Slim acuerda con la banca de FCC ampliar capital y diluirá aún más a las Koplowitz

Carlos Slim ya sabe lo que le demanda la banca si desea que FCC sea viable a medio y largo plazo. La principal exigencia que los acreedores han puesto encima de la mesa al magnate mexicano para refinanciar la deuda de la constructora es que inyecte más dinero. Es decir, que haga una nueva ampliación de capital, que, según distintas fuentes, será de 600 millones y se hará antes de finalizar el año si los mercados lo permiten. Esta mañana la cotización de FCC ha recibido la noticia con una subida próxima al 3%.

Distintos bancos acreedores, entre los que se encuentran las seis principales entidades financieras nacionales -Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular y Bankia-, han confirmado que esta es la condición indispensable para que Slim consiga el visto bueno del conjunto de los prestamistas para alargar de nuevo los vencimientos de FCC por 4.500 millones de euros. Aunque el abono del global de la deuda fue extendido por cuatro años en 2014, la generación de caja de la compañía no puede atender el pago de los intereses, en especial los del conocido como Tramo B, que devenga un tipo de interés de entre el 11 y el 16%.

Por este motivo, el equipo directivo de Slim, encabezado por Carlos Jarque, como consejero delegado, y Miguel Martínez, como director general de Administración y Finanzas, ha pedido a los cerca de 35 bancos acreedores modificar los términos de las condiciones de los préstamos. Una renegociación que incluye la aceptación por parte de la banca de una nueva quita del 15% de los 1.350 millones del Tramo B o un 5% de la deuda global.

Los bancos le han dicho que no a Slim, salvo que el que ha sido el hombre más rico del planeta haga una segunda ampliación de capital en FCC tras la que llevó a cabo en diciembre de 2014 por 1.000 millones. Y el millonario mexicano, que compite con Telefónica en casi toda Latinoamérica y con BBVA y Santander en México, ha aceptado la exigencia de la banca.

La familia Koplowitz debería aportar 134,4 millones para retener al menos el paquete actual. De lo contrario, su presencia en el capital disminuiría más

Según las mismas fuentes, Slim, el primer accionista de FCC con el 26,5% del capital, está dispuesto a realizar dicha ampliación de capital, que sería por un importe próximo a los 600 millones. Ese dinero iría destinado a cancelar parte de los 900 millones de euros que están referenciados al citado tipo de interés creciente hasta el 16% conforme pasa cada año. Los restantes 450 millones del Tramo B tienen formato de Payment in Kind o PIK, préstamo por el que no tiene que atender intereses -5% en este caso- ni amortizaciones hasta el vencimiento.

Una nueva quita

Si Slim firma esta condición, la banca nacional accederá a digerir una nueva quita, con lo que la situación financiera de FCC ganaría tranquilidad a medio plazo. No obstante, aún faltaría por convencer a las entidades internacionales, que ya denunciaron el primer acuerdo así como parte del cambio de las condiciones de una emisión de bonos. Entre los beligerantes estaba Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión del mundo.

La nueva ampliación de capital supondría un desembolso de 153 millones para Slim, que el año pasado invirtió 650 millones para hacerse con el 25,6% actual. Por su parte, la familia Koplowitz, que al no poder acudir a la anterior emisión vio su participación reducida del 50 al 22,4%, debería aportar 134,4 millones para retener al menos el paquete actual. De lo contrario, su presencia en el capital disminuiría aún más, en un 31,57%, hasta cerca del 15%. En consecuencia, perdería todavía más poder y previsiblemente algún asiento en el consejo de administración.