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Científicos de Stanford descubren una nueva clase de vida dentro del cuerpo humano
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'Obeliscos'

Científicos de Stanford descubren una nueva clase de vida dentro del cuerpo humano

Este nuevo agente está presente en cerca del 10% del microbioma humano, aunque en algunas muestras orales su número llega hasta el 50%

Foto: (Inteligencia artificial - Dall-e - Novaceno)
(Inteligencia artificial - Dall-e - Novaceno)

Biólogos de la Universidad de Stanford han encontrado un material genético desconocido que se halla fundamentalmente en las bacterias de la boca y el intestino humanos. Estos objetos son parecidos a los virus, pero no tienen similitudes con ningún otro agente biológico conocido hasta ahora.

Esta nueva clase de vida se ha bautizado como Obelisco debido a las estructuras simétricas en forma de varilla que forman sus tramos retorcidos de ARN. El equipo responsable de su descubrimiento ha encontrado trazas de esta nueva clase de vida por todo el mundo y creen que se trata de un eslabón perdido entre las moléculas genéticas más simples y los virus más complejos.

Foto: El Polestar 6. (Polestar)

"Los obeliscos comprenden una clase de ARN diversos que han colonizado los microbiomas [los microorganismos que viven en una zona particular del cuerpo] humanos y mundiales y han pasado desapercibidos en ellos", escriben los investigadores en un artículo todavía pendiente de publicación.

Unos 30.000 obeliscos diferentes

Los investigadores buscaron entre los 5,4 millones de conjuntos de datos de secuencias genéticas publicadas e identificaron casi 30.000 obeliscos diferentes. Los obeliscos aparecían en aproximadamente el 10% de los microbiomas humanos examinados por el equipo, aunque en algunas muestras orales la presencia de este nuevo agente biológico llegaba el 50%.

"Es una locura", explica para la revista Science el biólogo celular Mark Peifer, de la Universidad de Carolina del Norte, que no participó en el estudio. "Cuanto más miramos, más cosas locas vemos".

Aun así, el equipo de biólogos de Stanford asegura que hay distintos tipos de obeliscos en diferentes partes del cuerpo. "Esto apoya la idea de que los obeliscos podrían ser colonos de dichos microbiomas humanos", explican los investigadores.

El equipo cree que los obeliscos podrían haber pasado desapercibidos durante todo este tiempo debido a su escasa cantidad de nucleótidos, unas pequeñas moléculas que sirven de base del ADN y el ARN. Por lo general, los obeliscos cuentan con unos 1.000 nucleótidos, un número muy inferior al que suelen tener virus de ARN.

Una nueva clase de proteína

Aunque los investigadores no han encontrado el origen de los obeliscos, sí que han detectado que incluyen las instrucciones para crear una nueva clase de proteínas que los investigadores han bautizado como Oblins.

Es precisamente esta capacidad de codificar proteínas lo que los diferencia de otros bucles de ARN llamados viroides. Además tampoco parecen tener los genes necesarios para fabricar las envolturas proteínicas en las que viven los virus de ARN como el covid-19 cuando están fuera de las células.

Otra peculiaridad de los obeliscos es que su tamaño es mucho mayor que el de otras moléculas genéticas llamadas plásmidos, que suelen estar compuestas de ADN y que coexisten en el interior de las células. Afortunadamente, el equipo no pudo observar ningún impacto de los obeliscos en sus huéspedes bacterianos ni un medio por el que pudieran propagarse entre las células.

Biólogos de la Universidad de Stanford han encontrado un material genético desconocido que se halla fundamentalmente en las bacterias de la boca y el intestino humanos. Estos objetos son parecidos a los virus, pero no tienen similitudes con ningún otro agente biológico conocido hasta ahora.

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