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RTVE liquidará al 15% de sus directivos y recortará prebendas a la plantilla
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LA CORPORACIÓN ROZA LOS 250 ALTOS EJECUTIVOS

RTVE liquidará al 15% de sus directivos y recortará prebendas a la plantilla

Corría el mes de enero y Soraya Sáenz de Santamaría se reunía con los consejeros de RTVE, en armas por el recorte de 200 millones que

Foto: RTVE liquidará al 15% de sus directivos y recortará prebendas a la plantilla
RTVE liquidará al 15% de sus directivos y recortará prebendas a la plantilla

Corría el mes de enero y Soraya Sáenz de Santamaría se reunía con los consejeros de RTVE, en armas por el recorte de 200 millones que el Ejecutivo planteaba para la televisión pública. La número dos de Rajoy contraatacó sin recato: “¿Por qué Telecinco y Antena 3 pueden hacer una televisión con 1.000 personas y la pública necesita 6.400?”. Toda una declaración de intenciones. Y es que según aseguran fuentes internas de la casa, el presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, designado con el aval de la número dos del presidente, prepara una drástica reducción de la estructura directiva, que el año pasado rozaba las 250 personas.  Al tiempo, anunciaba ayer que denunciará el convenio colectivo actual, lo que restará beneficios laborales a la plantilla.

Está planteada una reducción de la estructura directiva en torno al 15%. Eso sí, tenía que estar resuelta desde principios de septiembre y se está posponiendo desde hace semanas”, aseguraban ayer fuentes internas de RTVE. Y es que los números son tozudos y parecen confirmar la inquietud de la vicepresidenta. Según las últimas cuentas remitidas por la Corporación al Registro Mercantil, correspondientes al año 2010, la sociedad contaba con nada menos que 240 directivos, más los doce consejeros -ahora nueve-. Es más, de ese contingente y de acuerdo con la información que manejan los sindicatos, hasta 48 altos ejecutivos son contratados externos -procedentes sobre todo de la época en que Luis Fernández ejerció como presidente- y no personal fijo de plantilla. Fuentes oficiales de la cadena pública declinaron ayer comentar esta información. 

En esta línea, González-Echenique comunicaba ayer al Consejo de Administración su intención de denunciar el convenio colectivo actual, cuya vigencia concluye el 31 de diciembre. Su objetivo declarado es adaptarlo a la última reforma laboral, que contempla despidos con una indemnización de 20 días por año trabajado en supuestos concretos. La propia Corporación defendió la decisión por la necesidad de “garantizar la estabilidad presupuestaria y el fomento de la competitividad”. Los sindicatos dieron acuse de recibo y aseguraron que se abre ahora un largo período de negociación para el que habrá que fijar un calendario de reuniones.

“Una cosa es lo que quieran y otra donde lleguemos”, apuntaban con serenidad desde un sindicato. Desde otro, sin embargo, se era mucho más pesimista. “Es normal que hayan denunciado el convenio. Tienen la sartén por el mango con la nueva reforma laboral. Si no hay acuerdo en nueve meses, el convenio decae y se va al Estatuto de los Trabajadores. No afectara al despido, ya pueden despedir con 20 días por año trabajado en cuanto no llegue la aportación presupuestaria durante un trimestre. Si pueden ganar otras cosas más pequeñas. Por ejemplo, ahora se trabajan 37,5 horas. Si vamos al Estatuto, trabajeremos 40. Sin contar con que, con la que está cayendo, no va a ser fácil que podamos movilizar a la plantilla”, se apuntaba.

No hay que remontarse mucho en el tiempo para atisbar los fantasmas que sobrevolaban ayer la casa. Por el denominado acuerdo de los Peñascales -nombre de la finca donde se negoció, cerca de Torrelodones-, empresa y sindicatos acordaban en el verano de 2006 la salida de profesionales con 52 años, percibiendo el 92% de su salario hasta la edad legal de retiro. “Eran condiciones espectaculares. Nunca más se verán unas iguales”, admitían recientemente fuentes internas de la empresa. El objetivo era rebajar en más de 4.000 personas la fuerza laboral. El coste no fue bajo. Los Presupuestos Generales del Estado aún contemplaban el año pasado una partida de 73 millones de euros para sufragar esas prejubilaciones.

El enemigo en casa

González-Echenique ha tenido que lidiar en sus cuatro meses de gestión con propios y ajenos, al tiempo que va conociendo una casa de funcionamiento complejo y que precisa de constantes equilibrios. No han sorprendido las críticas de los extraños, sobre todo teniendo en cuenta la revolución en la sección de Informativos que el PP ya dibujaba desde la oposición. Dicho esto, no falta quien sostiene en la esfera popular que ha sobrado trazo grueso y ha faltado mano izquierda a la hora de acometer unas sustituciones vestidas por la oposición como una purga o una caza de brujas. “Se podía incluso haber mandado una señal clara de que se quería mantener a Ana Pastor, la bandera del anterior equipo de informativos, para dar una señal de pluralidad”, aseguran estas fuentes.

Más preocupante es que el PP no haya conseguido satisfacer siquiera a los suyos, víctimas de un desembarco a medias que enlaza con la descoordinación entra la propia Sáenz de Santamaría y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. No en vano fue ésta última quien durante muchos meses diseñó la nueva RTVE tras la era Zapatero. De hecho, en abril de 2011 comenzaron a funcionar en la casa entre ocho y diez grupos de trabajo bajo su tutela con el fin establecer las líneas maestras y la continuidad del organigrama cuando procediera asaltar la Corporación. Incluso se planteó modificar la financiación de la cadena pública, con la posibilidad de recuperar parte de la publicidad vía patrocinios.

Con los deberes hechos, todos se las prometían muy felices cuando el PP ganó las elecciones a finales de 2011. Sin embargo, los meses fueron pasando y el partido no terminaba de tomar el control de la casa. Llegaron las elecciones andaluzas y Fran Llorente seguía al frente de los telediarios. Cada vez más presionado por el sesgo de los informativos y sin un acuerdo a la vista con Rubalcaba para nombrar presidente, Rajoy dio todos los poderes a Sáenz de Santamaría, que lo mismo sirve para desatascar la reforma energética que para elegir presidente de RTVE. Los nombramientos posteriores se hicieron sin tener en cuenta esta estructura paralela afín al PP que otros habían forjado dentro de la Corporación.

De este modo, los Teófilo García Buendía, nuevo director general Corporativo; el jefe de la televisión, Ignacio Corrales, o el de Informativos, Julio Somoano, nuevos en la plaza, se han encontrado con una estructura en la que muchos de los supuestos amigos -desairados- han bajado los brazos al tiempo que se preguntan qué hay de lo suyo nueve meses después de la victoria del 20-N. Una desesperanza que no difumina contemplar cómo profesionales externos o claramente vinculados a los gestores de la etapa socialista continúan en sus puestos mientras los nuevos responsables terminan de hacerse con los mandos. “Se ha perdido un año”, se lamenta.

El Consejo de Administración también acordó ayer subsumir su división de Medios Interactivos en la propia estructura de RTVE. Todo un paso atrás para uno de los más ambiciosos proyectos de la Corporación, vendido en su día como “un gran portal de RTVE en Internet para la elaboración de contenidos y servicios para su difusión en todo tipo de soportes interactivos y dispositivos móviles”. Todo en época de estrecheces, en tanto los Presupuestos Generales del Estado para el presente ejercicio contemplan un recorte de 204 millones de euros en la subvención que se concede a la televisión pública, que pasa de recibir los 535 millones de 2011 a apenas 331 en 2012.

Corría el mes de enero y Soraya Sáenz de Santamaría se reunía con los consejeros de RTVE, en armas por el recorte de 200 millones que el Ejecutivo planteaba para la televisión pública. La número dos de Rajoy contraatacó sin recato: “¿Por qué Telecinco y Antena 3 pueden hacer una televisión con 1.000 personas y la pública necesita 6.400?”. Toda una declaración de intenciones. Y es que según aseguran fuentes internas de la casa, el presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, designado con el aval de la número dos del presidente, prepara una drástica reducción de la estructura directiva, que el año pasado rozaba las 250 personas.  Al tiempo, anunciaba ayer que denunciará el convenio colectivo actual, lo que restará beneficios laborales a la plantilla.

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