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Las elecciones en Venezuela: sin fraude pero con dudosas irregularidades
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USO DE RECURSOS DEL ESTADO, NUEVOS COLEGIOS...

Las elecciones en Venezuela: sin fraude pero con dudosas irregularidades

El uso de recursos del Estado, nuevos centros electorales, cambios de diputados o una campaña comunicativa sin equilibrio marcan los comicios

Foto: Venezolanos pasan ante un logo del Consejo Nacional Electoral, en su sede en Caracas, el 2 de diciembre de 2015 (Reuters).
Venezolanos pasan ante un logo del Consejo Nacional Electoral, en su sede en Caracas, el 2 de diciembre de 2015 (Reuters).

El sistema electoral venezolano es de los más seguros y confiables del mundo. Lo dicen los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), el árbitro en las elecciones, lo dicen los políticos de Gobierno y de oposición y quienes conocen el sistema de voto, una máquina en la que se pulsa la opción elegida sobre un tarjetón donde aparecen todos los partidos y sale una suerte de recibo con el voto, que se deposita en una urna. El fraude no es posible, al menos no con la máquina. Las ventajas pueden aparecer no en el momento del voto, sino antes. Y las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre llegarán después de un camino no exento de irregularidades.

Una de las medidas más llamativas en los últimos meses fue la creación de nuevos centros de votación. Usualmente están ubicados en colegios, como en España. Pero los recién creados lo están en lugares clave para el chavismo, como en urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, las casas que el Gobierno da, similares a las de protección oficial. “Se crean centros pequeños donde el control político es mucho más eficiente, centros de una o dos mesas ubicados en zonas de Gran Misión Vivienda, bases de misiones o estructuras sociales con vínculos partidistas”, cuenta a El Confidencial Eugenio Martínez, periodista especializado en la fuente electoral.

Los nombres de los 1.000 nuevos centros de votación tampoco escapan a la polémica. 'Chávez vive, la lucha sigue', 'El legado del presidente Chávez', 'Por aquí pasó Chávez' o 'Nicolás Maduro' son algunos ejemplos. “Se podrá entender que un centro de votación con un nombre tan particular, tiene un condicionamiento para quienes participan en él”, dice Martínez. En ellos votan alrededor de 350.000 electores de 19 millones que tiene el censo electoral.

También hay una condición previa, la desproporción entre habitantes y la cantidad de diputados que se elegirán. En los estados que son más urbanos se escogen solo 67 de los 167 diputados. Los estados más rurales tienen más diputados a elegir, 100 de 167. Señala Martínez que “ahí, en teoría, es donde el Gobierno tiene más control político”. En los últimos meses, el CNE hizo un cambio en el número de diputados a elegir en algunas circunscripciones. Restó curules a los circuitos de El Hatillo, Chacao y Baruta, todos en Caracas y con voto históricamente opositor, y los añadió a otros circuitos en los estados Aragua, Barinas y Guárico, donde el chavismo suele tener ventaja. El CNE justificó el cambio con la movilidad de la población.

Nuevos partidos, mismo árbitro

Una situación inédita, que nunca se había dado en unas elecciones con el chavismo en el Gobierno, es la del estado de excepción. Desde agosto, el presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera, y esta situación especial hasta en 23 municipios, en su amplia mayoría opositores. El objetivo era acabar con la guerra económica y el contrabando de extracción de alimentos, a su juicio, las causas de la escasez en el país. Si bien el estado de excepción no limita el derecho constitucional al voto, sí limita el libre tránsito, manifestación y reunión. Habrá que esperar hasta el domingo para saber en qué medida afecta esta situación al voto.

En el capítulo 'partidos', en estas elecciones se da una situación también especial. Ante el CNE se inscribió el Movimiento de Integridad Nacional-Unidad (MIN-Unidad), un nombre similar a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a un gran bloque de partidos de oposición. Además, tiene colores, eslóganes y nombres similares a la oposición y anuncian: “Somos la oposición. La sorpresa se dio cuando, al mostrar el CNE el tarjetón electoral, este MIN-Unidad aparece al lado de la tarjeta de la MUD. En un circuito del estado Aragua, incluso inscribieron a un candidato de nombre Ismael García, el mismo nombre que tiene un dirigente de la Unidad. Este miércoles aparecieron en las calles de Aragua pendones con la imagen de Ismael García (el de la MUD) sosteniendo la papeleta de MIN-Unidad. A pesar de que la oposición pidió el cambio en el tarjetón, el CNE se negó.

Sobre la parcialidad del CNE también se ha hablado mucho. Según el Venebarómetro del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), el 60% de los venezolanos piensa que el CNE favorece al oficialismo. El discurso de los rectores, en ocasiones, parece marcado por la línea del Gobierno. Y también en ocasiones no se ocultan a la hora de mostrar símbolos partidistas. Cuando falleció el presidente Hugo Chávez, en vez de usar el típico crespón negro en el brazo, se usó un brazalete con el color de la bandera de Venezuela, el mismo elemento que usaron el militar y su cuadrilla cuando dieron el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992. La cara más conocida del CNE, la rectora Tibisay Lucena, acudió al sepelio con su brazalete tricolor bien visible.

El artículo 67 de la Constitución Bolivariana de Venezuela prohíbe al Estado financiar a los partidos. Pero esto también parece que queda sobre el papel. Distintos candidatos del Gran Polo Patriótico (GPP, que aglutina al bloque pro-oficialismo), acompañados por dirigentes del Gobierno, han entregado en estos días recursos que, a priori, son competencia del Estado. Taxis o 'tablets' son solo algunas de las cosas dadas. El presidente de la Asamblea Nacional, vicepresidente del PSUV y candidato por Monagas, Diosdado Cabello, ha sido uno de los que han incurrido en esta práctica. “La derecha cree que nos va a someter a un chantaje cuando se preguntan por qué los candidatos del GPP entregan certificados para la construcción de viviendas. La razón es una sola: porque nosotros somos parte de un proyecto político, de una revolución socialista, bolivariana y chavista, y no nos caemos a chantaje con nadie”, se justificó Cabello.

“El canal de todos los venezolanos”

Otro recurso menos tangible pero valioso es el tiempo en los medios. Si bien el CNE ha llamado a los medios públicos y privados a tener “equilibrio informativo”, basta poner unas horas Venezolana de Televisión (VTV), la televisión estatal, para darse cuenta de que esto no se cumple. A la hora de redacción de esta nota, la cadena emite el cierre de campaña del GPP en Lara, con la asistencia del presidente Maduro. Se emite casi en su totalidad, con discurso incluido. Así, todo el día, con todos los actos de campaña de GPP y PSUV. Además, están las horas que el presidente dedica a sus alocuciones. Según Monitoreo Ciudadano, en los últimos tres meses Maduro ha aparecido durante 50 horas en la cadena nacional de radio y televisión, en las que ha dedicado 15 minutos al día para promover a los candidatos oficialistas. Eso, sin contar sus programas o intervenciones en VTV, canal en el que no se ve ni rastro de la oposición.

El día de la elección tampoco está exento de irregularidades. “El problema de las elecciones no es tecnológico, sino político y de cómo se administra el sistema electoral”, explica Eugenio Martínez. “De hecho, eso es lo que explica que el CNE cuando habla de observación internacional, lleva todo el debate hacia las auditorías que se hacen al sistema automatizado y hacia su funcionamiento. Porque este funciona como se espera. El problema no es lo que hace la máquina, sino lo que ocurre hasta que el elector llega frente a la máquina y lo que pasa cuando no cierran las mesas cuando deberían cerrar”.

En varias elecciones ha ocurrido que se alarga la hora de cierre de las mesas. El CNE suele anunciar que esta medida es para preservar que todos los que estén en cola, puedan votar. Pero Martínez explica que, alrededor de las cuatro de la tarde se hace un recuento de los beneficiarios de Misiones, de los partidos, de quién voto y quién no, se les hace una llamada, se les pregunta por qué no votaron y se les lleva a los centros de votación y se les intimida con que perderán sus prebendas electorales. “En eso consiste la maquinaria chavista, que en líneas generales ha sido exitosa en los procesos electorales, salvo en 2007, cuando Chávez perdió el referendo por la reforma constitucional”.

El sistema electoral venezolano es de los más seguros y confiables del mundo. Lo dicen los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), el árbitro en las elecciones, lo dicen los políticos de Gobierno y de oposición y quienes conocen el sistema de voto, una máquina en la que se pulsa la opción elegida sobre un tarjetón donde aparecen todos los partidos y sale una suerte de recibo con el voto, que se deposita en una urna. El fraude no es posible, al menos no con la máquina. Las ventajas pueden aparecer no en el momento del voto, sino antes. Y las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre llegarán después de un camino no exento de irregularidades.

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