Jordi Alba borra en un mes fantástico su polémico arranque en el Barça

El fichaje de Jordi Alba por el Barcelona fue todo un golpe de efecto del club azulgrana en plena Eurocopa. Antes de que cayera en otras tentaciones, Sandro Rosell, tras una larga y tediosa negociación con Manuel Llorente, puso encima de la mesa del Valencia 14 millones de euros para ‘repatriar’ al que fuera jugador de La Masía y que estaba siendo unas de las sensaciones del mejor torneo de selecciones. También lo había sido su campaña con el Valencia. Un acierto, por más que Alba estuviera a una temporada de terminar su contrato en Mestalla y quedar libre. El esfuerzo, después de todo, merecía la pena.

Las cosas, sin embargo, no empezaron con buen pie para el joven catalán. La vuelta a casa no fue como pensaba. Su convocatoria para los Juegos Olímpicos contra la opinión del Barcelona y el posterior fiasco en Londres, dibujaron un escenario complicado para Jordi Alba, que tampoco contó con la confianza de Tito Vilanova en el arranque de temporada. Su evidente bajo estado de forma y sobre todo su decisión de jugar con fiebre en el partido de España ante Georgia, que motivó su ausencia ante el Spartak en Champions y frente al Granada en Liga, reafirmaron al técnico en la idea de que Adriano estaba por delante de él. Tanto, que Alba tuvo que salir a dar explicaciones sobre su decisión de jugar con gripe para atajar la polémica.

El proceso febril y el castigo de Vilanova fueron toda una enseñanza para Jordi Alba, que centró todos sus esfuerzos en recuperar su mejor tono físico y refrendar al técnico y las voces críticas del club que su fichaje seguía siendo todo un acierto. El partido en Sevilla fue su particular punto de inflexión, el momento en el que dio un golpe y empezó a demostrar que el lateral izquierdo azulgrana tenía dueño. Siete partidos después de aquella noche en el Pizjuán, donde el equipo ganó ‘in extremis’, Alba se ha convertido en la gran revelación del equipo azulgrana, donde ha hecho olvidar la sufrida ausencia de Eric Abidal y ha eclipsado a Alves. Ahora la referencia ya no está en la banda derecha, Alba ha volcado el campo a su favor y todos buscan sus incorporaciones por sorpresa.

Los números, de hecho, no engañan. En el último mes, Jordi Alba ha jugado todos los partidos con el Barça y con España y ha dado rienda suelta a la faceta goleadora que ya apuntó la pasada campaña en el Valencia, donde Emery le reconvirtió de interior a lateral. Al tanto salvador del Celtic hay que sumar el de Riazor, además del primero en la goleada de la Selección en Bielorrusia (0-4). Sólo el golazo de vaselina en propia meta ante el Depor mancha un poco su fantástico mes. Aunque la grada del Camp Nou ni se acordaba de ello cuando se coló en el bosque de piernas que era la defensa del Celtic para certificar una remontada de Champions. Los 14 millones, no hay duda, parecen baratos. Su polémico estreno, una anécdota.