De implantes a casas: las 'startups' buscan un hueco en el mercado con la impresión 3D

Frente a la tradicional fabricación en bruto, usando un número variado de materiales, hay una tendencia que cada vez se usa más en todo el mundo. Se trata de la fabricación aditiva, una técnica que consiste en añadir diversas capas de un mismo material hasta conseguir una forma concreta. Puede que suene complicado, pero es la técnica que se usa en la impresión 3D y que permite fabricar elementos de una pieza, sin ensamblaje de partes y con máxima capacidad de personalización de producto, reciclaje de materiales e inexistencia de mermas y residuos. Esta técnica incrementa, además, las posibilidades de personalizar el producto, reduce los 'stocks' y la huella de residuos e impacto medioambiental.

La industria odontológica ha sido una de las primeras en abrazar esta técnica, ya que, con impresoras 3D especialmente adaptadas para dicho sector, las clínicas son capaces de crear implantes dentales desde cero y adaptados a la morfología de cada paciente. Pero la tendencia va mucho más allá: la industria sanitaria puede recurrir a la impresión 3D para sustituir la escayola al tratar roturas de huesos, mientras que la ortopédica recurre a ella para reemplazar miembros amputados, un contexto médico en el que algunas personas incluso pueden salvar su vida.

También representa una oportunidad para el sector de la vivienda. El pasado verano, España estrenó la primera casa hecha mediante impresión 3D en la historia de nuestro país, un proyecto de la 'startup' Be More 3D, que edificó la vivienda gracias a una impresora de hormigón de siete metros de ancho y cinco de alto.

La vivienda piloto, situada y realizada en Valencia, es muy similar a cualquiera de las que se han fabricado tradicionalmente: de 24 metros cuadrados en su primera versión, está revestida con un sistema de aislamiento térmico exterior con poliuretano expandido de 10 centímetros de espesor y cuenta con una fachada ajardinada a base de módulos prefabricados de hormigón blanco y riego automatizado, una cubierta de paneles de poliuretano expandido de 12 centímetros con armadura superior e inferior electro soldada y una puerta exterior y ventanas con rotura de puente térmico.

Para poder fabricar viviendas de este estilo, no vale con cualquier tipo de impresora 3D. La compañía rusa Apis Cor ha sido una de las primeras en liderar el sector gracias a su propia impresora, que es capaz de levantar una vivienda entera en apenas 24 horas merced a una infraestructura que puede ser trasladada sin problemas en una grúa móvil.

Pero la tecnología 3D también sirve para su diseño interior. El modelado digital en 3D permite crear un escenario a partir de una simple foto para que el futuro propietario de una vivienda pueda ver los diferentes espacios y muebles que serán construidos con un alto nivel de precisión, tal y como demuestran 'startups' españolas como Habiteo.

Primera incubadora de 'startups' de impresión 3D

Debido al auge del uso de la impresión 3D en todo tipo de sectores, las diferentes industrias empiezan a posicionarse junto a las empresas innovadoras que deciden abrir camino en esta nueva tendencia. En este sentido, en Barcelona acaba de nacer 3DFactory Incubator, la primera incubadora europea de alta tecnología en impresión aditiva.

La iniciativa, liderada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona y la Fundación Leitat, y con el respaldo económico de fondos Feder a través de la Fundación Incyde, es un centro de alta tecnología que ayuda a pequeñas y medianas empresas y 'startups' con proyectos productivos en el sector de la impresión 3D a hacer posible su crecimiento empresarial, albergando iniciativas que usen estas tecnologías disruptivas de fabricación aditiva.

Preparada para incubar hasta 100 empresas en cinco años, 3DFactory Incubator ofrece servicios de producción en 3D, consultoría de negocio, certificación de piezas y actividades de comercialización. Para ello, contará con maquinaria de última generación en impresión 3D de seis tecnologías diferentes, equipos de posprocesado, 'software' de diseño y personal experimentado, además de espacios de incubación, 'networking' y actividades de formación.

La incubadora lanzó este verano una convocatoria a la que concurrieron 43 proyectos empresariales, de los que 34 han cumplido los requisitos de acceso y se encuentran en trámite de aceptación. De los 34 elegidos, hay siete internacionales y 27 españoles. En el caso de los primeros proyectos seleccionados, 11 son iniciativas de bienes de consumo (gafas de sol, instrumentos musicales), seis de bienes de equipo (repuestos para maquinaria), cinco del sector de la salud (implantología dental, plantillas, quirúrgico...), cuatro para proyectos de movilidad (drones, bicicletas), tres de consultoría, dos de tecnologías de la información, dos de química y una de logística.

Con una inversión inicial de tres millones de euros (1,5 millones aportados por los fondos Feder y otro millón y medio, por los socios del proyecto), el espacio ocupa 600 metros cuadrados en el edificio que también alberga la sede corporativa del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, dentro de la mayor área industrial de Barcelona.

3DFactory Incubator será inaugurada este 11 de febrero por el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, y también contará con la presencia de la alcaldesa de Barcelona y presidenta del Consorci de la Zona Franca (CZFB), Ada Colau; el delegado especial del Estado en el CZFB, Pere Navarro; el presidente de la Fundación Leitat, Jordi W. Carnes, y el presidente de Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio, José Luis Bonet.