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Sí a la crítica cinematográfica, no a los blogueros y gacetilleros
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Sí a la crítica cinematográfica, no a los blogueros y gacetilleros

El periodismo forma parte de la esencia misma de nuestro arte y de la médula misma de nuestro negocio. Y en estos momentos de confusión, redes y piraterías, la crítica es imprescindible

Foto: Fotograma de 'El extraño viaje', de Fernando Fernán Gómez
Fotograma de 'El extraño viaje', de Fernando Fernán Gómez

Sí, sí, no se extrañen. Elogio. Aunque los profesionales que formamos esta especie de secta que es ‘Furtivos’ estemos llenos de rencores hacia tal o cual crítico, hoy vamos a hacer un elogio del crítico en general. Y encerrando nuestros odios, nuestras manías… Porque la crítica de cine –como la de teatro, por otra parte– forma parte de la esencia misma de nuestro arte y de la médula misma de nuestro negocio.

Viene de lejos. Nada más nacer el cine, hay ya dos nombres en España: el de Juan Piqueras, gran periodista, fundador de Nuestro Cinema, y el de Florentino Hernández Girbal, que ha muerto hace poco a sus más de cien años. Y junto a ellos, una jauría de jóvenes –Antonio del Amo, Rafael Gil, Serrano de Osma...– que aprendieron el oficio a base de reflexionar en sus análisis… y no sólo orientaban el gusto del público.

La Guerra Civil, tan determinante en todos los órdenes de nuestra convivencia, dejó una sociedad en la que el crítico era una figura muy poderosa dentro de los ambientes cinematográficos. Era un tiempo en el que las críticas –de cine, perdonen la insistencia­– ocupaban un extenso espacio, como sección fija, en todos los periódicos. Al margen de los frecuentes episodios de sobrecogimientos, trabajos para la censura y denuncias a los cineastas heterodoxos, eran auténticos aficionados al cine. Veían con sus respectivas esposas, o familiar-acompañante, una película diaria. Salvo Alfonso Sánchez, soltero empedernido.

Sin ser unos cinéfilos, se comportaban como tales. Y a su lado empezaron a surgir revistas especializadas como Objetivo, Cinema Universitario, Film Ideal y Nuestro Cine, que fueron elementos de reflexión muy importantes en las secuelas de las Conversaciones de Salamanca. Y a partir de ahí se conformaron las estéticas de Bardem, Berlanga, Saura, Portabella… La aparición de la crítica en la revista Triunfo conecta con una generación de jóvenes interesados por las películas de festivales, en su mayoría producciones de cine independiente.

De aquel tiempo tan negro por muchos conceptos vamos a recordar la heroicidad de un crítico que, enterado de que una distribuidora se atrevía a programar en un cine de barrio El extraño viaje, película maldita de Fernando Fernán Gómez, inició en su medio de expresión una campaña de elogio analítico tan incansable que hoy a aquel escritor se le podría considerar casi coautor de la obra. ¿Su nombre? Jesús García de Dueñas, nacido como crítico en las páginas de Triunfo, donde también se formaron directores del Festival de San Sebastián y hasta directores denerales de Cinematografía (Diego Galán y Fernando Lara).

Echamos de menos que el crítico no sea ese deseado mensajero capaz de establecer un rápido enlace entre el cineasta y su público. Deseamos una crítica formativa, que informe y oriente al espectador

Hasta aquí su majestad el Cine era, junto al libro, el rey del espacio cultural en conversaciones, debates, estudios colectivos e incluso discusiones de café. Fueron años en los que apareció toda una generación de críticos para razonar dentro del cine y hacer análisis que en la calle no estaban permitidos… Una manada de argüelleros (residente en su mayoría en el barrio madrileño universitario de Argüelles) ocupaba páginas y páginas en publicaciones de corta vida donde el neorrealismo italiano, John Ford, Howard Hawks, Alfred Hitchcock, la Nouvelle Vague y el British Free Cinema, o Truffaut, sospechoso de haberle robado la bicicleta a un obrero, eran la constante en debates y discusiones.

Dos críticos merecen párrafo aparte: José Luis Guarner, de La Vanguardia Española de Barcelona, y Ángel Fernández Santos, de El País. Y ninguno de los dos nacido en Argüelles.

Más tarde, a partir del año 2000 y hasta hoy, la crítica profesional ha ido languideciendo, sustituida por blogueros y gacetilleros que ya no se interesan por Hawks, Ford, Hithcock oGodard, sino por cuánto dinero ha hecho tal película siguiendo un criterio mercantil, es decir, que animan a los productores a hacerse ricos copiando en lugar de empujarles a llegar a la cima de la fama por el camino del riesgo.

Los críticos, sin duda, formaban parte de nuestra industria cultural y en muchos casos, como los árbitros en el fútbol, animaban el espectáculo con sus errores ya que así los cineastas tenían "enemigos" ante los que superarse en el futuro.

Los que hoy hacemos cine echamos de menos que el crítico no sea ese deseado mensajero capaz de establecer un rápido enlace entre el cineasta y su público. Deseamos una crítica formativa, que informe y oriente al espectador. Alguien como Alfonso Sánchez, que aparezca en las pequeñas pantallas de los ordenadores, televisores o periódicos digitales para animar a los perezosos espectadores a salir de casa y presenciar la gracia de esa actriz andaluza, de ese chaval que viene del teatro, la habilidad del cineasta de Gerona o la audacia del productor. Alfonso Sánchez hizo programas de crítica cinematográfica que le convirtieron en un personaje más popular que al mismo Charlot. Podemos citar también el programa también de TVE Días de Cine dirigido y presentado por Antonio Gasset.

placeholder Fernando Trueba (Efe)
Fernando Trueba (Efe)

El prototipo de crítico que necesitamos ahora es alguien como el Fernando Trueba de 1980, que por razones obvias ya no puede o los incombustibles Boyeros, muchos de ellos ya aquejados de múltiples dolencias, especialmente las derivadas del almanaque.

Y en este momento de confusión, redes y piraterías hay que alentar a jóvenes escritores y viejos periodistas a que se animen, porque les necesitamos. Porque les necesitan los nuevos cineastas, los que van a tener que hacer las maravillosas series de TV, cortometrajes y películas. La crítica es tan imprescindible como el Mala para un senderista.

Bueno, para terminar se nos ocurre dar un consejo a los nuevos críticos: que no dediquen sus esfuerzos a destrozar películas. Es más fácil y más hermoso rescatar títulos. Como hizo un crítico en los años setenta rescatando El extraño viaje.

(Continuará)

Sí, sí, no se extrañen. Elogio. Aunque los profesionales que formamos esta especie de secta que es ‘Furtivos’ estemos llenos de rencores hacia tal o cual crítico, hoy vamos a hacer un elogio del crítico en general. Y encerrando nuestros odios, nuestras manías… Porque la crítica de cine –como la de teatro, por otra parte– forma parte de la esencia misma de nuestro arte y de la médula misma de nuestro negocio.

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