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Los beneficios para el cuerpo y la mente de bañarse con agua fría
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Según varios estudios

Los beneficios para el cuerpo y la mente de bañarse con agua fría

Nuestro organismo responde al frío con estrés, lo que provoca que hiperventilemos, que nuestro ritmo cardíaco se dispare y se llene de adrenalina

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Con la llegada del verano, más de uno tendrá en mente sumergirse en una piscina, una playa o un río. Si bien habrá una división entre las personas que prefieran bañarse en agua caliente y las que se inclinen por la fría, existen una serie de estudios que señalan que una menor temperatura trae beneficios. Aunque requiera valentía, puede que encuentres ventajas metiéndote en las costas cantábrica o atlántica.

Debido a la proliferación de los deportes en aguas abiertas, cada vez más científicos estudian las propiedades que tiene este líquido a menor temperatura. Entre los beneficios que combatiría sumergirse en un mar, río o piscina fría están el descenso de la tensión alta, y menos posibilidades de sufrir diabetes de tipo 2 o depresión. De este modo, mejoraría el estado de ánimo, sistema inmunológico y corazón. Es decir, el agua fría activa el cuerpo en su totalidad.

Foto: Nadó con una sola mano de vuelta al barco pese a estar rodeado de tiburones (Instagram)

Nuestro organismo responde al frío con estrés. Esto provoca que hiperventilemos, que nuestro ritmo cardíaco se dispare y se llene de adrenalina. Los síntomas experimentados al entrar en contacto con temperaturas bajas se deben a que el cuerpo lucha por sobrevivir. Sin embargo, si el estrés está considerado como algo malo, ¿por qué estudian los científicos los beneficios del agua fría?

Impacto en cuerpo y cerebro

Informes recientes revelan que experimentar un período corto de estrés puede ser bueno. Además, varios investigadores han comprobado que los nadadores son más resistentes a ciertas enfermedades e infecciones. Un estudio realizado en los meses de invierno concluyó que los sujetos analizados obtuvieron beneficios debido a la temperatura del agua, no a la actividad.

placeholder Los síntomas experimentados al entrar en contacto con temperaturas bajas se deben a que el cuerpo lucha por sobrevivir (Unsplash)
Los síntomas experimentados al entrar en contacto con temperaturas bajas se deben a que el cuerpo lucha por sobrevivir (Unsplash)

En esta investigación, los científicos pidieron a un grupo de voluntarios que se diese duchas frías de 30 segundos todas las mañanas durante tres meses. De todos los participantes, los que se bañaron utilizando una temperatura más baja enfermaron un 30% menos días que los que se ducharon con agua caliente.

Es probable que el individuo tenga problemas para controlar su respiración

El profesor de Fisiología Humana y Aplicada de la Universidad de Portsmouth, Mike Tipton, ha analizado lo que sucede al sumergirse en agua fría y el impacto que podría tener en el cuerpo y el cerebro. En una entrevista con CNN, ha indicado que “las personas que se bañan con agua fría tienen una función inmunológica mejorada” que no variará si la inmersión se produce en un exterior o un interior.

90 segundos como mínimo

Aquellos que prefieran una mayor temperatura, están de enhorabuena: solo tendrán que sumergirse unos instantes. Aun así, el experto apunta que es aconsejable actuar con precaución. “Si permaneces el tiempo suficiente como para que los tejidos más profundos de la piel se enfríen, podrías sufrir una hipotermia, lo que es perjudicial”.

Foto: La piscina está situada a 30 metros de altura entre dos edificios (EcoWorld Ballymore)

Tipton estima que una persona debería estar en contacto con agua muy fría durante 120 segundos como máximo. Una vez pasado ese tiempo, es probable que el individuo tenga problemas para controlar su respiración. Por otro lado, cree que el cuerpo obtendrá beneficios a partir del minuto y medio, por lo que esa sería la cifra que deberían alcanzar los menos afines al agua fría.

placeholder El agua fría activa el cuerpo en su totalidad (Unsplash)
El agua fría activa el cuerpo en su totalidad (Unsplash)

Sumergirse ese minuto y medio aumenta los niveles de la dopamina, serotonina y b-enforfina, además del 'subidón posnatación' del que hablan muchos amantes del agua a menor temperatura. A falta de una mayor investigación que amplíe esta cuestión, cabe recordar que el contacto del organismo con agua fría se traduce en estrés, el cual libera, entre otros muchos síntomas, un nivel de adrenalina que no perjudica a la salud.

Con la llegada del verano, más de uno tendrá en mente sumergirse en una piscina, una playa o un río. Si bien habrá una división entre las personas que prefieran bañarse en agua caliente y las que se inclinen por la fría, existen una serie de estudios que señalan que una menor temperatura trae beneficios. Aunque requiera valentía, puede que encuentres ventajas metiéndote en las costas cantábrica o atlántica.

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