María Rey (Telemadrid): "La presión baja mucho cuando te vas a una TV pequeña"

Los formatos informativos crean marca en las cadenas y las autonómicas no son una excepción. De ello puede dar buena cuenta María Rey (Tomiño, 1967), al frente de '120 minutos' desde hace casi cuatro años. Este jueves, 2 de junio, el espacio de Telemadrid celebra 1.000 programas en antena, asentado como una opción de referencia para los madrileños que desean estar informados de todo cuanto pasa tanto en su comunidad autónoma como fuera de ella.

El magacín de actualidad alcanza el millar de emisiones en un gran momento de forma, a pesar de lo complicado de su franja, la de mañana. El programa producido por Unicorn Content ha firmado un 9,9% de cuota media de pantalla en lo que llevamos de temporada, postulándose día a día como una interesante alternativa a los matinales de los canales nacionales. Precisamente un horario en el que lidera Telecinco, con dos productos de los que es responsable la misma empresa, 'AR' y 'Ya es mediodía'.

"Es complicado hacer tuyo un formato como '120 minutos', no intentar ser otro"

Según datos de la consultora Dos30', la última entrega de mayo de '120 minutos' consiguió un 13,8% de 'share' y reunió a 79.000 fieles, que habitualmente sitúan el programa en torno al 10%. En su entrevista para EL CONFI TV, Rey echa la vista atrás para recordar los difíciles comienzos del espacio de actualidad a causa de la brutal competencia, aunque afirma que ahora esa "presión" es más bien interna: "Siempre la tenemos. No nos consentimos no crecer y, cuando viene una época de 'vacas flacas' y no sabes exactamente por qué la audiencia se resiente, estás todo el rato pensando qué falla o por qué se marchan los espectadores".

La viguesa y su equipo son unos auténticos 'supervivientes' al cambio de dirección de Telemadrid. La llegada de José Antonio Sánchez a la administración provisional de la radiotelevisión pública supuso el cese del director de Informativos, Jon Ariztimuño, así como el del director general de Onda Madrid Ángel Rubio, en el verano de 2021. Estos despidos tuvieron su repercusión directa en lo que "se ve" en televisión, tal y como recuerda María. Francine Gálvez pasó a presentar 'Madrid Directo' tras la salida de Adela González, mientras que Lourdes Maldonado y Manu Pérez dejaron de conducir el Telenoticias.

"Los cambios, a nivel interno, se viven con desazón. Nosotros no sabíamos si íbamos a seguir en la nueva etapa. Al final estos señores solo nos conocían de vernos por la tele, no sabían cómo trabajábamos. Al final nos dijeron que sí. Hubo un momento de mucha incertidumbre, pero todo se colocó en su sitio una vez pasó el verano. Luego no es para tanto, hay más ruido fuera que dentro", señala la periodista.

PREGUNTA. En primer lugar, enhorabuena por esos 1.000 programas. ¿Con qué momento te quedas de estos casi cuatro años?

RESPUESTA. Sí, se dice pronto y cuesta mucho. Ya sabes la incertidumbre que hay en este 'mundillo'. Siempre estamos pendientes de cambios, a veces de jefes y otras simplemente de planes de programación, de si encajas o no encajas. Me quedo con todo lo que ha pasado desde el punto de vista informativo con la pandemia. El confinamiento, el enfrentarnos a una realidad desconocida. La gente estaba en su casa, asustada y sin poder salir. Teníamos que dar una información muy bien contrastada para que se pudiese entender lo que estaba pasando y no añadir más angustia. Era el objetivo y no nos ha salido mal. A lo mejor no tan bien en algún momento, pero estoy satisfecha con el esfuerzo que hemos hecho.

"En el periodismo cada vez se escucha menos. Enseguida se interrumpe"

P. ¿Cómo conseguíais el equilibrio entre informar de la cruda realidad que estábamos viviendo y no pecar de alarmistas?

R. Apoyándote mucho en los que saben y escuchando. Creo que en el periodismo cada vez se escucha menos. Enseguida se interrumpe y se busca el titular corto o el efecto inmediato. Lo hicimos dándoles mucha presencia a quienes tenían algo que aportar. Aunque alguno se haya pasado de frenada, los medios, en general, hemos hecho un gran esfuerzo por darle a la gente información para convivir con una situación tan angustiosa a ratos.

P. ¿Qué fue lo más complicado de los comienzos de '120 minutos'? Era la primera vez que te ponías al frente de este tipo de programa.

R. Saber estar en un formato en el que no has estado y saber estar a la altura ante el nivel de competencia tan fuerte que tenemos. Estoy rodeada de buenos profesionales de las demás cadenas. Es complicado hacer tuyo el formato, no intentar ser otra persona, sino dejar a la gente que vea cómo eres. Que no tenga un tono impostado. Si ocupas el papel de otro, al final se nota. Es tanto tiempo de exposición, dos horas y media cada día, que es un teatro difícil de mantener. A veces los periodistas conseguimos comunicar y otras veces nos quedamos en la puerta, no sabemos muy bien dónde está esa línea.

P. Peleáis en una franja muy competitiva, con 'El programa de AR', 'Espejo público' o 'Al rojo vivo', pero '120 minutos' registra 'shares' que están por encima de la media de la cadena. ¿Hay cierta presión por mantener ese nivel en los próximos meses o incluso años?

R. Siempre tenemos presión interna por crecer. No nos consentimos no hacerlo. Cuando viene una época de 'vacas flacas' y no sabes exactamente por qué la audiencia se resiente un poco, estás todo el rato pensando qué falla o por qué se van los espectadores. Es difícil saber qué mueve a la gente a buscar otor producto. En lo externo, la productora lógicamente quiere que estés ahí y seas competitivo, pero tampoco nos marca mucho el ritmo. Ni Unicorn ni la cadena, que también siempre nos ha dejado trabajar, tanto en la etapa como en la anterior. Siempre nos han trasladado que les gustaba lo que hacíamos. Eso sí, la presión baja mucho cuando te vas a una televisión pequeña. Lo noto porque he trabajado en una grande.

P. '120 minutos' ha sobrevivido a los cambios en la cúpula de Telemadrid. ¿Cómo los vivisteis desde dentro?

R. Siempre que hay un cambio de dirección, alguien quiere poner su sello. La forma de hacerlo es cambiar lo que se ve y lo que se ven son las caras. En estos cambios de cara siempre hay algún ajuste que no compartes, aunque es verdad que, para que entre uno, tiene que salir otro. Normalmente, los cambios a nivel interno se viven con desazón, porque ves a la gente sufriendo y con el 'qué pasará'. Nosotros no sabíamos si íbamos a seguir en la neuva etapa. Al final estos señores solo nos conocían de vernos por la tele, no sabían cómo trabajábamos. Al final nos dijeron que sí. Hubo un momento de mucha incertidumbre, pero una vez pasó el verano todo se colocó en su sitio. Luego no es para tanto, hay más ruido fuera que dentro.

"Telemadrid no puede competir a ciertos niveles, pero está asumido"

P. ¿Cómo veis desde la redacción el panorama político en Madrid? ¿Sigue Isabel Díaz Ayuso teniendo el mismo tirón que hace un año, cuando arrasó en las elecciones autonómicas?

R. Eso se ve en la calle, en el día a día. Si hay perspectiva de cambio o perspectiva de todo lo contrario. Ahora estamos en una fase de estabilidad, con el Gobierno actual muy asentado. Hay más movimiento a nivel nacional y es normal. Estamos bajo la amenaza de una guerra que nos está descolocando. Lo que considerábamos que eran problemas ajenos se han convertido en problemas permanentes. No sabemos por dónde va a salir todo esto.

P. Las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina y el barómetro del CIS da una importante victoria al bloque de la derecha frente al de la izquierda. ¿Qué crees que ocurrirá finalmente? ¿Podrá gobernar Juanma Moreno en solitario?

R. Las encuestas dicen que la cosa irá por ahí. Parece que Juanma Moreno podrá gobernar en solitario, 'a la Ayuso' como lo llaman, pero con apoyos puntuales. Las encuestas y las elecciones las carga el diablo. Faltan tres semanas y tres semanas en política son una eternidad, nadie se atrevería a decir nada. Está claro que el barómetro da un ganador claro, pero habrá que esperar para ver si ese ganador está tan claro como para no necesitar apoyos.

P. '120 minutos' y Telenoticias van manteniendo el tipo en la cadena, aunque el entretenimiento no termina de despegar. ¿Qué está fallando?

R. Lo que mejor funciona son siempre los informativos y la parte más difícil es el entretenimiento. ¿Cómo compites en una cadena pequeñita, con pocos medios técnicos, para hacer productos competitivos? Y eso que, ahora, en el mes de mayo, ha cambiado la cosa, si te fijas. Telemadrid lleva todo el invierno buscando un formato en 'prime time' y está encontrando productos que ya tienen cierta lealtad. También hay que asumir que no podemos competir al mismo nivel que una nacional.

Ni siquiera deberíamos estar en eso, porque para competir al mismo nivel se necesita dinero y no estamos hablando del dinero de una empresa, sino de dinero público. Tienes que dar un servicio, una alternativa. Hay muchas formas de hacer productos de entretenimiento interesenta y económicamente viables. Una de ellas es compartiéndolos con otras autonómicas. Hacer un formato para tres en vez de para una.

P. Es una manera de crear un producto para varias comunidades, aunque también se le debe dar un enfoque propio en cada autonomía, ¿no?

R. Hay cuestiones que son universales. Si tú sabes que hay un presentador como Bertín Osborne, que tiene un público muy fiel, pues con que no entreviste solo a andaluces y lo pueda hacer desde Andalucía para Madrid, introduciendo a más gente... La cadena sabe que no compite a nivel de determinadas cosas, está asumido. Las televisiones públicas tienen una función, estar cerca de la gente y atender a los problemas que las generalistas no van a atender porque no les es rentable económicamente. Si haces eso y te siguen, al menos en cuanto a los contenidos informativos, pues ya has cumplido. Si encima el entretenimiento puede ser una referencia, pues genial, pero no va a ser fácil.

"Antena 3 ya no tenía interés en mí ni yo en ella, pero me fui de buen 'rollo'"

P. Formaste parte de Antena 3 durante 25 años. ¿Echas de menos trabajar en una nacional?

R. Echo de menos a mis compañeros y los grandes medios que teníamos, porque no hay color, pero son distintas etapas. Estoy contenta con el tiempo que pasé allí, pero tantos años en una misma empresa es un tiempo lo suficientemente bueno para decir 'vamos a repensar qué hago ahora'. Llega un momento en el que ni la propia cadena tiene interés en ti, ni tú en ella. Corres el riesgo de perder la ilusión, de dejar de aportar. Aquella época la cerré en alto, con muy buen rollo. Tuve la certeza de que tenía que hacer algo con mi vida y ese 'algo' no era Telemadrid, ni se me pasaba por la cabeza. Salí de Antena 3, apareció esta oportunidad y, de repente, me vi haciendo un programa que nunca me había plante

P. ¿A qué proyecto no podrías decir que no?

R. No sabría decirte, nunca me había planteado que me pasase esto. Que me dijesen 'vas a hacer un programa de dos horas y media diarias'. En aquel momento estaba a punto de dedicarmen a otras cosas del periodismo que no tenían nada que ver con los medios, no era en mi plan. Si llega otra etapa y hay que probar algo nuevo, pues lo intentaré.

P. ¿Te ves fuera del campo de la actualidad, en un programa más dedicado al entretenimiento?

R. Me veo poco en entretenimiento. Yo me entretengo muy bien en mi casa, pero no sé si entretendría a la gente. Soy muy friki de la infromación, no es que me guste el periódico, es que me gusta tener que leer el periódico. Estar pendiendo y pegada a lo que está pasando. No me agradaría dejar de hacerlo.

P. Entiendo entonces que el programa te deja poco tiempo libre, pero, cuando llegas a casa, ¿qué tipo de televisión consumes?

R. Poca televisión, fíjate. Cuando tienes un programa de mañana, ya te encargas tú de tener las tardes ocupadas en otros asuntos. Entre semana es difícil vea algo más aparte de los informativos. El fin de semana nos gusta ver series a mi marido y a mí, cogemos una serie policíaca o de investigación y hasta que no se descubre quién es el asesino no nos movemos. Series y buenas películas, pero a programas es difícil que me enganche.

"Es muy difícil encontrar una sensación de pluralidad en las tertulias de TV"

P. En declaraciones a Telemadrid comentas que el secreto del éxito de '120 minutos' es que tratáis al espectador con respeto. En general, ¿se trata con respeto a los espectadores en la televisión actual?

R. A veces damos por hecho que la gente no va a prestar atención si les contamos las noticias con el suficiente nivel de detalle o profundidad. Que todos tienen prisa y no quieren acercarse. No creo que sea así, al espectador hay que contarle lo que hay y no tan masticado, porque al final le ahorras lo importante. Lo que pienso es que en televisión y en radio, pero sobre todo en televisión, se escucha muy poco. Estamos obsesionados con interrumpir al que habla para que no se alargue, para que todo tenga mucho ritmo.

Si un colaborador dice algo más elaborado, ya le pegamos el 'corte'. A mí me falta eso, me falta que se escuche más. Es una máxima en '120 minutos', que la gente diga lo que quiera decir, que si tiene que haber debate que lo haya, pero eso no quiero decir que alguien no pueda aportar su argumento. Esa es la línea qu marcamos cuando hablamos del respeto. Que todo el mundo pueda decir lo que piense, incluso opiniones que no compartas ni un poco. Todo el mundo puede tener un poquito de razón en la vida, sin rayar el insulto, ofender o imponer una verdad por encima de las demás. Eso es lo que me cuesta más, que haya tanta politización, lo de que tengas que estar en un lado o en otro. Igual puedes estar en los dos.

P. Seguramente sea muy complicado moderar una tertulia televisiva hoy en día.

R. Entiendo que la gente que enciende la tele no la pone para que todos opinen de la misma manera. La ponen para buscar agumentos que le hagan reafirmarse en lo que piensan. Eso es una tertulia, gente hablando y un señor que piensa lo mismo que tú, pero que sabe explicar por qué. No está mal que haya opiniones de un lado u otro, lo importante es que todos tengan derecho a decirlas, que no cortes siempre a la misma persona. Que haya una sensación de que, se comparta o no lo que se dice, se respeta la opinión distinta. Esa sensación de pluralidad que es tan difícil de encontrar. Parece que te tienes que posicionar en un sitio o en otro porque, si no, no tienes personalidad. Yo estoy aburrida de que me pregunten cada día si soy de papá o de mamá.