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La dieta con la que este hombre perdió 86 kg: una historia inspiradora
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Noah Kingery

La dieta con la que este hombre perdió 86 kg: una historia inspiradora

El protagonista de esta historia te va a inspirar, ya sea porque estés a dieta o porque quieras dar un cambio a tu vida

Foto: Noah Kingery, antes y después
Noah Kingery, antes y después

Como sabemos que te gustan mucho las historias de superación personal, querido lector, hoy te traemos otra. Esta vez, de adelgazamiento. El protagonista es Noah Kingery, quien ha perdido nada menos que 86 kilos. Sus fotos del antes y el después, impresionan.

En 2007, este hombre jugaba fútbol juvenil profesional en Brasil. A los 18 años, se enfrentó a una decisión dolorosa: podía quedarse en Brasil y seguir con su profesión, o regresar a su ciudad natal de Dallas, Texas, para salvar su relación de larga distancia. Eligió a su novia y se alejó del fútbol para siempre.

Una novia le hizo engordar, la muerte de un amigo le motivó a adelgazar y la ayuda de otro amigo impidió que se suicidara. Hoy es feliz

Pero cuando las cosas no funcionaron, Kingery se deprimió y comenzó a refugiarse en la comida. En solo un año, engordó 96 kilos. Mientras encontraba consuelo en los hidratos y el alcohol, el atleta de 64 kilos se había convertido en un hombre con el corazón roto de 161 kilos, el mayor peso que tuvo jamás. "Estaba deprimido y en espiral hacia la adicción", revela en 'Men's Health'.

En 2009, se mudó a Los Ángeles para lanzar su propia marca de moda, Prep Couture, cuyos clientes eran celebridades superconocidos como Kanye West y Justin Bieber. Y aunque parecía tenerlo todo bajo control, por dentro estaba sufriendo.

La muerte de su amigo le cambió

Un año más tarde, la vida le dio un duro golpe: uno de sus amigos más cercanos fue asesinado por un conductor ebrio. Kingery de repente se dio cuenta de lo corta que podría ser la vida. "Me dije: 'De acuerdo, tengo que dejar de beber y entender esto. Tengo que volver a ser el jugador de fútbol que estaba en la escuela secundaria", recuerda.

Así que Kingery volvió a hacer la dieta y los entrenamientos que hacía cuando estaba en forma. Modificó sus comidas diarias de buffet chino de 7.000 calorías por alimentos integrales simples. Empezó a hacer cardio en la cinta de correr y elíptica. Trabajó para construir músculo de nuevo.

Incluso dejó de beber alcohol. Obviamente, comenzó a adelgazar. Sin embargo, su autoestima no se recuperaba, y nueve meses después recayó: "Quería pensar en lo mal que me sentía, así que volví a caer en mi adicción al alcohol".

Cayó de nuevo en otros hábitos no saludables, como no ir al gimnasio y tomar comida rápida repleta de grasa. Kingery recuperó casi todo el peso que perdió, y alcanzó los 145 kilos de nuevo.

"Sentí que lo tenía todo financieramente, pero personalmente me sentía vacío. No quería seguir ", dice. "Así que un día, llevé una botella de vodka y un puñado de analgésicos hasta el piso 31 de mi edificio. Quería saltar... pero luego uno de mis mejores amigos me llamó, y le dije lo que estaba a punto de hacer y él vino corriendo. Lo siguiente que recuerdo es que decía: 'Si quieres puedes cambiar, pero debes encontrarte a ti mismo'. Eso me llegó mucho".

Acude al gimnasio cinco veces por semana y hace cuatro ingestas de comida al día. Para picar toma yogur griego, que, por cierto, le encanta

Kingery decidió a partir de ese momento que canalizaría su personalidad adictiva a algo positivo: volverse sano, pero esta vez para siempre. "El gimnasio se convirtió en mi santuario", dice. "Ser estratégico sobre mi rutina era la única forma en que iba a descubrir lo que funcionaba para mí".

Gimnasio todos los días

Debido a que tuvo tanto éxito la primera vez, Kingery se acercó a la pérdida de peso de la misma manera otra vez. Pasó 30 minutos en la cinta o en la elíptica casi todos los días. Cuando pudo hacer eso con poca dificultad, volvió a agregar entrenamiento de fuerza a la mezcla.

Su rutina actual es de cinco días a la semana: pasa 20 minutos en la cinta para aumentar su ritmo cardíaco. Luego hace cinco series de 10 a 15 repeticiones de ejercicios de pesas, con las que trabaja bíceps, pecho, brazos y trasero.

En cuanto a las comidas, hace cuatro tomas al día, y consume carbohidratos justo antes y después de sus entrenamientos. También se recarga con proteínas, como cortes magros de carne, huevos y yogur griego, para construir y mantener sus músculos.

En 2016, Kingery bajó a los 75 kilos, y quería compartir todo lo que había aprendido en este duro camino con los demás. "Sé lo que es tratar de romper los malos hábitos. Realmente quería ser de ayuda a otras personas". Así que se abrió una cuenta en Instagram, en la que ya tiene más de 57.300 seguidores, y cambió de profesión: ahora es nutricionista.

Ese mismo año también se sometió a una cirugía para quitarse la piel sobrante.

Hoy, Kingery, de 30 años, sigue pesando 75 kilos. ¿Su consejo para aquellos que buscan hacer un cambio en sus propias vidas? "Concentraos en lo que podéis hacer para ayudaros a vosotros mismos a avanzar, y no os preocupéis demasiado por el pasado".

"No podemos cambiar lo que sucedió ayer, pero lo que haces hoy puede cambiar mañana".

Como sabemos que te gustan mucho las historias de superación personal, querido lector, hoy te traemos otra. Esta vez, de adelgazamiento. El protagonista es Noah Kingery, quien ha perdido nada menos que 86 kilos. Sus fotos del antes y el después, impresionan.

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