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El euro saca pecho ante los primeros atisbos de recuperación en la Eurozona
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escala hasta los 1,32 dólares

El euro saca pecho ante los primeros atisbos de recuperación en la Eurozona

Hay pulso. La remesa de estadísticas de actividad empresarial en la Eurozona constata que, en efecto, la recuperación está asomando su figura

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi

Hay pulso. La remesa de estadísticas de actividad empresarial que se publicó ayer en la Eurozona constató que, en efecto, la recuperación está asomando su figura en la región. De momento, son solo los primeros síntomas. Pero por algo se empieza. Y ese florecimiento dio alas al euro, que marcó sus cambios más altos de las últimas semanas.

Contra el dólar llegó a estirarse hasta los 1,325 dólares, su cruce más alto desde el 20 de junio, aunque luego contuvo su ímpetu para moverse en torno a los 1,32 dólares. De este modo, se mantiene en los niveles a los que cerró 2012, ejercicio que despidió en los 1,319 dólares. Su avance fue más constante contra el yen japonés, frente al que se apreció un 0,7%, hasta los 132,4 yenes. En este caso, la moneda única acumula una subida del 15,6% contra la divisa nipona.

La fortaleza que mostró el euro se apoyó la mejoría del clima empresarial en la región. En el conjunto de la Eurozona, el índicede actividad manufacturera (PMI) ha repuntado en juliode los 48,8 a los 50,1 puntos. De este modo, no solo superó las previsiones, que contemplaban un aumento hasta los 49,1 puntos, sino que saltó la barrera clave de los 50 puntos, que es la frontera que determina cuándo la actividad está expandiéndose -por encima de ella- o contrayéndose -por debajo-."La mejora delPMIsugiere quela economía de la zona del euro debería salir de la recesión en el tercer trimestre de este año", subraya Azad Zangana, economista europeo de Schroders. Y añade al respecto: "Es probable que la recuperación siga siendo desigual,concentrándose la mayor parte del crecimiento en el núcleo de Europa, mientras que los países periféricos europeos siguen debilitados por la austeridad. Sin embargo, el aumento del crecimiento en su conjunto servirá de apoyo a la unión, que continúa luchando contra una elevada tasa de desempleo que sigue al alza, así como contra una inflación peligrosamente baja".

Como refuerzo de esta estadística, los PMI de Alemania y Francia también subieron más de lo previsto: el primero, de 48,6 a 50,3 puntos, cuando se esperaba un incremento hasta los 49,2 puntos; y el segundo, de 48,4 a 49,8 puntos, más allá de los 48,8 puntos pronosticados.

Por el momento, la Eurozona acumula seis trimestres consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto (PIB). Aunque las previsiones contemplan que los datos del segundo trimestre, cuya primera lectura se conocerá el próximo 14 de agosto, vuelvan a ser negativos o se sitúen exactamente en el 0 por ciento -ni contracción ni crecimiento-, las cifras conocidas ayer alimentan esa expectativa de que el crecimiento retorno en el trimestre actual.

Un año después

Estos datos impulsaron al euro en una fecha cargada de simbolismo. Justo un año antes, la moneda única cayó hasta los 1,206 dólares, su cambio más bajo contra el billete verde desde junio de 2010 -es decir, desde la primera oleada de la crisis de la deuda soberana-, en un clima de creciente incertidumbre con respecto al futuro del euro y con países como España contra las cuerdas. O lo que es lo mismo, una situación tan extrema en la que se especulaba con la ruptura de la moneda únicay que desembocó en la histórica intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que el 26 de julio de 2012 acudió al quite al asegurar que el euro es "irreversible" y que la institución estaba preparada para "hacer lo que sea necesario" para salvar el euro. Desde entonces, la moneda europea se ha apreciado un 9,5% contra el dólar.

La mano visible de Bernanke

Sin embargo, en el cuerpo a cuerpo entre el euro y el dólar no solo influye lo que acontece a este lado del Atlántico. Resulta igualmente -o más- determinante lo que ocurre en la economía estadounidense y la estrategia de su banco central, la Reserva Federal (Fed). Es más, en gran medida, el rebote del euro, que desde el 9 de julio se ha apreciado un 3,5% contra el dólar, se ha alimentado de los mensajes de tranquilidad que ha tratado de enviar la entidad, con su presidente Ben Bernanke a la cabeza, con respecto a la retirada de los estímulos.

Ayer, de hecho, también hubo ocasión de comprobar la enorme influencia que ejerce la Fed en este terreno y lo sensible que es el mercado a lo que pueda hacer en los próximos meses. Fue a través de las cifras anualizadas de ventas de viviendas nuevas, que repuntaron hasta las 497.000, el mayor volumen desde 2008. O lo que es lo mismo, una estadística que refuerza la impresión de que la recuperación sigue su curso y que, por tanto, constata la impresión de que Bernanke podría reducir la tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3) a finales de 2013. Esta interpretación fue la que provocó que, por la tarde, el dólar recuperara terreno contra el euro.

Hay pulso. La remesa de estadísticas de actividad empresarial que se publicó ayer en la Eurozona constató que, en efecto, la recuperación está asomando su figura en la región. De momento, son solo los primeros síntomas. Pero por algo se empieza. Y ese florecimiento dio alas al euro, que marcó sus cambios más altos de las últimas semanas.

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