Las alarmas antiaéreas suenan en Tel Aviv mientras Israel prepara una invasión de Gaza

Tras semanas de tensión creciente, Israel despertó este martes con la noticia de una nueva guerra. El Gobierno hebreo ha lanzado una gran ofensiva militar contra la Franja de Gaza, bautizada como “Margen Protector”. Es la tercera vez desde 2008 que los lanzamientos de cohetes artesanales contra territorio israelí por parte de Hamás, el grupo islamista que gobierna en la Franja, desencadenan una respuesta militar contundente del Tzahal. Ayer, mientras el Gabinete de seguridad hebreo preparaba una posible incursión terrestre a gran escala, el escudo antimisiles israelí interceptaba sobre Tel Aviv un cohete lanzado desde Gaza. Hamás, por su parte, ha impuesto condiciones para restablecer la tensa calma habitual.

El asesinato hace semanas de tres jóvenes israelíes y la espiral de represalias posteriores –seis colonos judíos secuestraron y quemaron a un joven palestino, Mohamed Abu– han conducido a esta nueva campaña bélica, que se prevé “concienzuda, larga, continua y dura”, en palabras del primer ministro hebrero, Benjamin Netanyahu. “No permitiremos el lanzamiento de cohetes contra nuestras ciudades. He ordenado ampliar de forma significativa las operaciones contra los terroristas de Hamás y contra los terroristas de otras organizaciones en Gaza”, aseguró en un mensaje a los ciudadanos.

Desde el inicio de la operación, el Ejército israelí ha alcanzado "400 objetivos en la Franja". Su aviación y la Marina han efectuado 206 bombardeos, 160 durante esta noche contra "organizaciones terroristas", pero también contra zonas agrícolas donde “podría haber túneles” (que utilizan las milicias) y supuestos almacenes de armamento. Bajo los misiles han muerto al menos 23 palestinos, entre ellos tres niños y seis milicianos, mientras 123 personas han resultado heridas, según fuentes médicas en la Franja. Otros cinco palestinos cayeron abatidos tras penetrar en el sur de Israel por mar, en la playa de Zikim.

De hecho, esta noche los bombardeos han sido intensos y esta misma mañana el sistema antimisil israelía ha interceptado dos proyectiles desde la Franja de Gaza a Tel Aviv, según ha informado un portavoz del Ejército. "Las primeras indicaciones sugieren que dos cohetes fueron interceptados sobre el área de Tel Aviv, ha indicado, poco después de que sonaran las alarmas en la capital y en la zona central del país.

Además, el Ejército hebreo asegura que ha dado muerte a Hasán al Shaaban, al que identifica como responsable de Hamás en Gaza, y que ha atacado las viviendas de varios pesos pesados del movimiento islamista en el centro y el sur de la Franja. Residentes de estos edificios aseguraron a la agencia EFE que cinco minutos antes de los bombardeos recibieron una llamada de un hombre que hablaba árabe con acento extranjero, que se identificó como miembro de las Fuerzas Armadas israelíes y que les conminó a abandonar los inmuebles.

La posibilidad de que se produzca una gran operación terrestre tiene visos de realidad. El Gobierno israelí votó ayer a favor de la movilización de 40.000 reservistas, que se incorporarán a filas en los próximos días de forma escalonada. Su objetivo: que tomen parte en las misiones rutinarias de las fuerzas regulares para que estas se empleen a conciencia en la ofensiva iniciada en la madrugada del martes. Deberán reforzar a los efectivos de infantería y artillería desplegados el pasado fin de semana en el perímetro de la Franja.

Las alarmas antiaéreas suenan en Tel Aviv y Jerusalén

En Tel Aviv, los ciudadanos corrían ayer en busca de refugio mientras las sirenas antiaéreas sonaban en la capital financiera de Israel. Es el ataque lanzado desde Gaza que ha alcanzado mayor profundidad desde que estallaron las hostilidades hace tres semanas por el secuestro de tres jóvenes israelíes. Poco después, el mismo sonido pudo escucharse en Jerusalén. Su advertencia se vio seguida de dos explosiones en el sureste de la ciudad, en la zona de Belén, Hebrón y el bloque de colonias de Gush Etzión.

Al otro lado del muro, las sirenas pertenecían a las ambulancias. Las explosiones resonaban a lo largo de la densamente poblada Gaza, de apenas 360 kilómetros cuadrados, sacudiendo los edificios y elevando enormes columnas de humo.

Sin posibilidad de negociación

La tensión creciente tras el asesinato de los tres jóvenes israelíes y la posterior venganza contra un adolescente palestino –producida en medio de una oleada de ataques y manifestaciones nacionalistas al grito de “¡Muerte a los árabes!”– y el pulso en el seno de la coalición de gobierno en Israel ha tumbado cualquier posibilidad de negociación.

El ala más dura de Israel fue tajante: Avigdor Lieberman, líder del partido de derecha radical Israel Beitenu, tachó las conversaciones de “error” y días después rompió la alianza electoral con el partido de Netanyahu. Lo mismo sucedió con las posturas más radicales dentro de Hamás, los líderes de las Brigadas Azedim al Kasam (su brazo armado), que exigían venganza tras la operación en Cisjordania para encontrar a los jóvenes hebreos secuestrados, en la que fueron detenidas más de 400 personas. Lastrada por la debilidad que la ha obligado a buscar un acuerdo de reconciliación nacional con Al Fatah, la cúpula política de Hamás claudicó ante las presiones de los violentos.