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La nueva cúpula de RTVE monta al fin la 'tele de Génova' tras el fiasco de Soraya
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La nueva cúpula de RTVE monta al fin la 'tele de Génova' tras el fiasco de Soraya

La llegada de José Antonio Sánchez a la presidencia de RTVE ha dado un vuelco a la estructura de Informativos. Cambios de calado en año electoral

Foto: Mariano Rajoy, entrevistado en La 1 de TVE. (Efe).
Mariano Rajoy, entrevistado en La 1 de TVE. (Efe).

Entender la RTVE de hoy obliga a mirar dos años atrás. Leopoldo González-Echenique, presidente de la Corporación entonces, comparecía en septiembre de 2012 en el Congreso de los Diputados. En una de sus primeras apariciones, se defendía de las críticas recibidas por la parcialidad de sus telediarios. Y sacaba pecho al explicar que, de las 35 personas que formaban parte de la estructura de Informativos, 17 se habían mantenido. Para reivindicarse aún más, recordaba que en 2004, después de que el PSOE ganara las elecciones, fue peor: de 19 profesionales hicieron las maletas 14. La reflexión, casi anecdótica, asumida por los diputados y que no acaparó titular alguno, es en esencia terrible. Y lo es por varias razones.

En primer lugar, es demoledora para la ciudadanía, que debe asumir como normal -y hasta con aplausos por lo moderado del cambio- que en la televisión pública se lamine la mitad del equipo de los telediarios cuando se produce un cambio de Gobierno. Pero lo que resulta insoportable, es tener la certeza de que Echenique pierde el puesto -más allá de la excusa presupuestaria- porque no liquidó a 35 de 35 en la división de Informativos. Advenedizo en el sector de los medios, abogado del Estado como la vicepresidenta que le nombró y ajeno a las múltiples liasons que se manejan una casa tan compleja, se creyó en parte el valor de la independencia e incluso llegó a decir que no le había nombrado Génova. Ahí le esperaban con las elecciones en ciernes.

placeholder José Antonio Sánchez. (Efe)
José Antonio Sánchez. (Efe)

El nuevo presidente, José Antonio Sánchez, viene aprendido de casa y -este sí- tiene bien claro quién le ha designado y para qué. Por eso, ha preferido ponerse rojo una vez. Sus primeros movimientos -que incluyen relevos en los niveles intermedios de los Informativos que no tocó Echenique- no dejan lugar a la interpretación. Por ejemplo, hace apenas días era elegida como jefa de Economía Cecilia Gómez, que tuvo que dejar su cargo en los telediarios hace apenas un año, después de que se filtrará un mail que presuntamente envió a una consejera popular en el que reflexionaba sobre la ideología política de trabajadores de la casa. No es único caso en el que se detecta la filiación, al punto de que el nuevo responsable de San Cugat viene de la jefatura de prensa de Alicia Sánchez-Camacho.

El cambio también se observa en la actitud: de la pasividad a la beligerancia. Sin complejos. El silencio de clan Echenique terminó concediendo al Consejo de Informativos un peso en la casa que nunca había tenido, cuasi sindical. También en términos de impacto mediático, hasta aparecer como un inesperado contrapoder. Tras uno de sus primeros comunicados desde la llegada de Sánchez -en este caso para pedir la destitución del director del Canal 24 horas, Sergio Martín, tras la entrevista en la que dio la enhorabuena a Pablo Iglesias por la excarcelación de etarras- la Dirección de Informativos de José Antonio Álvarez Gundín movía ficha para “deplorar” que no se defendiera a un profesional de la casa y, “de forma inédita”, se respaldara a un partido político “sin representación parlamentaria”. Lo inédito es que RTVE replicara.

Cuestión de ‘timing’

“Si lo que se ha hecho ahora se hubiera hecho hace tres años, no hubiera levantado tanta polvareda”, explican fuentes internas de la Corporación, con vinculaciones con el PP. No es que no se pensara. De hecho, inicialmente todo estaba previsto para un desembarco popular en toda regla hasta que Sáenz de Santamaría se cruzó en el camino. Todo comenzó en abril de 2011, cuando unas 60 personas vinculadas al PP formaron entre ocho y diez grupos de trabajo para preparar el aterrizaje de los populares en la Corporación. La mayor parte de los implicados era gente de la casa, pero también había profesionales de fuera. Era el caso, por ejemplo, de Julio Somoano, que al final fue nombrado director de Informativos. De los pocos que aguantaron el tirón.

El entramado lo tuteló desde el minuto uno la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y apuntaba una estructura de mando en la sombra. Meses después y con la victoria en la mano, Sáenz de Santamaría jugó sus cartas y -queriendo o no- echó abajo el castillo de naipes. No ha torcido su brazo hasta que la inminencia electoral y el clamor de Génova impedían sostener al anterior presidente. Sin haber cumplido cien días en el cargo, Sánchez ya ha demostrado que la hoja de ruta en marcha entronca con aquel plan A que en su momento diseñaron los citados grupos de trabajo y que se abortó. Lo que se pregunta ahora alguno de los que participaron en aquella apuesta es si el fiasco tiene solución, con la división de Informativos plagada de minas. El esfuerzo, ahora, será doble.

La gran fotografía de estos meses -que bien podría haberse producido con un Ejecutivo socialista- provoca enorme desazón. Un modelo perverso asumido por los dos grandes partidos donde gana quien menos fisuras muestra a la hora de colocar a los suyos cuando le toca. Incluso si el elegido para el trono hace gala de un puntito de decoro, vergüenza torera o síndrome de Estocolmo -¿quién sabe?-, rápidamente los suyos le reconvienen y, si no se aviene a razones, le destituyen en cuanto se atisban procesos electorales acudiendo a las razones económicas de rigor. Y todo a plena de luz del día, con luz y taquígrafos, sin que haya que buscar conspiraciones ni agendas ocultas. La relación de los hechos es suficiente para buen entendedor. ¿Alguien duda de que Sánchez dispondrá de todos los fondos que necesite para que las finanzas no sean un problema? Se admiten apuestas.

Entender la RTVE de hoy obliga a mirar dos años atrás. Leopoldo González-Echenique, presidente de la Corporación entonces, comparecía en septiembre de 2012 en el Congreso de los Diputados. En una de sus primeras apariciones, se defendía de las críticas recibidas por la parcialidad de sus telediarios. Y sacaba pecho al explicar que, de las 35 personas que formaban parte de la estructura de Informativos, 17 se habían mantenido. Para reivindicarse aún más, recordaba que en 2004, después de que el PSOE ganara las elecciones, fue peor: de 19 profesionales hicieron las maletas 14. La reflexión, casi anecdótica, asumida por los diputados y que no acaparó titular alguno, es en esencia terrible. Y lo es por varias razones.

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