Los trabajadores de Gowex se desesperan: el juzgado pierde los papeles de sus despidos

El infortunio de los trabajadores de Gowex no cesa. Primero fue el descubrimiento de que el fundador de la empresa, Jenaro García, había falseado las cuentas y les había engañado. Luego soportaron las falsas promesas del administrador judicial, Javier Solsona, a las que siguieron los impagos de las nóminas. Más recientemente asistieron a la petición de un concurso de acreedores que tampoco les aportó ninguna esperanza, hasta el punto de que 17 de ellos solicitaron una extinción colectiva de los contratos de trabajo como medida definitiva para desligarse de la compañía y salir de la pesadilla que sufren desde julio de 2014. Pero por si no bastara con todos esos reveses, el último contratiempo difícilmente puede ser más cruel: la semana pasada, esos trabajadores tuvieron conocimiento de que el juzgado había extraviado la documentación de su solicitud.

A finales de octubre, esos 17 trabajadores, que representan el 60% de la plantilla que resta de Gowex, pidieron al despacho Logan Lex que solicitara la extinción colectiva de sus trabajos. La firma procedió al encargo y solicitó la extinción en el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid el 27 de octubre. Los empleados tomaron esta determinación después de llevar "sin percibir emolumento económico alguno desde el mes de junio del presente año (al igual que los otros 11 restantes trabajadores), conjugado con otros factores que dificultan el desarrollo normal de su labor profesional: cortes eléctricos, cortes en la red de Internet, etc.", detallaba el comunicado de Logan Lex.

En ese momento, el despacho también precisaba la hoja de ruta que debía ser esa solicitud. "Una vez presentada esta Solicitud, el Juzgado de lo Mercantil nº 11 de Madrid, admitida aquélla, concederá un plazo de consultas con una duración de quince días a fin de que se pronuncie la Administración Concursal y Grupo Gowex acerca de la medida solicitada que, en caso de ser estimada, supondrá la extinción de la relación contractual de esos diecisiete trabajadores con la empresa, el derecho a percibir la indemnización económica correspondiente por el despido, así como el derecho a percibir la prestación por desempleo", establecía.

Pasaron esos 15 días. Y casi hasta un mes. Fuentes conocedoras del caso aseguran que el administrador concursal, Pablo Albert, no iba a oponerse a las demandas de los trabajadores, pero ante la falta de noticias por parte del Juzgado, el abogado de los empleados acudió para preguntar cómo estaba evolucionando la tramitación del expediente con el fin de acelerarla y que los empleados consiguieran su 'libertad'.

Sin embargo, se encontraron una sorpresa mayúscula: ya no es que la documentación se estuviera tramitando con lentitud... es que no aparecía. "El procedimiento ha desaparecido", es lo que les dijeron. Aunque la documentación entró en el Juzgado con fecha de 27 de octubre, luego se ha perdido en la tramitación entre el Juzgado de lo Mercantil y el Juzgado Decano.

"Absolutamente desprotegidos"

"El problema es que este contratiempo retrasa más todo el proceso. A los solicitantes ya les han comentado que lo más rápido será volver a presentar la documentación, pero para los empleados eso supone que van a acumular ya seis meses sin cobrar y más tiempo de espera antes de poder desligarse de la empresa", indican esas fuentes.

Entre los trabajadores, el malestar es absoluto. "Están enfadadísimos. Se sienten absolutamente desprotegidos. Es tanto lo que están pasando, que piensan que no puede ser casualidad. Solo quieren pasar página, irse de Gowex y empezar de nuevo, pero sienten que hay algo o alguien que lo impide", añaden esas fuentes,

El escándalo Gowex estalló el 1 de julio de 2014 a raíz de un demoledor informe sobre la compañía tecnológica por parte de la firma de inversión Gotham City Research. Aunque, en un primer momento, Jenaro García desmitió las acusaciones de que la empresa había maquillado sus cuentas, finalmente terminó reconociendo su engaño el 6 de julio. Para los empleados de la compañía de conexiones inalámbricas a Internet empezó entonces una pesadilla de la que, 17 meses después, siguen sin poder escapar.