Por qué deberías pedir la pizza sin cortar (y el truco definitivo para recalentarla)

La pizza es uno de los platos más universales de la gastronomía. En cualquier lugar del mundo que visitemos, por pequeño que sea, encontraremos un restaurante donde nos hagan una, ya sea la clásica margarita de mozzarella y tomate o alguna versión más aderezada con los gustos locales de donde nos encontremos.

A casi todo el mundo le gusta esta receta italiana, que cada país varía a su gusto, lo que hace que desaparezca en pocos minutos de la mesa. Por suerte para los fanáticos de este plato, los restaurantes de comida para llevar siguen entregándola ya preparada en la puerta de casa.

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Eso sí, si vas a encargar una pizza ten en cuenta una cosa: pídela sin cortar. Probablemente creas que no hay ninguna diferencia, pero el cocinero Meathead Goldwyn explica por qué a 'Life Hacker'.

"Cuando pidas una pizza para llevar o a domicilio no permitas que la corten. Que ni se les ocurra. Cuando cortan la pizza todos los jugos se derraman por la línea de corte y dejan la masa empapada y blanda", cuenta.

Cuando cortan la pizza todos los jugos se derraman por la línea de corte y dejan la masa empapada y blanda

Del mismo modo, señala que "cuando pidas la pizza pon el horno a precalentar a solo 100 grados con una bandeja o lo que uses para las pizzas dentro. Cuando llegue la pizza métela en el horno un rato hasta que se vuelva a calentar y ahí sí córtala a tu gusto. Nunca permitas que la corten antes".

La mejor forma de recalentarla

Pero ¿qué pasa si hemos dejado una sola porción y la queremos comer al día siguiente? Recalentar la pizza, por sencillo que parezca, no es fácil si queremos que quede perfecta y como recién hecha, pero hay un método que consigue ese pequeño milagro.

El mejor método para recalentar una pizza es el que se ha hecho famoso en la red social Reddit y que se divide en dos pasos: primero hay que colocar la porción de pizza en una sartén antiadherente y cocinarla durante dos minutos a fuego medio-bajo (o hasta que el fondo de la masa esté crujiente).

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Después, hay que poner dos gotas de agua (literalmente) en la sartén, de tal manera que queden lo más alejadas posibles del trozo de pizza. Se cubre la sartén con una tapa y se baja el fuego para cocinar la porción durante otro minuto. El resultado es que la corteza está crujiente, el queso se ha derretido gracias al vapor del agua creado bajo la tapa con las dos gotas de agua y la porción tiene la temperatura perfecta para comerse inmediatamente. Problema resuelto.