Probamos el nuevo Google Pixel: un teléfono que promete con un gran defecto

Google se pasó gran parte de su evento de ayer, en San Francisco, recalcando la importancia de su nuevo asistente personal. Un ayudante virtual que, gracias al uso de inteligencia artificial y del 'deep learning', puede hacerte la vida más fácil. No en vano, el Pixel, su nuevo teléfono estrella, será el primero que lo incorporará. ¿Una gran noticia? No tan rápido, ya que su versión en castellano todavía tendrá que esperar. Y así, con el gran argumento de venta capado de salida, el Pixel se presenta como un producto con dos caras muy diferenciadas.

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Jaume Esteve. Londres

Pudimos probar el nuevo teléfono de Google durante unos minutos después de la presentación que la compañía celebró en San Francisco. En Londres, donde se anunció que por el momento solo iban a llegar los Pixel, Home y Chromecast (en España, de momento, solo está confirmado este último), pudimos probar el primero de todos. Y el Pixel es un gran teléfono, que esconde un gran potencial, pero que, de momento, no estará disponible en España hasta que su función estrella, el asistente, tenga soporte en castellano.

No hablamos de un problema nuevo en este tipo de soluciones. A Siri le costó una temporada implementar nuestra lengua y, cuando lo hizo, el resultado dejó bastante que desear, pero el asistente de Google muestra tanto potencial que es una lástima que, por el momento, no le podamos sacar partido. Según fuentes de la compañía, el equipo está trabajando en añadir más idiomas a esta herramienta, pero no pueden confirmar ninguna fecha de llegada.

Ese asistente, que se activa ya sea por voz o pulsando sobre el botón 'home', en la zona central inferior, parece comportarse con soltura en las pruebas que hemos podido comprobar. Es capaz de darte direcciones, de buscar puntos intermedios o de abrir música en la plataforma que tú le pidas.

El problema reside en el hecho de que, por el momento, va a estar disponible en muy pocas plataformas como para poder medir su impacto real. Que la firma no lo extienda a todos los dispositivos Android también puede obedecer a una estrategia inteligente: pese a que los primeros resultados son prometedores, no será hasta los próximos años cuando veremos hasta dónde pueden llegar todas las promesas que hemos escuchado en los últimos meses.

El Pixel apunta maneras de gran teléfono aunque tardaremos en verlo en nuestras fronteras. Si decides hacerte con la versión para Estados Unidos o Reino Unido, puedes fijarte en otros aspectos. A falta de asistente, como una cámara que incorpora ya de serie un modo retrato como el que el iPhone 7 Plus recibirá en cuestión de semanas. Aunque el juego con la profundidad de campo huele más a filtro que a otra cosa, se intuye un futuro no muy lejano en el que tu Instagram (y el mío) estarán plagados de retratos y de imágenes con diferentes elementos en primer y segundo plano.

En lo relativo al 'software', la versión de Android 7.1 que hemos podido probar tiene un añadido interesante. Si deslizamos con el dedo hacia arriba desde la fila inferior de aplicaciones, se puede abrir un menú con todas las 'apps' instaladas en el terminal, una solución elegante que elimina la necesidad de colocar un botón que permita el acceso a dicho repositorio.

El órdago de la cámara

Fuentes de Google presentes en el evento han insistido en que la cámara del teléfono ha obtenido las mejores puntuaciones jamás registradas en una lente de este tipo, aunque las primeras pruebas (en interior y con luz artificial) no dejaban mucho margen de maniobra para comprobarlo. El hecho de no tener libertad para tomar nuestras propias instantáneas tampoco nos ha permitido resolver más dudas que las que ya traíamos tras las diferentes presentaciones.

Pero lanzar un órdago tan grande, tal y como está la fotografía móvil, es un movimiento peligroso para Google, habida cuenta de lo bien que se desenvuelven Samsung, Huawei, Apple y hasta LG en este terreno.

Tener un teléfono limitado hace que el precio del Pixel, que según las primeras informaciones se situará en torno a los 759 euros, sea algo excesivo si se compara con otros terminales que, en rangos de precios más moderados, están ofreciendo características similares. Sí, la pantalla es AMOLED y cuenta con 4GB de RAM, pero ambas son especificaciones que se pueden encontrar en un ZTE Axon 7, un dispositivo que se puede adquirir por algo más de 400 euros. Google, eso sí, ha enfatizado que estamos ante un teléfono de gama alta, con componentes a la altura, y que el precio está más que justificado.

En definitiva, Google ha dado un paso en la buena dirección con la apuesta por fabricar su propio 'hardware'. Huir de la filosofía de dos dispositivos diferentes que puso en práctica el año pasado (con LG y Huawei y sus 5X y 6P) parece la decisión adecuada. Pero si quieres conquistar el mundo, necesitas hacerlo con decisión.

Uno de los problemas que siempre han tenido los Nexus ha sido su escaso conocimiento fuera de círculos 'techies'. Si Pixel quiere revertir esa idea, necesita salir en más mercados a la vez y hacerlo con un producto que ofrezca las mismas ventajas a los usuarios de Estados Unidos, Europa o Asia. Google asegura que trabaja en ello, pero parte con la desventaja de llevar años de retraso respecto a sus competidores. No le queda otra que ponerse las pilas para no quedarse, una vez más, a medio camino, con muy buenas intenciones, pero sin cerrar el círculo.