se relaciona con la fuerza de la conexión emocional entre madre e hijo.

"Sabemos que el vínculo de madre e hijo está regulado por las emociones que experimentan los primates", asevera la primatóloga. "Por ejemplo, la separación de sus crías suele provocar ansiedad manifiesta en la progenitora". Esto también podría ser una de las causas de esta actitud tan llamativa, ya que instintivamente surge esa ansiedad cuando hay una separación física entre la madre y sus crías, y por tanto podría extenderse una vez uno de sus retoños fallece. "De hecho, algunas madres que transportaban a sus bebés fallecidos solían dar señales de alarma, una clara señal de estrés, en caso de perder el cadáver o de que otro intentara quitárselo". Esto sugere que llevar el cadáver consigo puede ser una forma de lidiar con el estrés que les provoca la pérdida.

Foto: Reconstrucción de cráneo y de la apariencia de Pliobates cataloniae. / Marta Palmero (Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont)

Aunque este es un gran estudio cuyos resultados necesitan ser verificados, contrastados y refutados en el futuro, sin duda es el más grande y más completo que se ha hecho hasta la fecha, cuyas conclusiones resultarán de gran utilidad para desentrañar muchas de las claves del comportamiento animal y, más concretamente, sobre los primates, los cuales son nuestros antepasados genéticos más cercanos y por ello quizá presuman de actitudes que nos pueden resultar algo familiares.

Uno de los detalles más curiosos que aparecen en documentales sobre el reino animal es el hecho de que las madres primates continúan llevando consigo y acicalando los cadáveres de sus cachorros muertos durante días, semanas o meses, incluso una vez ya están descompuestos. Sin duda, se trata de una práctica que asombra a cieníficos de todo el mundo y antropólogos. Al final, la especie de la que provenimos parece tener cierta resistencia a despegarse de los miembros de su familia que han fallecido, tal y como nosotros.

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