Es noticia
Cómo proteger tu piel del uso excesivo de la mascarilla
  1. Alma, Corazón, Vida
PROTÉGETE BIEN

Cómo proteger tu piel del uso excesivo de la mascarilla

Han venido para quedarse con nosotros y pronto nos acostumbraremos a llevarlas puestas. Esto puede pasar factura a tu salud dermatológica: los motivos y sus soluciones

Foto: iStock
iStock

A grandes males, grandes remedios. El uso de la mascarilla se ha generalizado en nuestra vida cotidiana y todo apunta a que no nos desprenderemos de ella en una buena temporada. Se trata de una de las normas de prevención más básicas de cara a evitar que el número de contagios aumente de manera exponencial como ya hizo a comienzos de abril. Ahora, los epidemiólogos están investigando si finalmente habrá un nuevo rebrote, solo que esta vez y a diferencia de hace unos meses, estaremos más prevenidos gracias, entre otras cosas, a este simple gesto que realizamos cada vez que salimos de casa.

Y ahora, con la llegada del calor y la inminente entrada oficial en la estación estival, hay que reconocer que el uso de la mascarilla se vuelve más incómodo, pero no por ello menos necesario. ¿Cómo afectará a nuestro cuerpo y nuestra manera de vivir este accesorio que se ha convertido en imprescindible en nuestra vida social? Los médicos de todas las especialidades están a la espera de estudiar los cambios que producirá este pequeño pero tan valioso utensilio que nos va a acompañar de ahora en adelante.

La piel de estas zona del rostro puede sudorar más de lo debido, produciendo así irritaciones de piel, eccemas, piel rosácea o acné

Uno de los primeros problemas más inmediatos será con la piel. A raíz de la cavidad de aire reciclado que crea la mascarilla en nuestra boca y nariz y el calor del exterior, la piel de estas zona del rostro puede sudorar más de lo debido, produciendo así afecciones dermatológicas que pueden ir desde irritaciones de piel, eccemas, piel rosácea o acné. Este último concretamente es uno de los fenómenos que más han comenzado a ver los médicos estadounidenses entre la población, aunque el uso de mascarillas no es la única razón que se les atribuye.

El acné, al fin y al cabo, puede ser producido por factores externos de estrés o ansiedad, así como por trastornos mentales como depresión o cansancio. Todas estas afecciones están en mayor o menor medida relacionadas con la excesiva liberación de la hormona cortisol, que acaba generando una piel más grasienta. Aunque a la hora de la verdad muchos de nosotros solo tengamos que usar la mascarilla cada vez que nos subimos al transporte público o bien cuando no podemos garantizar una separación entre personas de más de dos metros, otros muchos tienen que llevarla puestas durante horas, por lo que son más proclives a desarrollar problemas dermatológicos.

Los cambios en la humedad ambiental pueden desencadenar dermatitis alrededor de la boca

De entre todos ellos, son los profesionales sanitarios los que más horas han pasado con ellas puestas desde que comenzó la pandemia, hasta el punto de que algunos han experimentado incómodas rozaduras que posiblemente han tenido que tratar con tiritas o algún apósito. De igual forma, los trabajadores en supermercado o en tiendas de bienes esenciales también han tenido que hacer un uso muy prolongado en el tiempo, por lo que ciertos medios de comunicación como el estadounidense 'Vox', ya han lanzado una serie de recomendaciones para todos aquellos que tengan la piel sensible a este tipo de problemas.

Lo primero es escoger bien el material con el que están hechas las mascarillas. En este sentido, es mejor adquirirlas en una farmacia que fabricarlas tu mismo a partir de materiales como poliéster o lana. "He visto a varias personas con mascarillas hechas de lana a partir de jerseys de cuello alto", asegura Jessica Wu, dermatóloga estadounidense. "No te pongas eso. Muchas mezclas de telas sintéticas se tratan con productos químicos que producen irritación en la piel y no son transpirables".

Problemas asociados

En su lugar, la experta aconseja usar mascarillas hechas de fibras naturales, como algodón o seda, para reducir la probabilidad de sufrir irritaciones. Una herramienta de protección ante un posible contagio como esta atrapa la humedad dentro del espacio cerrado que hay entre el rostro de una persona y la tela. Esta humedad, sobre todo en climas cálidos, puede producir brotes de acné y, en algunos casos, dermatitis al contacto o una erupción cutánea acompañada de una sensación de picazón en la piel. Dado que muchas personas se decantan por hacer ejercicio (correr o andar en bici) con ellas puestas al no poder garantizar la distancia de seguridad con otras, el exceso de grasa, suciedad y sudor también puede quedar atrapado en su interior, lo que acabaría produciendo irritaciones alrededor del mentón, en la mandíbula, las mejillas o las comisuras y zonas cercanas a la boca.

Lávate la cara frecuentemente y sécala bien. Y, por supuesto, desinfecta la mascarilla con alcohol antes y después de cada uso

"La piel se encuentra siempre en un estado de equilibrio con el aire exterior", recalca Heather Goff en 'Healio', profesora de dermatología en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas. "Los cambios en la humedad ambiental, en una atmósfera seca o húmeda, pueden desencadenar dermatitis alrededor de la boca en un individuo que puede tener predisposición a desarrollarla".

¿Qué podemos hacer para prevenir esta serie de problemas de salud cutánea? En general, llevar una buena higiene y poner más cuidado y atención a lo que nuestra piel demanda. Esto se puede resumir en lavarse la cara frecuentemente, secando bien las zonas más sensibles, a la par que usar lociones y cremas hidratantes cuando nos vayamos a acostar y no usemos las mascarillas.

Foto: Foto: iStock

También es muy importante extremar las medidas de higiene a la hora de ponerse y quitarse la mascarilla. Antes de ponértela, lávate bien las manos con jabón, tanto como para ponértela. Lo mismo para la mascarilla: debes desinfecarla antes de cada uso con gel hidroalcóholico. También presta atención y procura no tocar su parte exterior, ya que puedes contaminarla si tienes las manos sucias.

A grandes males, grandes remedios. El uso de la mascarilla se ha generalizado en nuestra vida cotidiana y todo apunta a que no nos desprenderemos de ella en una buena temporada. Se trata de una de las normas de prevención más básicas de cara a evitar que el número de contagios aumente de manera exponencial como ya hizo a comienzos de abril. Ahora, los epidemiólogos están investigando si finalmente habrá un nuevo rebrote, solo que esta vez y a diferencia de hace unos meses, estaremos más prevenidos gracias, entre otras cosas, a este simple gesto que realizamos cada vez que salimos de casa.

Social Trastornos mentales Estrés
El redactor recomienda