Pablo Isla rechaza presidir el 'lobby' del Ibex para evitar mezclarse con los políticos

Se busca y, de momento, no se encuentra presidente para dirigir el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), el 'lobby' creado por las principales empresas del Ibex 35 y encabezado oficialmente hasta hace dos meses por César Alierta. El exnúmero uno de Telefónica ha propuesto a Pablo Isla, el primer ejecutivo de Inditex, relevarle en el cargo, pero el directivo que lidera la empresa de más capitalización de la bolsa española ha rechazado el ofrecimiento para no significarse desde el punto de vista político. El último en ser tanteado ha sido Juan Roig.

Alierta sondeó con el resto de presidentes del Ibex la alternativa de Isla, con el que tiene una estrecha relación desde que fuera nombrado por el PP presidente de la antigua Tabacalera. La privatización de la compañía española se llevó a cabo desde la Sociedad Estatal de Participaciones Empresariales (SEPA), organismo que dirigía Isla y cuyo objetivo consistía en vender las que se denominaron entonces joyas de la corona (Endesa, Argentaria, Telefónica, Repsol, Red Eléctrica, Aldeasa y la propia Tabacalera).

Desde allí trabajó con Alierta codo con codo en la oferta pública de venta (OPV), hasta el punto de consolidar una amistad que llevó al presidente de Altadis (la resultante de la fusión entre la española y la francesa Seita) a proponerle como sustituto al mando del grupo tabaquero cuando Aznar le pidió hacerse cargo de Telefónica en el verano de 2000. Isla tomó las riendas de Altadis y, dos años más tarde, Alierta lo nombró consejero de la operadora de telecomunicaciones, en la que todavía sigue.

Isla, que hasta la fecha siempre había aceptado las propuestas de su mentor, ha rechazado esta vez presidir el CEC, el ente creado en 2011 con el objetivo de “sumar compromisos y esfuerzos para aportar propuestas orientadas a mejorar la competitividad, impulsar la recuperación económica y fortalecer la confianza internacional de España”. Pese a la petición, que contaba con el visto bueno del resto de miembros, el presidente de Inditex ha descartado ponerse al frente de este organismo para mantener su bajo perfil público y evitar cualquier postura que pudiera ser malentendida por los partidos políticos.

Porque el CEC, pese a su intención inicial de apoyar la economía española, se ha ido convirtiendo en un grupo de presión que no siempre ha sido bien entendido por el Gobierno y la oposición. La tensión creció a finales del pasado año, cuando desde el PP se concluyó que varios de los miembros de la institución se habían reunido con los líderes de la oposición para apoyar el cambio del inquilino de La Moncloa.

“Los que pidieron en su día el rescate para España son los que ahora quieren verme fuera”, llegó a decir hace un par de meses Mariano Rajoy en una entrevista en televisión, en referencia a los encuentros que varios presidente del Ibex habían mantenido supuestamente con Albert Rivera, el candidato de Ciudadanos, y con Pedro Sánchez, del PSOE. Una afirmación que ponía de manifiesto el alejamiento del presidente del Gobierno en funciones de las élites empresariales.

Según otras fuentes, Juan Roig, el presidente de Mercadona, también ha sido tanteado para ocupar el puesto de Alierta, que no puede seguir en el cargo salvo cambio de los estatutos, los cuales exigen ser presidente de una empresa. Pero el empresario valenciano, reconocido por su labor por la creación continuada de puestos de trabajo en plena crisis, también prefiere ser cauto ante el escenario actual.

El 'lobby' del Puente Aéreo, en el hangar

Sea como fuere, el CEC sigue sin presidente apenas a un mes de celebrar su asamblea anual. Una situación insólita que, sin embargo, podría alargarse, ya que el consejo rector del 'think tank' del Ibex y del Instituto de la Empresa Familiar lleva varios meses sin reunirse para evitar tomar una postura que pudiera ser malinterpretada por cualquiera de los candidatos a presidir el Gobierno de España. No se descarta, incluso, que el organismo desaparezca ante la aversión de los empresarios a ponerse al frente de un púlpito visto con recelo por la clase política.

La situación es muy parecida en el llamado ,lobby, Puente Aéreo, que reúne a presidentes de empresas ubicadas en Madrid y Barcelona. Sus miembros, entre los que se encuentran los presidentes de Repsol, Gas Natural, Endesa, Grupo Planeta, Acciona, OHL y Grupo Godó, han declinado reunirse hasta después de las elecciones generales del próximo 26 de junio tras la controversia surgida por su polémico encuentro con Albert Rivera. Anteriormente, también se habían fotografiado con Rajoy para demostrar su imparcialidad diplomática.