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Los problemas del cortisol: cómo saber si es tóxico para ti
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¿estás estresado?

Los problemas del cortisol: cómo saber si es tóxico para ti

Algunos factores pueden estresarnos y liberar esta hormona que, en grandes cantidades, es perjudicial para la salud. ¿Cómo detectarla y solucionar el problema?

Foto: Foto: iStock.
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No es nada nuevo si decimos que el estrés es uno de los grandes problemas del siglo XXI. Desde primera hora de la mañana vamos con prisas, y aunque pasamos ocho o nueve horas de nuestra vida en completo reposo, sentados frente a un ordenador, cuando llegamos a casa estamos agotados mentalmente y con los nervios de punta por la falta de ejercicio y los mil problemas que han ido surgiendo a lo largo del día. Así, durante cinco días a la semana, con el permiso del 'finde', en el que arrastramos tanto cansancio que lo único que nos apetece es tumbarnos en el sofá a ver la vida pasar.

¿Afecta eso a nuestro organismo? Por supuesto, la respuesta es positiva. En concreto, cuando hablamos de estrés, debemos mencionar de la hormona del cortisol, que se libera como respuesta a esta ansiedad o bien cuando tienes un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre. Los valores normales dependen de la hora del día y de su contexto clínico, pero generalmente lo normal es de 10 μg/dl aunque cuando se encuentra en niveles muy altos puede llegar hasta 80.

Generadores del cortisol y consecuencias

Como es lógico, no querremos por tanto tener un nivel elevado del cortisol, por la cuenta que nos trae, pero ¿qué factores lo pueden incrementarlo? Además de los niveles de glucosa bajos de los que hemos hablado antes, también es importante mencionar:

  • La falta de sueño
  • El estrés emocional o la depresión
  • Las infecciones
  • El frío excesivo
  • A veces, un exceso de actividad física

¿Y qué le sucede a tu cuerpo cuando se disparan los niveles de cortisol? Pues, en realidad, muchas cosas.

  • Problemas de piel. Desde acné a psoriasis, eczemas, dermatitis o sarpullidos. Además, es probable que tengas más propensión a que te salgan hematomas.
  • En el páncreas. Desgraciadamente, el cortisol también puede tener que ver con el aumento de peso, debido a que la segregación elevada de insulina conduce a un incremento de la grasa en el abdomen y los órganos (a su vez eso puede derivar en diabetes).
  • El sistema inmunológico. Cuando hay una menor actividad inmunológica pueden aumentar las infecciones, inflamaciones o enfermedades crónicas.
  • Corazón. Aumentan el ritmo cardíaco, el colesterol y la concentración.
  • Músculos y articulaciones. Dolores, inflamaciones... incluso puede afectar al aparato digestivo y producir gastritis o estreñimiento.

Vaya cuadro, pensarás ¿no? Lo peor es que el aumento de los niveles de cortisol también produce problemas en el cerebro. Disminuye la concentración, aumenta la ansiedad, la depresión, los ataques de pánico y altera el sueño. ¡Un momento! Al principio hemos dicho que la falta del mismo puede desencadenarlo, por lo tanto es un ciclo vicioso... cuanto menos duermes más te estresas y, por tanto, menos puedes dormir.

Cómo detectarlo

Conocer todo esto está muy bien, pero no sirve de nada si no sabes realmente si tu cortisol está por las nubes o no. Es bastante difícil luchar contra el estrés, pues se trata realmente de una respuesta evolutiva y adaptativa que tiene el organismo para afrontar una situación que se interpreta como una amenaza, ya sea que mañana tienes que entregar un 'paper' o que va a comerte un tigre. El cerebro entonces envía una señal a las glándulas adrenales para que liberen la hormona.

Necesitamos el estrés, pero en grandes dosis disminuye la concentración, aumenta la ansiedad, la depresión, los ataques de pánico y altera el sueño

Por tanto, necesitamos el cortisol, pero cuando permanece elevado constantemente se puede convertir en un problema. Y en España parece que es normal, pues según el Instituto Nacional de Estadística, el estrés laboral afecta a más del 40% de asalariados y en torno al 50% de los empresarios (y las mujeres tienen el dudoso honor de ser las más estresadas de Europa). Entonces, ¿cómo reconocer que tenemos los niveles disparados?

Foto: El estrés no es bueno para absolutamente nada. iStock


Estas son algunas de las señales:

  • Tienes cambios de humor, te cuesta concentrarte, se te olvidan las cosas
  • Pese a que duermes bien, notas que ha bajado tu productividad y que estás cansado, te falta energía
  • Aumentas de peso sin explicación y también te han salido estrías en la piel del abdomen
  • Cuando coges un catarro o te haces una herida tardas mucho tiempo en curarte
  • Te duele la cabeza a menudo
  • Producción excesiva de vello en el área facial y notas la cara más redonda de lo habitual
  • Si eres mujer, notas el ciclo menstrual alterado

Como ves, son muchas y muy variadas, por lo que si cumples alguna o crees que podrías tenerlo, lo mejor que puedes hacer es acudir al médico para que solicite unos análisis de sangre y se evalúen, para comprobarlo.

Luchar contra el estrés no es algo fácil, ni mucho menos, pero tú puedes poner en práctica algunas medidas para evitar que tus niveles de cortisol suban. Entre ellas están el mantenerse hidratado, dormir las horas convenientes (entre seis y ocho), evitar alimentos procesados y cafeína, realizar actividad física con regularidad (pero nunca en exceso), no tomar comidas demasiado pesadas y, si es necesario, elegir hierbas naturales (infusiones, cápsulas...) que puedan tener efectos antiestrés y te ayuden a combatirlo.

No es nada nuevo si decimos que el estrés es uno de los grandes problemas del siglo XXI. Desde primera hora de la mañana vamos con prisas, y aunque pasamos ocho o nueve horas de nuestra vida en completo reposo, sentados frente a un ordenador, cuando llegamos a casa estamos agotados mentalmente y con los nervios de punta por la falta de ejercicio y los mil problemas que han ido surgiendo a lo largo del día. Así, durante cinco días a la semana, con el permiso del 'finde', en el que arrastramos tanto cansancio que lo único que nos apetece es tumbarnos en el sofá a ver la vida pasar.

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