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Las reglas del mundo del trabajo que deberías dejar de seguir
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Las reglas del mundo del trabajo que deberías dejar de seguir

Ropa formal, mensajes muy educados y algunas normas de etiqueta bastante pasadas. Son muchas las costumbres que una vez se llevaron en el entorno laboral y hoy nos fascinan

Foto: Trabajadores: una sonrisa en los labios y una canción en el corazón. (iStock)
Trabajadores: una sonrisa en los labios y una canción en el corazón. (iStock)

La historia del trabajo ha cambiado mucho en poco tiempo. A principios del siglo XX eran pocos los que trabajaban en una oficina tal y como la conocemos ahora (de las mujeres ni hablamos) y más los rentistas que se dedicaban a, simple y llanamente, vivir. El empleo se ha democratizado y en la actualidad es sinónimo de estatus, pero como la moda de ponerse moreno o cubrirse con una sombrilla según la época, las normas de etiqueta han variado enormemente.

Si llevas mucho tiempo en el mercado laboral, algunas de estas "normas" no te llamarán especialmente la atención. Es más, quizá hasta recuerdes haberlas padecido, cuando desempolves tus recuerdos. Para los millennial, quizá suenen un poco a costumbres venidas de una galaxia muy, muy lejana. Sea como fuere, ahí van algunas.

Nunca comer en el escritorio

Probablemente te parezca una chorrada a ti, lector, que estás ojeando este artículo mientras te comes un sándwich frente a tu pantalla, pero esto ha sucedido. Es cierto que quizá sentarte al lado de una persona que está comiendo curry picante aderezado con roquefort no es la mejor manera de afrontar la tarde, pero a día de hoy realmente no hay una norma que no permita tomar tu almuerzo en tu escritorio. Un estudio de 2017 de 'The Gartman Group' descubrió que el 52% de los encuestados lo hacen diariamente, así que no te sientas culpable que esa regla ya pasó.

El lenguaje en los correos

"Estimado señor, se despide atentamente..." Esas fórmulas de cortesía quizá están bien para un examen de 'writing' de inglés, pero lo más probable es que a día de hoy ya no escribas de esa manera.

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Según un estudio de 2017 realizado por la empresa de software Boomerang los correos electrónicos que comenzaron con un 'Ey' informal sobrepasaron con mucho al formal 'Estimado'. Y no nos engañes, seguro que en más de un mensaje has puesto una carita feliz (o triste).

Los auriculares

¿Qué sería de nuestra vida sin estos aparatos? Nos ayudan a sobrellevar las largas horas de oficina e incluso podemos hacer buenas migas con nuestros compañeros mandándonos vídeos de gatos, canciones de amor o telenovelas venezolanas. Hubo un tiempo en el que su uso en algunas oficinas era completamente inapropiado, y aunque no ha pasado tanto tiempo desde entonces nos suena por lo menos a Prehistoria. Así es.

Ni se dan tarjetas de presentación ni las mujeres ocultan su embarazo. Tampoco es un tabú usar el teléfono móvil o auriculares

Tampoco era buena idea utilizar el móvil en el trabajo y, si echas un vistazo a tus compañeros es probable que más de uno o dos estén ahora mismo mandando mensajes por WhatsApp o incluso mirando fotos en Instagram.

La tarjeta de presentación

A no ser que viajes a Asia, es poco probable que te encuentres a algún trasnochado que se dedica a darte su tarjeta de presentación. Pero érase una vez, no hace mucho tiempo, cuando los teléfonos tenían tamaño de ladrillo, la gente en las reuniones entregaba estos papelitos a sus nuevos clientes. A día de hoy, siguen el camino del dodo, porque toda la información pertinente ya aparece probablemente en la firma del correo electrónico.

Los viernes no llevamos traje

Teniendo en cuenta que Jaime el de sistemas lleva una camiseta en la que pone 'Demasiado sexo nubla la vista' y que ninguna de tus compañeras lleva tacones, igual a estas alturas lo de ir más "informal" a trabajar tampoco tiene mucho sentido, pero, como todo, en los albores de la historia acudir al trabajo era algo mucho más protocolario y quizá había gente que se ponía contenta cada semana cuando el viernes se aproximaba y eso quería decir que ya no había que ponerse una corbata.

Ocultar el embarazo

Un tema espinoso. Si bien cubrir a una trabajadora durante su maternidad puede causar posibles contratiempos, especialmente en lugares de trabajo más pequeños, ya no se alienta a las mujeres a mantener sus embarazos ocultos hasta la hora final. Un minipunto para el progreso.

Las fotos en tu escritorio

La sobriedad ya no se lleva, dejémoslo ahí. Hubo un tiempo en el que quizá poner la foto de tus hijos en el escritorio no era algo que la gente quisiera hacer, puesto que preferían hacer una distinción entre la vida laboral y la privada, pero a día de hoy muchas empresas abogan por conocer todos los aspectos de sus trabajadores.

Foto: Foto: iStock

En un ensayo para 'The Atlantic', la economista de la Universidad de Brown, Emily Oster, sugiere que dar a conocer la vida familiar de una persona, a través de la decoración de su espacio de trabajo y planteándolo en una conversación, puede ayudar a normalizar la idea de que un padre que trabaja tenga compromisos no laborales. Y, admitámoslo, la manera en la que los surcoreanos decoran sus mesas es lo más.

La historia del trabajo ha cambiado mucho en poco tiempo. A principios del siglo XX eran pocos los que trabajaban en una oficina tal y como la conocemos ahora (de las mujeres ni hablamos) y más los rentistas que se dedicaban a, simple y llanamente, vivir. El empleo se ha democratizado y en la actualidad es sinónimo de estatus, pero como la moda de ponerse moreno o cubrirse con una sombrilla según la época, las normas de etiqueta han variado enormemente.

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