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"Soy parte de los pit stops": así es el trabajo de un mecánico de Fórmula 1
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AARÓN GÓMEZ, DE TORO ROSSO, ES UNO DE LOS SUPERVIVIENTES ESPAÑOLES DE HRT

"Soy parte de los pit stops": así es el trabajo de un mecánico de Fórmula 1

“Técnicamente es lo último y hay que ir con mucho cuidado, controlándolo todo y ser muy preciso. Soy mecánico de uno de los coches. Se divide

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"Soy parte de los pit stops": así es el trabajo de un mecánico de Fórmula 1

“Técnicamente es lo último y hay que ir con mucho cuidado, controlándolo todo y ser muy preciso. Soy mecánico de uno de los coches. Se divide en distintas áreas y yo trabajo en la parte delantera”. Aarón Gómez (Cambrils, Tarragona) tiene una ocupación laboral atípica, rara, de esas que llaman la atención y, a simple vista, suena interesante. Este joven de 28 años trabaja como mecánico en el equipo de Fórmula 1 de Toro Rosso y, entre otras cosas, protagoniza uno de esos vertiginosos cambios de neumáticos en un gran premio. Aarón, junto con su compañero de escudería Eduard Turón, es uno de los supervivientes del desaparecido equipo español HRT que este año se paseará por el paddock del Gran Circo.

Con más edad que la mayoría de pilotos, la nula aparición de este sector de la F1 -el más numeroso- en los medios de comunicación provoca una escasa familiaridad con los micrófonos y hasta causa cierto asombro en el equipo italiano que El Confidencial solicite una charla con el mecánico. Y es que, más allá de pilotos y patrocinadores tan importantes como Cepsa o Banco Santander, es llamativo que alguien con pasaporte español esté en las entrañas de este deporte. “Ha habido y actualmente hay varios mecánicos españoles en la Fórmula 1, pero como mediáticamente no tiene mucho interés, pasa desapercibido”, asegura Aarón.

En un deporte con fuertes raíces británicas, ¿qué hay que hacer para conseguir un trabajo como este? “Una vez que estudié mecánica, me especialicé en mecánica de competición. Trabajé en diferentes categorías y según me aparecieron oportunidades fui saltando hasta que un día me encontré trabajando en la Fórmula 1”. Al contrario de lo que pueda parecer, “todo este camino se puede hacer en España. Es más, salvo este año, que me he ido a vivir a Faenza, Italia, el resto he estado aquí (en el momento de realizar la entrevista se encontraba en el circuito de Montmeló)”. Eso sí, el idioma es imprescindible ya que “el oficial en pista es el inglés” y, además, “al ser italiano casi todo el personal”, debió aprender la lengua transalpina. Al margen de esta preparación y como en la mayoría de trabajos, el factor ‘suerte’ también cuenta: “Lo que más puede influir en este ascenso es en la cantidad de equipos españoles que haya en unas categorías u otras”.

“La forma en la que acabó HRT no gusta a nadie”

Gómez -como Turón- tuvo la ‘fortuna’ de la creación de HRT, sin el cual no hubiera optado a su actual puesto laboral en Toro Rosso. De la corta etapa de la escudería española tiene “muchos recuerdos buenos aunque también hubo momentos difíciles. Me dio pena cómo terminó. La forma en la que acabó no gusta a nadie”.

Hablando de HRT, Pedro de la Rosa, en su toma de contacto con el Ferrari en Jerez, señaló la enorme diferencia entre su F112 de 2012 y el F138 de la Scuderia, “físicamente se nota mucho porque es tremendo el agarre que tiene al suelo y la fuerza con la que tienes que pilotar”. Para Aarón, el cambio se percibe desde otro prisma aunque por gajes del oficio no puede revelar ni un solo detalle: “Toro Rosso es un buen equipo, trabaja a un gran nivel y, al igual que se ve en pista, técnicamente también hay diferencias. Dispone de otros sistemas, tanto mecánico como eléctrico. Igual que un Toro Rosso, con respecto al otro, también es diferente”.

Durante la pretemporada, todos los mecánicos de las escuderías trabajan “con un solo coche, con el que entrenan los dos pilotos. Como trabajamos día y noche, cada equipo de mecánicos se reparte”. Será a partir de ahora cuando la escudería divida a su equipo de trabajo. “En carrera cada vehículo ya sí tiene su equipo de gente y no se mezcla”. En el caso de Aarón, cuando se realizó la entrevista en los primeros entrenamientos de Montmeló, no le habían confirmado con quién iría. ¿Daniel Ricciardo o Jean Eric Vergne?

En HRT, le ‘tocó’ con Narain Karthikeyan aunque recuerda que no se establece una gran relación con el piloto porque “técnicamente no trabajamos directamente con él. El contacto lo tienen piloto-ingeniero, son los que configuran el coche y nosotros hacemos los cambios que nos indica el ingeniero”. Al igual que con el volante, el ingeniero necesita manos precisas, eficaces y rápidas para ejecutar las órdenes.

“En un pit stop te ponen donde más convengas” 

La velocidad es una de las características que lleva intrínseca la Fórmula 1 en todos los ámbitos, incluso en los despachos, como admitía Gerard López (dueño de Lotus) a este diario. En el caso de los mecánicos no iba a ser menos y los más raudos son los encargados, además de desempeñar su labor en el garaje, de ayudar al equipo durante la carrera en un cambio de neumáticos, todo un símbolo de la F1. Aarón forma parte de estos desconocidos con casco que ofrece tanto espectáculo al público, “soy parte de los pit stops. Hay muchas posiciones, se prueban en diferentes puestos y, donde más convengas, pues ahí te ponen”. Lo dice tan tranquilo, como si no pesara nada la responsabilidad de una tarea tan precisa e importante.

Desde que Fernando Alonso irrumpió en el Gran Circo, se ha leído y escuchado infinidad de veces en España aquello de “mi sueño es llegar a la Fórmula 1” por parte de algún joven piloto con grandes aspiraciones. Sin embargo, hay otros gremios en nuestro país que empiezan a interesarse por esta competición y pueden mirarse en ‘espejos’ como Xevi Pujolar (jefe de ingenieros en Williams) o Aarón Gómez.

Trabajar en la F1, viajando por todo el mundo, se puede considerar un privilegio aunque la semana pasada Sebastian Vettel recordó que “no es oro todo lo que reluce” y detrás de la construcción de un monoplaza existe una exigente jornada laboral de la que “se sabe cuándo empieza pero no cuándo termina. Depende de cómo salgan las cosas, de si no tienes ningún tipo de problema técnico o un programa para probar diferentes cosas”, indica el catalán. Porque como sucede en un taller, hay veces que la ‘avería’ no es sencilla de reparar. “Ahora, con el coche nuevo, hay que probar diferentes configuraciones”, y como señaló al inicio de la conversación “durante los test hay que estar por el día un equipo y por la noche otro”. El resto de la temporada, en la factoría, se intenta “hacer un horario normal, con algún día de descanso –fines de semana sin carrera- siempre que no haya que ‘montar’ algo”.

“Se hace tenso a veces”

Le cuesta destacar el aspecto más duro de su trabajo en Fórmula 1. Se ha adaptado fácilmente a este ritmo de vida y, tras unos segundos pensando qué es lo que peor lleva de esta ocupación, casi por decir algo, resalta “el número de horas que hay que dedicar con tanta presión. Se hace tenso a veces”. Este aspecto psicológico no se aprecia desde fuera y seguramente sea uno de los motivos por los que pilotos como Fernando Alonso haga ‘jornadas de convivencia’ con su equipo de ingenieros y mecánicos. Al asturiano le gusta compartir mesa y mantel, partidos de fútbol y otras actividades fuera del ‘taller’ para que todo el equipo se sienta arropado, unido y motivado. Cada granito de arena cuenta.

Además de las tareas que se le pueden presuponer a un mecánico, Aarón debe realizar otras que no se enseñan en ninguna escuela. “Fuera del circuito hay que ir al gimnasio y cuidarse físicamente, teniendo precaución de no lesionarse haciendo deporte… hay que estar preparados”. Mens sana in corpore sano. El Gran Circo eleva la profesionalidad al máximo y, al igual que la sociedad ha incorporado tecnologías usadas en esta competición tan vanguardista, la Fórmula 1 también demuestra que una persona físicamente en forma es más efectiva y productiva en su trabajo. Aunque quizás, este aspecto sea más difícil de trasladar a la calle que, por ejemplo, el kers

“Técnicamente es lo último y hay que ir con mucho cuidado, controlándolo todo y ser muy preciso. Soy mecánico de uno de los coches. Se divide en distintas áreas y yo trabajo en la parte delantera”. Aarón Gómez (Cambrils, Tarragona) tiene una ocupación laboral atípica, rara, de esas que llaman la atención y, a simple vista, suena interesante. Este joven de 28 años trabaja como mecánico en el equipo de Fórmula 1 de Toro Rosso y, entre otras cosas, protagoniza uno de esos vertiginosos cambios de neumáticos en un gran premio. Aarón, junto con su compañero de escudería Eduard Turón, es uno de los supervivientes del desaparecido equipo español HRT que este año se paseará por el paddock del Gran Circo.

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