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Ilustradas y sin clichés, el nuevo fenómeno editorial hace 'boom'
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crece la visibilidad de la ilustración femenina

Ilustradas y sin clichés, el nuevo fenómeno editorial hace 'boom'

Paula Bonet, Moderna de Pueblo, Lyona o Sonia Pulido encabezan la exitosa lista de mujeres que han revolucionado el panorama de la ilustración y sumado un nuevo público de adeptas al mundo gráfico

"Comprar ropa de oferta y jamás ponérsela. Tratar a los novios como padres y a los maridos como hijos. Comprar champú de primera y vino de segunda"… y así hasta sumar Seis cosas típicamente femeninas. Maitena comenzó a finales de los noventa a diseccionar a la mujer en sus viñetas en la prensa española. Fue una pionera. Una mujer hablando de Mujeres alteradas con la ilustración y para el gran público.

La ilustración ha vivido un auge exponencial y, en el último año y medio, el boom ha llegado (y reconocido) a la ilustración hecha por mujeres. “Hoy en cualquier librería encuentras una mesa de novedades llena de libros de ilustradoras. Eso es muy bueno”, asegura Sara Herranz, que acaba de publicar Todo lo que (nunca) te dije lo guardo aquí (Lunwerg).

Hipsters, relaciones, la independencia, amores y desamores, música y cultura… Éste es hoy el retrato generacional contado con trazos diferentes y personales por la otra mitad de la sociedad. Moderna de Pueblo abrió la veda de este renacer de la ilustración femenina y Paula Bonet se convirtió en el detonante para un éxito que las ha hecho fenómeno.

"Yo empecé porque vi que había un hueco. No tenía referentes, más allá de Maitena y me quedaba un poco lejos. Era más de mi madre. Todos mis referentes eran hombres. Me planteé hacer algo así pero desde mi punto de vista. No en femenino, sino para una generación de jóvenes de entre 20 y 30 años", cuenta Raquel Córcoles, el alter ego de Moderna de Pueblo. Se acaba de reeditar su primer libro, Soy de pueblo (Lumen), al que hay que sumar Cooltureta (Lumen) y Los capullos no regalan flores (Lumen).

"El boom llegó hace un año más o menos. Alguien me sigue a mí, conoce el trabajo de otra y acaba comprando tres libros de tres ilustradoras diferentes. Se expande muy rápido. Estamos en el auge y creo que va a ir a más, porque tampoco es algo va a cansar. Cada una irá por su camino, pero el género en sí creo que va a seguir interesando", reflexiona.

Bonet, 813 (La Galera) y Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End (Lunwerg), dice que la principal diferencia es que hoy la ilustración española tiene más repercusión porque se reconoce "como arte”. Respecto al hecho femenino, asegura que hay que "huir de la etiqueta de género". “Hacía tiempo que necesitábamos explicarnos y este auge no sólo está sucediendo en el terreno de la ilustración. Hay muchas mujeres dirigiendo películas, escribiendo guiones, subiéndose a un escenario o redactando artículos. Y cada una es distinta y necesita explicarse de una manera distinta", asegura.

"Sinceramente creo que no hay que hablar únicamente de las mujeres que hablan de mujeres. Las mujeres hablamos de temas universales. A algunas nos interesa el cine, a otras la filosofía, a otras los deportes de riesgo y otras quieren hablar de sus relaciones amorosas o ilustrar la deformidad del mundo. Del mismo modo que hay hombres hablando exactamente de lo mismo. Después está el público, que se involucra en nuestro trabajo porque necesita entenderse a sí mismo y sentirse entendido en una especie de catarsis que toma como vehículo lo visual", añade. ​

placeholder Ilustración de Paula Bonet basada en 'Aprendizaje o libro de los placeres', de Clarice Lispector
Ilustración de Paula Bonet basada en 'Aprendizaje o libro de los placeres', de Clarice Lispector

Igualdad y redes sociales

"La mujer en todos los ámbitos está teniendo más visibilidad. Nuestras madres renunciaban a sus carreras para educar a sus hijos y nosotras estamos apostando por nuestras carreras. También influye el hecho de que la mujer como consumidora tiene hoy un papel mucho más importante en todos los ámbitos, no sólo en la ilustración", destaca Sonia Pulido, que acaba de exponer en Madrid los originales de Caza de conejos (Libros del zorro rojo), prepara un libro ilustrado para niños y ultima una exposición para las próximas semanas.

Ese cambio generacional, tanto en el lado de las creadoras como de las consumidoras, del que habla es también el que destaca Lyona, famosa por su faceta como directora de videoclips de grupos como Love of Lesbian, Sidonie o Lori Meyers y que en el terreno de la ilustración acaba de publicar La vida es corta y luego te mueres (Reservoir Books), junto a Enric Pando, y Mis primeros, primeros besos (Lunwerg). “Antes era mucho más difícil que las mujeres se dedicaran a la ilustración pero cada vez es más normal. Además ha crecido el público femenino que demanda historias que hablen sobre ellas”, opina.

El cómic siempre ha tenido asociado un cliché: era masculino. Superhéroes o manga. Dos lugares comunes que fueron durante mucho tiempo un freno para que muchas mujeres se acercaran a la ilustración. Hoy la identificación es la máxima de estas jóvenes ilustradoras. "Son estereotipos antiguos. El que no ha descubierto la novela gráfica, va tarde. Leer una novela gráfica es ver una buena peli y leer un buen libro a la vez, además de un regalo muy agradecido", asevera Amaia Arrazola, que ha publicado este año Cosas que nunca olvidarás de tu Erasmus (Lunwerg), junto a Raquel Piñeiro, y en mayo publica un álbum infantil sobre Audrey Hepburn para la colección Pequeña y Grande de la editorial Alba.

'La mujer tiene muchos temas de los que hablar, además de una forma diferente de tratarlos, con los que muchas personas se pueden identificar'

"Creo que el sector de la ilustración tiene más potencia y es lógico que las mujeres tengamos peso porque no tenemos menos que decir que los hombres. Hay mercado para los dos y la mujer tiene muchos temas de los que hablar, además de una forma diferente de tratarlos, con los que muchas personas se pueden identificar", añade. Córcoles confiesa que también busca "reflejar a nuestra generación, a un prototipo de personas o situaciones habituales. Nos interesa lo que ocurre en nuestro día a día y mejor si es poniéndole un poco de humor, riéndonos de nosotras mismas. El humor siempre es necesario", dice.

Y aunque la igualdad se impone a fuerza de éxito en la ilustración, ¿existe también aquí un techo? "No me lo planteo. Tenemos las mismas posibilidades que los hombres. Quizás haya más público masculino, pero las mujeres se están abriendo mucho al cómic y la novela gráfica. Lo que sí noto actualmente es un boom algo exagerado. Espero es que con el tiempo todo se aposente y sea equitativo", responde Lyona.

placeholder 'Cosas que nunca olvidarás de tu Erasmus', de Amaia Arrazola y Raquel Piñeiro
'Cosas que nunca olvidarás de tu Erasmus', de Amaia Arrazola y Raquel Piñeiro

Herranz cita otra claves fundamentales que hay detrás de esta tendencia: las redes sociales. "Quizás no había existido antes este peso de las ilustradoras femeninas españolas porque no tenían tanta visibilidad. El público no estaba al tanto, pero las redes sociales han abierto las puertas a nuestro trabajo. Eso ha hecho que suenen nuestros nombres, hemos creado interés y el público ha hecho suyo nuestro trabajo", afirma.

Todas coinciden en ello. Basta con mirar sus perfiles en Facebook, Twitter o Instagram para comprobar la magnitud de este auge ilustrado. Cuentan sus seguidores por cientos de miles y cualquier imagen que cuelgan se viraliza entre likes y retuits. Es el poder de la imagen en internet y, para la mayoría, el medio que les ha hecho famosas.

'Las redes sociales han abierto las puertas a nuestro trabajo. Eso ha hecho que suenen nuestros nombres, hemos creado interés y el público ha hecho suyo nuestro trabajo'

"Es brutal. No sé cómo lo hacíamos antes", dice entre risas Pulido, quien ha recibidio varias ofertas de trabajo por estos canales aunque reflexiona algo más sobre este impacto viral. "Si lo piensas en frío, da un poco de terror, porque hablamos de cifras salvajes de seguidores y todas esas cifras son personas. Además de que el consumo es súper rápido. ¿Cúanto tiempo miras una imagen? ¿Unos segundos que es lo que se tarda en dar un me gusta? Es un tipo de consumo más y no nos debemos dejar engañar por eso".

Lyona define las redes sociales como su portfolio, Herranz destaca que han sido todo para ella y Bonet la posibilidad de conectar al ilustrador con el público y hacerse con originales. En este sentido, galerías online como Gunter Gallery han supuesto todo un hito para la venta de arte y ilustración. En dos años esta galería, que cuenta con obras de Bonet, Ricardo Cavolo, Javier Mariscal, BoaMistura, Littleisdrawing o Grimanesa Amorós, ha aumentado un 60% sus ventas.

placeholder 'Caza de conejos', de Sonia Pulido
'Caza de conejos', de Sonia Pulido

Las redes terminaron de acercar la ilustración femenina a las editoriales. Grandes o pequeñas, muchas de nuevo cuño, han visto en el interés del público por estos nombres un jugoso mercado. "Las editoriales están apostando más por la ilustración porque somos gente que nos hemos currado nuestra promoción y hemos demostrado que nuestro trabajo interesa. Pasa en el mundo editorial en general. Los autores que arrastran seguidores, es decir lectores, han saltado al libro", explica Moderna de Pueblo.

Diversificarse o morir

Si la ilustración comenzó a vivir su edad de oro en internet y saltó a las páginas de los libros, también goza de una excelente salud en otros soportes. Lo primero, en las paredes de galerías y museos como ese objeto de arte que destacaba Bonet. Las exposiciones de ilustradores son comunes y reclamadas a nivel internacional, como es el caso de Ilustradores españoles. El color del optimismo, organizada por AECID y que ya ha visitado Berlín, Frankfurt o Roma. Pero la ilustración también ha saltado a cualquier tipo de objeto.

Jordi Labanda, recuerda Pulido, fue uno de los primeros que trasladó sus diseños a bolsos, estuches, cuadernos o lapiceros. “Se le criticaba pero hizo mucho bien al sector porque puso la ilustración en soportes en los que se suponía que no podía estar”. Ella, precisamente, está inmersa en un proyecto de cerámica ilustrada. “Es muy interesante pasar de la bidimensión a la tridimensión en un objeto”, explica.

Los dibujos de Paula Bonet se pueden comprar también en láminas o bolsos. Moderna de Pueblo también ha llevado sus ilustraciones a cuadernos, calendarios, etc. “Nunca me lo había planteado pero es algo muy natural. Es un camino que tenemos los ilustradores para complementar nuestra manera de subsistir”.

"Comprar ropa de oferta y jamás ponérsela. Tratar a los novios como padres y a los maridos como hijos. Comprar champú de primera y vino de segunda"… y así hasta sumar Seis cosas típicamente femeninas. Maitena comenzó a finales de los noventa a diseccionar a la mujer en sus viñetas en la prensa española. Fue una pionera. Una mujer hablando de Mujeres alteradas con la ilustración y para el gran público.

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