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Las peores cosas que puedes hacer en un avión
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Las peores cosas que puedes hacer en un avión

Si vas a pasar muchas horas en un vuelo, lo mejor es que tus normas de conducta sean un poco decentes para no molestar a todas las personas que viajan contigo

Foto: Foto: iStock.
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Llegas al aeropuerto apresurado, cargando con la maleta, esperas colas interminables y te desesperas yendo al baño y a comprarte un café hasta que finalmente embarcas. Parece que ya ha pasado lo peor, ¿no? Ahora solo tienes que recostarte en tu asiento y esperar a que esa máquina surque el cielo contigo dentro y te lleve a tu destino. Pero, ¿y si te toca un compañero que te fastidia las dos, ocho o 16 horas que vas a pasar ahí dentro? La cosa cambia, entonces.

Nadie firmaría por tener que lidiar con olores, ruidos y hábitos desagradables, así que lo mejor es que no te conviertas en ese compañero de asiento horrible que hace el vuelo insoportable a los que están a su alrededor. Para eso, sigue estos consejos y evita algunas cosas que quizá no se te había pasado por la cabeza que pudieran molestar al resto.

Acaparar los reposabrazos

Ya sea en el cine o en la Renfe, siempre hay una persona que cree que los reposabrazos son suyos y coloca sin ningún pudor su extremidad, sin dejar espacio para los demás. Un consejo: ya que estás junto a la ventanilla o el pasillo y no te ha tocado el horrible asiento de en medio, (sí, ese que nadie quiere) por lo menos deja que la persona que está sentada ahí se ponga un poco cómoda. Es lo menos que puedes hacer.

Quedarte dormido en tu vecino

Los aviones no son los sitios más cómodos para dormir, todos lo sabemos, pero si lo de los reposabrazos podía ser una actitud cuanto menos cuestionable, que tu cabeza caiga cómodamente hacia el hombro del desconocido que tienes al lado puede ocasionar muchos momentos incómodos. Respeta su espacio personal y asegúrate de dormir con la cabeza apoyada hacia atrás o acurrucada en una almohadilla para el cuello.

Los pies

Puede que te apetezca quitarte los zapatos, pero no todo el mundo quiere pasar el viaje oliendo a queso roquefort. Para tener mayor comodidad, otra cosa que hacen algunas personas es poner los pies entre los asientos. No molestes a tus vecinos que hay otras formas de sobrevivir a un vuelo largo si te duele la espalda: levántate, camina por el pasillo y trata de evitar el síndrome de la clase turista.

Ese volumen

Ya sea porque vas con un grupo de amigos y estáis bromeando en voz alta acerca de qué haríais si el avión se cae en picado, o porque estás viendo una película en tu portátil sin los cascos puestos, piensa un poco en los demás. Quizá el resto de pasajeros quieran descansar, dormir o simplemente ir en silencio. Puede que esto te suene descabellado y creas que nunca serías tan maleducado, pero, ¿en cuántos vuelos has estado que ha sucedido algo así?

No corras para bajar del avión, es innecesario, tampoco aplaudas cuando aterrice porque el ruido podría evitar que oyeras mensajes importantes

Con los más peques sucede algo parecido. Volar con niños o bebés no es fácil porque es bastante probable que se ponga a llorar cuando el vuelo arranque. Procura llevar dulces o chupetes para aliviar el dolor que la presión en el aire pueda causar en sus oídos y asegúrate de llevar muchos entretenimientos para que no les dé tiempo a aburrirse. Y, recuerda, como explican en 'The Active Times': "Un niño dormido es un niño tranquilo".

Acaparar la cabina

Un problema frecuente en los vuelos que permiten maleta de mano es el hecho de que, a la hora de la verdad, siempre falta espacio. Los compartimientos superiores se llenan rápido y los pasajeros que entran los últimos suelen quedarse sin espacio.

Foto: El emoticono de la risa es uno de los más utilizados cada día.

Lo mejor es que no abarrotes estas zonas con elementos que puedes guardar fácilmente en tu asiento (como abrigos o prendas de vestir). Colócalos en tu regazo o a tus pies.

Correr para bajar del avión

Tenlo claro: todo el mundo quiere salir de ahí cuanto antes. No es muy probable que alguna persona prefiera quedarse en el avión a visitar las Fiji.

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Pero esto sucede en todos los vuelos: tan pronto como el avión aterriza, todo el mundo se levanta del asiento, agarra sus bolsos o maletas y comienza a empujar hacia las salidas. Inevitablemente, las obstruye y el proceso es más lento. Espera tu turno.

Aplaudir cuando el avión aterriza

Nadie sabe muy bien por qué a la gente le gusta aplaudir cuando un avión aterriza. ¿Es porque todo el mundo ha llegado a tierra sano y salvo? ¿Para agradecer su labor al piloto?

Sea como fuere, es mejor no hacerlo: aterrizar un avión es una hazaña cotidiana con una enorme tasa de éxito y el estruendo de todos los aplausos a menudo ahoga anuncios importantes de la tripulación de vuelo.

Llegas al aeropuerto apresurado, cargando con la maleta, esperas colas interminables y te desesperas yendo al baño y a comprarte un café hasta que finalmente embarcas. Parece que ya ha pasado lo peor, ¿no? Ahora solo tienes que recostarte en tu asiento y esperar a que esa máquina surque el cielo contigo dentro y te lleve a tu destino. Pero, ¿y si te toca un compañero que te fastidia las dos, ocho o 16 horas que vas a pasar ahí dentro? La cosa cambia, entonces.

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