Una mujer adinerada comparte con Thais Villas su estrategia para lograr la independencia de sus hijos

La dificultad para independizarse es uno de los temas que más preocupa a los jóvenes. La precariedad laboral y los elevados precios impiden ahorrar, por lo que la edad de emancipación cada vez se retrasa más. Thais Villas ha salido a la calle a preguntar sobre esta cuestión, pero esta vez a los padres que viven de cerca la alarmante situación.

La reportera de 'El Intermedio' ha querido saber si los padres que viven en barrios obreros y ricos han tenido que ayudar económicamente a sus hijos para que se marchen de casa. Una posibilidad con la que no cuentan todos los jóvenes si sus progenitores no tienen grandes ingresos.

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Borja F. Sebastián

Una ayuda inviable para la mayoría

En esta pequeña encuesta en la calle, una mujer adinerada ha compartido con la periodista la estrategia que utilizó para que sus hijos lograran independizarse. Una solución que está al alcance de muy pocos bolsillos. Sus dos hijos se pudieron emancipar a los 23 y 24 años gracias a la ayuda de sus progenitores.

"Compramos un piso, les dimos una entrada importante y ya ellos van pagando su hipoteca", cuenta. Una inversión que hicieron por igual a ambos hijos, es decir, compraron dos viviendas. En la misma zona, Thais Villa también se encontró con quien no ha necesitado el dinero de los padres para irse de casa.

“Yo se la ofrezco porque veo que no pueden. Vienen a comer todos los días a casa”

Sin embargo, la situación cambia en las zonas con una renta más baja. La compra de un piso a los hijos es inviable para la mayoría de españoles, por lo que la edad de emancipación se retrasa hasta los 30 años. Además, aunque estén trabajando, les resulta muy difícil llegar a fin de mes.

Una señora cuenta que su hijo de 31 años ha encontrado un empleo más o menos estable con un sueldo de 1.200 euros, pero que aun así le es imposible cubrir todos los gastos. En otros casos los padres se ven obligados a darles dinero. “Yo se la ofrezco porque veo que no pueden. Vienen a comer todos los días a casa”, relata otra madre.