Por qué los millennials son menos infieles que la generación de sus padres
Las actitudes en torno al sexo se han relajado significativamente estas últimas décadas y, sin embargo, un nuevo estudio refuta que los jóvenes sean más dados a poner los cuernos
Los millennials son infieles. Así, como un absoluto que engloba a toda una generación. Lo hemos oído hasta la saciedad: no tienen ataduras en el trabajo, no saben lo que es la lealtad hacia una empresa o banco y, por supuesto, cambian de pareja como quien canjea cromos en el patio del colegio. Por activa y por pasiva se nos ha presentado a las nuevas generaciones como los mayores valedores de la cultura del sexo casual, la infidelidad y el fin de la pareja tradicional. Viven en un mundo ligero, sin remordimientos ni valores, donde a golpe de 'swipe' se ponen los cuernos los unos a los otros. O, al menos, eso dicen.
Por lo general coincidimos en que las actitudes en torno al sexo se han relajado significativamente estas últimas décadas, que la sociedad es más permisiva. Y, sin embargo, un nuevo estudio realizado por el Instituto de la Familia de EEUU, donde se originan todas estas tendencias de pensamiento, parece refutar estas ideas tan asentadas. Aquellos nacidos entre 1981 y 1997 (ya sabemos que los límites de cada generación varían ligeramente según a quien preguntes) tienden a ver la infidelidad como un hecho particularmente grave, al menos más que como lo considera la anterior, la X. Un 17% de los nacidos entre 1964 y 1981 reconocieron haber sido infiel en algún momento de sus vidas, mientras que el porcentaje millennial se reduce al 12%.
Cuando estás inmerso en una sociedad sexualizada y rodeado de apps que te prometen relaciones al instante, la infidelidad parece menos emocionante
¿Cómo se explica esto? No, no es porque sean mejores personas ni porque tengan más en consideración los sentimientos de sus parejas, sino que es probable que intervengan otros factores. Jean Twenge, profesora de psicología de la Universidad de San Diego en California, saltó a la palestra pública gracias a un estudio que publicó el año pasado en 'Archives of Sexual Behaviour'. La investigación argumenta que pese a su reputación de tener muchos contactos sociales, los millennials estadounidenses y la generación siguiente, bautizada como Z, tienen en realidad menos relaciones sexuales que sus padres y abuelos cuando eran jóvenes.
Menos aventuras
Dicho estudio aseguraba que los millennials tenían unas ocho parejas sexuales de media a lo largo de su edad adulta, mientras que los baby boomers (es decir, sus padres) llegaban hasta 11. De la estadística, resume Twenge, se deduce que quizá los jóvenes sean menos aventureros, sexualmente hablando, que sus predecesores, lo que explica por qué son más reacios a la infidelidad. Al respecto, señala que mientras la sociedad americana hablaba del “haz el amor y no la guerra” a finales de los 60, los millennials han crecido con el escándalo y el posterior rechazo a las declaraciones de Bill Clinton: “Yo no tuve relaciones sexuales con esa mujer”. Además, especula, cuando estás inmerso en una sociedad sexualizada y rodeado de apps que te prometen relaciones al instante, la infidelidad parece menos emocionante que cuando tenías que ir a un bar a conocer gente.
La gente se casa hoy porque quiere, no porque deberían. Este es un gran cambio de paradigma, muy diferente al de hace décadas
Asimismo, es evidente que la sociedad ha cambiado su forma de ver el matrimonio. Cada vez hay menos gente interesada en decir el sí definitivo a tu pareja, ya sea en el altar o ante un juez. En España el número de matrimonios ha caído un 56% desde 1965, según el último informe demográfico de Eurostat. Andrea Syrtash, autora del libro 'Engañe a su marido (con su marido)' explica que ya no existe ese estigma asociado a tener 30 años y seguir soltero. “La gente se casa hoy porque quiere, no porque deberían. Este es un gran cambio de paradigma, muy diferente al de las personas que se casaron hace décadas”, señala, insinuando así que es más difícil que ocurra una relación extramatrimonial entre los jóvenes.
Curiosamente, la irrupción de las redes sociales y las apps puede tener mucho que ver con las infidelidades de las generaciones anteriores a los jóvenes de ahora. Como explica en 'The New York Post' la fundadora de la web de citas Agape Matchmaking, Maria Avgiyis, entrar en ese mundo desconocido ha aumentado su curiosidad sexual: "Las personas mayores de 55 años se han encontrado de repente con una red de contactos más grande. Antes era inimaginable". Esto no quita que los millennials cometan infidelidades, que lo hacen, pero a lo mejor conviene reordenar nuestras ideas preconcebidas al respecto.
Los millennials son infieles. Así, como un absoluto que engloba a toda una generación. Lo hemos oído hasta la saciedad: no tienen ataduras en el trabajo, no saben lo que es la lealtad hacia una empresa o banco y, por supuesto, cambian de pareja como quien canjea cromos en el patio del colegio. Por activa y por pasiva se nos ha presentado a las nuevas generaciones como los mayores valedores de la cultura del sexo casual, la infidelidad y el fin de la pareja tradicional. Viven en un mundo ligero, sin remordimientos ni valores, donde a golpe de 'swipe' se ponen los cuernos los unos a los otros. O, al menos, eso dicen.
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