¿Son demasiado optimistas los jóvenes madrileños que quieren comprar casa?

Acceder a una vivienda en propiedad por parte de los jóvenes madrileños sigue siendo una tarea realmente complicada. La mitad de ellos precisa de la ayuda o solidaridad familiar, ya que la falta de ahorros, la imposibilidad de acceder a financiación y el imparable aumento de los precios en Madrid impiden que la gran mayoría pueda comprar casa por sus propios medios.

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Agencias

Y, sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, lo cierto es que todos aquellos que acudieron el pasado mes de mayo a la mayor feria inmobiliaria de España, el Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA), se mostraron especialmente optimistas sobre sus posibilidades de adquirir una vivienda. De hecho, al menos un tercio confía en poder comprar casa "en cuanto la encuentre". Así lo revela la encuesta a más de 800 visitantes que se realizó en el marco de la feria, de los cuales, más de 300 fueron jóvenes madrileños en busca activa de vivienda.

Sobre el papel, sin embargo, este optimismo parece esfumarse como el humo de una chimenea. El 43% de los jóvenes encuestados reconoció que necesita más del 80% de financiación para poder comprar la casa de sus sueños. Hay que recordar que la banca no concede hipotecas por encima del 80% del valor de tasación con compraventa, o solamente las aprueba para colectivos muy concretos, como funcionarios o clientes muy solventes. Y sin embargo, los jóvenes entrevistados se muestran muy optimistas respecto a sus posibilidades para conseguir financiación.

Más del 40% de los jóvenes encuestados no ha hablado con ningún banco para averiguar si les concedería financiación para comprar casa

De hecho, ocho de cada 10 jóvenes aseguran contar con "muchas" o "bastantes" posibilidades de contratar la hipoteca que necesitarán, aunque más del 40% reconoce no haber hablado con ningún banco. Datos, todos ellos, que ponen de manifiesto la visión sobre la situación del mercado residencial e hipotecario que tiene buena parte de los jóvenes madrileños con intención de comprar casa.

Por otra parte, resulta también llamativo, respecto a la edición anterior del SIMA, cómo ha aumentado el presupuesto de los jóvenes. Crece el número de quienes necesitan una hipoteca de más de 240.000 euros, un presupuesto superior al de ediciones anteriores debido, en gran medida, al fuerte aumento de los precios de la obra nueva en Madrid. Para que nos hagamos una idea, y con base en una financiación al 80%, con este presupuesto, el precio final de compra se situaría en torno a los 300.000 euros.

¿A qué se debe tanto optimismo? Según se desprende de este informe, se debe a la mejora de la situación laboral, que se ha convertido en la principal palanca en los jóvenes madrileños encuestados a la hora de decidir comprar un vivienda. "La estabilidad laboral o el logro de un salario mejor son, hoy por hoy, más decisivos para convertirse en propietarios que otros factores de índole personal, como formar una familia", ha explicado Eloy Bohúa, director general del SIMA, quien ha destacado cómo estos factores han desplazado al principal 'driver' en la decisión de comprar una vivienda de ediciones anteriores, como era el hecho de haber conseguido ahorrar.

Por otra parte, y a pesar de los estragos que la crisis y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria provocaron en miles de hogares, aunque casi la mitad de los jóvenes necesitaría una hipoteca de más del 80% para poder comprar casa y un 60% debería destinar más del 30% de los ingresos para afrontar el pago de la hipoteca, lo cierto es que la mitad no considera que un excesivo endeudamiento tenga impacto sobre su economía familiar.

"No deja de ser llamativo, y hasta cierto punto chocante, que la mitad de los encuestados declare que pagar una hipoteca no tendrá consecuencias"

"No deja de ser llamativo, y hasta cierto punto chocante, que la mitad de los encuestados declare que el pago de la hipoteca no tendrá consecuencia alguna en su vida diaria", ha destacado Bohúa. Una respuesta que podría tener su explicación en que buena parte de los jóvenes que piensan en comprar vive actualmente de alquiler y la renta, en muchos casos, ya se estaría 'comiendo' buena parte de esos ingresos. De hecho, algunos hogares han visto cómo el importe de la cuota de una hipoteca en muchos casos es inferior al pago de un alquiler. Lo que les ha empujado a comprar.

El colectivo más vulnerable

Más de una década después del estallido de la crisis y a pesar de la recuperación económica y el descenso en las tasas de desempleo, lo cierto es que los jóvenes siguen siendo el eslabón más débil de la cadena inmobiliaria. Jóvenes que están asistiendo, en primera persona, a su expulsión del mercado inmobiliario tanto en alquiler como en propiedad.

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Y es que, tal y como aseguran los expertos, España se encamina a una nueva desaceleración económica sin haber afrontado y resuelto uno de sus grandes problemas, el empleo y, especialmente, la creación de puestos de trabajo de calidad para los jóvenes. No es para menos, si tenemos en cuenta que España cuenta con la segunda tasa de paro juvenil —menores de 25 años— más elevada de Europa (36%), lo que se traduce en más de medio millón de desempleados. Además, sus salarios y los puestos de trabajo a los que acceden son muy precarios, inestables y temporales, factores todos ellos que, unidos a las fuertes subidas de los alquileres y de la vivienda en propiedad, las dificultades a la hora de ahorrar y, por tanto, de acceder a financiación bancaria, han complicado seriamente sus planes de emancipación.

"El acceso a la vivienda en propiedad se ha endurecido en los últimos años y les sitúa en una posición más vulnerable"

"El acceso a la vivienda en propiedad se ha endurecido en los últimos años y les sitúa en una posición más vulnerable que la del resto de la población madrileña", ha reconocido Bohúa, quien destaca cómo son los 'millennials', con diferencia, el colectivo de edad más vulnerable y el que muestra una menor flexibilidad para adaptarse a los cambios del mercado residencial.

De acuerdo con los datos del informe, cinco de cada 10 jóvenes precisan la solidaridad familiar para poder comprar una vivienda. Una proporción que no deja de crecer. "Además, se trata de una ayuda trascendental. Sin ella, la mayoría de los jóvenes no podría emanciparse o, de hacerlo, sería a costa de cambiar radicalmente sus planes", concluye Bohúa.