Íñigo sufre sus decisiones en silencio y Doña Carla quiere comprar 'La Moderna'

• Avance del capítulo 53 de La Moderna del martes 12 de diciembre
• Matilde quiere que Doña Carla se olvide de ella en La Moderna

​Llegan tiempos complicados para la relación de Íñigo y Matilde. Doña Carla disfruta con su victoria, un chantaje que ha hecho saltar por los aires la estabilidad del gestor del Madrid Cabaret. La serie de sobremesa de La 1 de TVE esconde grandes sorpresas. En el capítulo anterior, la villana de La Moderna quiere que Íñigo se mantenga al margen de sus negocios.

La hermana de Laurita llega a la ciudad y lo hace con una mentira bajo el brazo. Inés se ha inventado que está enferma para disfrutar de la vida de la capital. Mientras, Miguel y Trini siguen preocupados por la huida del periquito que sigue desaparecido. Matilde se ha enfrentado a Doña Carla y le ha dejado claro que los sentimientos del empresario no van a cambiar.

Íñigo no puede olvidarse de Matilde, un detalle que Doña Carla contempla con gran descaro desde su despacho. La señora de Morcuende sigue usando sus amenazas para que su amor no se vaya de su lado. Es la única arma que sabe utilizar. Pero, no le servirá de nada con una pareja que no puede ocultar su amor. El joven no permite que su amiga se haya asociado con un ser despreciable como Aguirre.

Íñigo sigue ocultando sus sentimientos

Don Fermín da permiso a Pietro para bautizar sus creaciones heladeras. El italiano ha tenido una sugerente idea que podría ser un importante reclamo comercial para el salón. Pietro todavía no quiere desvelar los nombres. El pastelero sigue irascible con Esperanza por haber echado a perder la carta de su hijo. Mientras, Marta ha estado dando vueltas a la propuesta de Antonia y ha estado pensando si denunciar a su tío.

Sin embargo, la joven finalmente no seguirá el consejo de su protectora. Antonia no entiende la decisión de la joven con todo el mal que ese hombre le ha provocado. Marta se interesa por la situación de Pablo, al que conoció en el patio de la corrala y le vio un joven de lo más bondadoso. Rosario extiende su agradecimiento a Manuel que ha apoyado a Luisa y Matilde en un trance tan doloroso como la detención de su hermano.

Por otro lado, Doña Carla no se conforma con el daño que ha provocado a Matilde y hace llamar a la dependienta para presentarle a Aguirre. La joven no da crédito a la malicia de la villana y acusa al hombre de miserable. En la corrala, Rosario se ha citado con Evaristo Senabre. La matriarca de los Garcés exige al periodista una rectificación pública en las páginas de su periódico.

Rosario pide a Senabre que limpie el nombre de su hijo. Finalmente, el colaborador de Doña Carla admite su error. La señora de Morcuende se reúne con Don Fermín y le cuenta que quiere comprar La Moderna, el supuesto sueño que tenía en mente su marido Don Jaime.

El propietario insiste en que el señor de Morcuende nunca le expresó tal deseo. El salón de té no está en venta. Aun así, la empresaria asegura que la oferta será muy generosa. Sin embargo, no parece que sea una idea apetecible para el jefe de las galerías.

Rosario ha pensado en ofrecer trabajo a Marta y así disfrutar de una jornada más desahogada en las escaleras. Por otro lado, Pablo trae malas noticias: ha perdido el trabajo en el taller. Su jefe se pensaba que pasaría un largo tiempo en la cárcel y le ha dado su puesto a su sobrino. Mientras, Marta sospecha que Pietro siente algo por Antonia. El italiano le da la razón a la joven, pero asume que sería una traición a Ramón y a su mujer.

Inés está disfrutando de la vida madrileña. Laurita comparte confidencias con su hermana y admite que le sigue gustando Collado. En la corrala, Luisa le recomienda a Emilio que busque trabajo y no desperdicie su talento e inteligencia. El joven quiere una vida normal y un trabajo decente. La ilustradora hace una pregunta al aire:¿hay algo que permanece con el paso del tiempo?

Miguel ya tiene pesadillas con Teresa y Aquiles. Las preocupaciones se cuelan en sus sueños. Trini tiene claro que el pájaro no va a volver. La pareja vuelve a discutir, lo que supone que el librero vuelve a pasar la noche en el sofá. Por otro lado, Marta se siente en deuda con Antonia y quiere ayudarle en las tareas del hogar. Sin embargo, la dependienta prefiere que descanse. Higinio se presenta para llevarse a Marta, pero es solo una horrible pesadilla.

Matilde se presenta en casa de Íñigo. La dependienta le cuenta al empresario que ha conocido a Aguirre. Es la última argucia de la viuda de Jaime de Morcuende. Al gestor del Madrid Cabaret le parece muy extraño que se dejen ver juntos públicamente. Peñalver sospecha que esos dos traman algo.

Aguirre es historia para Matilde e Íñigo. Aun así, los jóvenes no pueden estar juntos. La dependienta sigue sin entender la decisión de su amor del pasado. Pero, la joven no puede callarse y sufrir en silencio. El empresario sigue negando sus sentimientos, mientras la empleada del salón no puede creerse que un amor tan fuerte se esfume de un día para otro.