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Imputan a la cúpula de American Express por estafa a una pyme española
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Imputan a la cúpula de American Express por estafa a una pyme española

Trappit, una pequeña empresa de tecnología, acorrala a la entidad y a su CEO mundial. También le acusa de un delito contra la propiedad intelectual y de competencia desleal

Foto: Imagen de la clásica tarjeta de American Express.
Imagen de la clásica tarjeta de American Express.

La bíblica historia de David contra Goliat lleva desde junio de 2015 librándose en los tribunales de la madrileña Plaza de Castilla. Trappit, una pequeña empresa de tecnología española, ha conseguido poner contra las cuerdas a una de las mayores corporaciones del mundo, American Express, a la que acusa de los supuestos delitos de estafa contra la propiedad intelectual, competencia desleal y delito relativo al mercado y los consumidores.

Fue el pasado 9 de junio cuando la 'startup', capitaneada por los emprendedores Daniel de Carvajal y Luis Martín Lázaro, acudió a los tribunales para defenderse ante el robo que, aseguran, realizó la multinacional estadounidense de su sistema ARPO, un robot que permite monitorizar en tiempo real el precio de los billetes de las aerolíneas y obtener ahorros medios cercanos al 8% para las compañías.

[Lea aquí: 'Los dos años de infarto de la pyme española que ha acorralado a American Express']

Un mes después, el juzgado de instrucción número 51 de Madrid admitió a trámite la querella y citó como imputados a Luis Dupuy, director general de American Express Global Business Travel España; Estefanía Ruiz de Esguide, responsable del departamento de Desarrollo de Nuevos Productos; José Luis Giráldez, jefe del departamento de Clientes, y a la propia American Express España.

Tras escuchar las declaraciones de todas las partes, en noviembre, el tribunal amplió la dimensión del caso, al acogerse al Convenio de Cooperación Judicial entre España y Estados Unidos, para citar en calidad de querellado al mismísimo consejero delegado de American Express a nivel mundial, Kenneth I. Chenault, uno de los directivos más importantes del mundo y el tercer ejecutivo afroamericano más influyente de Estados Unidos, según la revista 'Forbes'.

Junto a él, también han sido citados William Glenn, consejero delegado a nivel mundial de American Express Global Business Travel (la filial de viajes del gigante financiero y epicentro de toda la trama); Kevin P. Yeh, responsable de nuevos productos en American Express Busines Travel; Katrina Cliffe, responsable del Departamento Global de Business Travel de American Express en Europa cuando sucedieron los hechos; Lynsey Verillo, gerente de Gestión y Desarrollo de Negocios y Relaciones Globales con Proveedores de American Express en Europa, y Joanna Macleod, vicepresidenta sénior de proveedores de American Express Global Business Travel, según aparece en la providencia a la que ha tenido acceso este medio.

Para poder tomarles declaración, el magistrado ha dictado el envío de sendas comisiones rogatorias a Estados Unidos y Reino Unido, ya que este último país es donde se negoció con los responsables de Europa de American Express un posible acuerdo entre Trappit y la multinacional que, según la querella, terminó siendo utilizado por Goliat para robar su propiedad intelectual a David.

La filial española del gigante estadounidense, a través de sus representantes legales, Garrigues, presentó en noviembre un recurso de reforma contra estas providencias y solicitó la suspensión inmediata de las diligencias dirigidas a librar las correspondientes comisiones rogatorias.

Sin embargo, el magistrado decidió seguir hacia adelante en enero, tras emplazar a la Fiscalía a pronunciarse al respecto en cinco días, plazo que se cumplió el pasado 8 de febrero, lo que significa que, en cualquier momento, la comisión rogatoria podría ser enviada a Estados Unidos y Reino Unido para que los imputados den su versión de los hechos.

Más de un año de conversaciones

El hecho de que Trappit haya recurrido hasta a las cúpulas europea y mundial de American Express responde a que fue con ellas con las que negoció, durante la primera mitad de 2014, un acuerdo de colaboración durante el cual les dio acceso a las teclas principales de su invento, y que la multinacional utilizó, según la querella, para copiarles ARPO, desarrollar otra herramienta similar y romper su relación con ellos.

Sin embargo, no fue hasta marzo de 2015 cuando, según la querella, fueron conscientes de la presunta estafa, ya que desde el verano de 2014, y hasta la siguiente primavera, su interlocutor pasó a ser la filial española, a la que les dirigió el propio Yeh, según afirman los querellantes, con el argumento de que querían testar ARPO en uno de sus principales clientes, a la sazón, uno de los mayores bancos de España.

A partir de ese momento, las negociaciones las dirigen Luis Dupuy y Estefanía Ruiz, que marcan la hoja de ruta a seguir: probar la herramienta de Trappit en un piloto, confirmar los resultados e integrarla en Amex. Para poder llegar a ese final feliz, la multinacional pidió a la 'startup' suspender sus contactos comerciales con clientes hasta que firmaran el acuerdo de colaboración, y acceso al sistema ARPO para su estudio y análisis.

Creyéndose amparados por los contratos de confidencialidad, el compromiso de American Express de no desarrollar durante las conversaciones una herramienta similar y el registro de la titularidad que ya habían realizado de ARPO, los responsables de Trappit fueron accediendo a todas las peticiones.

Pero, lejos de llegar al esperado final feliz, cuando se concluyó la prueba piloto, que según la querella el gigante estadounidense fue retrasando para terminar de culminar su trama, los responsables de viajes de American Express presentaron al banco una solución propia e igual a ARPO que, aseguraban, ofrecía mejores resultados.

Suma y sigue, porque los querellados también se dirigieron a otras grandes empresas ofreciéndoles su nueva herramienta, Lastfare, compañías con las que Trappit había tenido que parar su acción comercial meses atrás a petición de American Express.

De hecho, fue a través de una de estas empresas como la 'startup' terminó enterándose de lo que estaba ocurriendo, ya que recibieron un correo de ella, en marzo de 2015, felicitándoles por haber alcanzado el acuerdo con American Express cuando la multinacional les envió la presentación de Lastfare.

Trappit ha pedido como medidas cautelares que el querellado deje de utilizar la herramienta y pide 14,68 millones en concepto de daños y perjuicios económicos.

La bíblica historia de David contra Goliat lleva desde junio de 2015 librándose en los tribunales de la madrileña Plaza de Castilla. Trappit, una pequeña empresa de tecnología española, ha conseguido poner contra las cuerdas a una de las mayores corporaciones del mundo, American Express, a la que acusa de los supuestos delitos de estafa contra la propiedad intelectual, competencia desleal y delito relativo al mercado y los consumidores.

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