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La ultraderecha española: cuatro gatos y poco entusiasmo con el triunfo de Le Pen
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La ultraderecha española: cuatro gatos y poco entusiasmo con el triunfo de Le Pen

Nos colamos en los actos de VOX y España 2000 para ver cómo siguieron el pase a la segunda vuelta de la líder del Frente Nacional. El resultado: poco público y menos emoción

Foto: Una decena de simpatizantes de VOX siguen el paso de Le Pen a la segunda vuelta. (Foto: M. Z.)
Una decena de simpatizantes de VOX siguen el paso de Le Pen a la segunda vuelta. (Foto: M. Z.)

El paso de Marine Le Pen a la segunda vuelta de las elecciones francesas ha sido seguido con escaso entusiasmo y menos afluencia en los partidos de ultraderecha españoles con los que comparte ideario e intenciones políticas. Su coincidencia con el clásico Real Madrid-Barça tampoco ha ayudado y ha eclipsado los actos de VOX y España 2000.

En la sede madrileña de VOX, cerca de Diego de León, la noche electoral empezó calmada. Pasadas las ocho de la tarde, y ya con los primeros sondeos, solo tres jóvenes simpatizantes seguían las primeras declaraciones de los partidos franceses.

“Es una vergüenza, todos están diciendo que ahora hay que votar a Macron”, se queja uno de ellos, con una pulsera que reza ‘Cañas por España’ en la muñeca.

François ha sido el primero en llegar y es el único que entiende lo que va narrando el Canal 3 francés. Es de Estrasburgo, pero está de Erasmus en Madrid estudiando derecho en Icade. Su compañero de piso, también allí, es el que le habló de VOX. “He votado al Frente Nacional porque Francia está perdiendo su identidad católica y Marine es la única que puede recuperarla y que puede luchar contra la inmigración, el resto son unos hipócritas”.

A medida que avanza el porcentaje de escrutinio, los afiliados se dejan caer con cuentagotas. Muchos van directamente a la sala del fondo donde se retransmite el Madrid-Barça. En el punto álgido de la noche apenas llegan a las 15 personas entre miembros del partido y simpatizantes.

He votado al Frente Nacional porque Francia está perdiendo su identidad católica

“Hemos convocado a votantes franceses del Frente Nacional en España para que vengan, pero no tenemos censo ni manera de llegar a ellos, así que no sabemos si se habrán enterado…”, reconoce Santiago Abascal, el líder del partido de ultraderecha.

Entre cervezas y canapés de paté y chorizo, los miembros del partido se muestran optimistas con la victoria del Frente Nacional en la primera vuelta, la que consideran su homóloga en Francia: “Si estas ideas triunfan en otros países, tendrán un efecto dominó y puede ser que en España acaben votándonos a nosotros”, afirma Abascal. “Compartimos con ellos su reivindicación de la soberanía, la identidad nacional —porque no creemos que el multiculturalismo sea una manera de convivencia— y el rechazo a la corrección política”.

Belén, una joven que sigue con interés el avance de la primera vuelta, se reconoce un bicho raro entre la gente de su edad y en el ámbito universitario ‘tomado por la izquierda’. “Soy la única de mi clase que dice abiertamente que es de derechas. Para mí el Partido Popular es un partido de izquierdas y VOX ha venido a ocupar su lugar, pero es difícil que la gente se identifique, porque ser de izquierdas es lo que se lleva”, se lamenta esta estudiante de Empresariales de 21 años.

Entre el público también hay espectadores ilustres. Beatriz de Orleans, aristócrata francesa, se ha dejado caer por allí porque “no tiene tele en casa”. Sin embargo, su papeleta no ha ido para Le Pen. “He votado a Fillon, y ahora creo que lo haré por Macron porque soy europeísta y me cuesta votar a Marine”, reconoce.

Para mí, el Partido Popular es un partido de izquierdas y VOX ha venido a ocupar su lugar

A su lado, Mazaly, una profesora de universidad, no solo siente admiración por Abascal, al que llama ‘presi’ al llegar, también por la líder francesa. “Es una patriota, y aquí es cuestión de tiempo que pase algo igual, si los medios nos dieran el mismo espacio que a Podemos, ya tendríamos diputados, pero triunfa el discurso del miedo y el voto útil”, se queja.

Entre el murmullo de los corrillos, siguen la intervención en directo de Le Pen al confirmarse que pasará a la segunda ronda. Pocos entienden francés, así que van traduciendo espontáneamente. “Ha citado a De Gaulle, eso es raro”, dice uno. Sin embargo, un grito de "¡gol!" desde la otra sala interrumpe el discurso y muchos se lanzan hasta el fondo de la sede a ver la repetición de la jugada del primer tanto del Real Madrid con más entusiasmo del que se ha vivido el recuento. “Es un día difícil”, reconoce Abascal.

La derecha elige a Ferreras

En la otra punta de Madrid, cerca de Príncipe Pío, el partido España 2000 no hace mucho caso del fútbol, “solo un poco a las motos, pero estamos con las elecciones”, explican en el restaurante que han reservado para seguir el evento, más concurrido que el acto de VOX, con el que comparten espectro ideológico. Unas 20 personas se han acercado hasta allí, algunos en familia, para seguir el auge de la ultraderecha en Francia, sorprendentemente, con ‘El objetivo’, de La Sexta: “En el 24 horas era muy aburrido, aquí ya la han llamado xenófoba, intolerante, radical…”, explican mientras escuchan a Ana Pastor.

Están acabando de cenar en el espacio que han decorado con carteles del partido y de apoyo a la candidata francesa (‘Marine presidente’) y celebran el momentáneo sorpaso de Le Pen a Macron y que siete millones de personas hayan votado por una opción de derechas. “En España cuesta más porque nos asocian al régimen franquista”, explica Carlos Ruiz, de la ejecutiva de Respeto, plataforma que aglutina a varios partidos de derechas. "Estos partidos han sido siempre denominados minoritarios para hacerles de menos, pero en este momento, el Frente Nacional es el primer partido de Francia. Ahora los minoritarios son los socialistas", añade.

Sin embargo, dentro del ya de por sí escaso entusiasmo, se muestran cautos: “Los medios han demonizado a Marine Le Pen, si la conoces descubres que es una persona muy cercana al mundo rural, al obrero, y que quiere lo mejor para los franceses, como nosotros para los españoles”, explica Rafael Ripoll, el líder del partido que cuenta con una veintena de concejales en Madrid, Cataluña y Valencia. “Por eso vemos difícil que llegue a ganar, porque tiene a todos en contra, pero si su discurso cala como lo está haciendo, lo hará en España; un discurso de los compatriotas primero, de proteger la familia y de controlar las fronteras”.

En el partido han visto cómo poco a poco se les ha ido uniendo más gente. “Nos estamos haciendo fuertes en el Corredor del Henares, que es tradicionalmente de izquierdas y eso es muy importante, pero en España tardará en pasar como en Francia porque siempre vamos 20 años después”, cuenta Ruiz.

El paso de Marine Le Pen a la segunda vuelta de las elecciones francesas ha sido seguido con escaso entusiasmo y menos afluencia en los partidos de ultraderecha españoles con los que comparte ideario e intenciones políticas. Su coincidencia con el clásico Real Madrid-Barça tampoco ha ayudado y ha eclipsado los actos de VOX y España 2000.

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