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El paso marítimo que puede matar la economía mundial
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El estrecho de Malaca

El paso marítimo que puede matar la economía mundial

Si estalla uno de los volcanes que hay en el estrecho de Malaca, las consecuencias para la economía global serían catastróficas. Es un escenario más que posible

Foto: Vista del estrecho de Malaca. (dronepic/CC)
Vista del estrecho de Malaca. (dronepic/CC)

La posibilidad de que un supervolcán explote desatando un invierno nuclear llevándose por delante miles de millones de vidas es real pero, afortunadamente, muy remota. Desafortunadamente, la posibilidad de que un simple volcán o un terremoto se lleve por delante la economía mundial es muy alta, según un estudio del Centro de Estudios del Riesgo de la Universidad de Cambridge: sólo se necesita que ocurra en el estrecho de Malaca, el mayor talón de Aquiles de la humanidad que seguramente no conocías.

Foto: Concepto de nave nodriza invisible de Lockheed Martin.

Situado entre la península de Malasia y la isla de Sumatra, Indonesia, el estrecho de Malaca une el océano Índico con el océano Pacífico. Está situado en una de las zonas sísmicas más activas del globo, dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico. De hecho, Indonesia es la zona volcánica más activa del planeta, con 129 volcanes activos — un 13% de todos los del planeta. Según los científicos, cualquiera de estos volcanes pueden dispararse en cualquier momento.

Punto crítico

El canal ha sido fundamental para el comercio asiático y mundial durante el pasado milenio. Llamado así por el sultanato del mismo que nombre que dominó esas aguas en los siglos XV y XVI, el estrecho de Malaca ve hoy pasar todo lo imaginable, incluyendo el petróleo que fluye desde los productores árabes para alimentar la maquinaria industrial y militar China.

El estrecho no es sólo importante para China. En la actualidad, unos 100.000 barcos pasan por este estrecho cada año, transportando el 25% de todos los bienes mundiales. Según los expertos, una erupción de un volcán en uno de los lados del estrecho causaría la disrupción del comercio de un cuarto de todos los bienes mundiales es suficiente para provocar una reacción en cadena que supondría la pérdida de trillones de dólares para toda la economía mundial. No tendría que ser una gran erupción, como dice el estudio.

placeholder 25% del tráfico de bienes mundial para por el estrecho de Malaca, considerado como uno de los 'puntos de estrangulamiento' por la Organización Mundial del Comercial. (Fleetmon)
25% del tráfico de bienes mundial para por el estrecho de Malaca, considerado como uno de los 'puntos de estrangulamiento' por la Organización Mundial del Comercial. (Fleetmon)

Sólo haría falta una del tipo VEI6 (siglas en inglés del Índice de Explosividad Volcánica) en el Marapi, en Sumatra. Esta relativamente pequeña explosión — que ocasionaría también el colapso del tráfico aéreo en la zona — causaría una disrupción tal que la economía mundial perdería 2,51 billones de dólares en cinco años. El Marapi es sólo uno de los muchos volcanes activos que flanquean el estrecho, como apunta a BBC Future una de las autoras del estudio, la vulcanóloga Lara Mani. Y esa erupción, asegura, no está limitada en el tiempo: “cuando un volcán comienza, no te dice cuándo va a parar".

Pero es aún peor, dice Mani: los barcos podrían tomar otras rutas y, eventualmente, el sistema absorbería el impacto de la interrupción. Pero el estrecho de Malaca es una de las zonas del mundo de mayor concentración de cables submarinos. Billones de dólares en transacciones y datos pasan por esos cables diariamente, afirma, y una explosión y el terremoto asociado podría ocasionar un daño irreparable a esta infraestructura vital.

Sin solución en la actualidad

La corriente de turbidez producida por el tsunami, describe Mani, podría destruir los cables como pasó en Hong Kong en 2006, cuando un terremoto marino cerca de Taiwán destruyó todas las conexiones menos una. “Tardaron 45 días reparar los otros cables, y fue una gran suerte que uno de ellos lograra sobrevivir,” cuenta Mani. “Imagina 45 días sin conexiones con Hong Kong” para las finanzas mundiales. “Simplemente no tenemos redundancia. Si algo sale mal, no hay repuestos [que absorban ese tráfico]. Y nuestros satélites, en su estado actual, sólo pueden manejar alrededor del 3% de la comunicación global".

placeholder El Monte Marapi, uno de los cientos de volcanes activos de la zona. (Dody.bukittinggi/CC)
El Monte Marapi, uno de los cientos de volcanes activos de la zona. (Dody.bukittinggi/CC)

Eso es realmente lo que asusta a Mani y los expertos: si un desastre natural ocurriese en el estrecho de Malaca, no tenemos ninguna alternativa. Mani, que es también autora del estudio sobre el impacto de una posible erupción de supervolcanes junto con el vulcanólogo de la universidad de Birmingham Michael Cassidy, afirma que debemos prepararnos para este peligro sí o sí.

No hay manera de evitar un terremoto, pero sí podemos crear comunicaciones adicionales redundantes: más cables por otras rutas y también nuevas infraestructuras espaciales que puedan absorber el tráfico.

Para el peligro de los volcanes, la solución es doble. La primera, la más barata, es la redundancia: China quiere construir un canal en el sur de Tailandia que alivie el tráfico del estrecho de Malaca. Un canal que además recortaría el trayecto de los barcos. La segunda, pasa por un estudio de la NASA del que ya hemos hablado en estas páginas.

Control de volcanes activos

En 2016, el comité de defensa planetaria de la NASA ya dijo que está más preocupado con que la erupción de un supervolcán "acabe con la humanidad" que con la llegada de un asteroide destructor. La NASA apunta al caso de un supervolcán como Yellowstone, con un volumen de 10,667 kilómetros cúbicos sólo en su cámara de magma más superficial y 30 trillones de kilogramos de magma. Este volcán produce tanta energía que podría suministrar electricidad a todo el planeta dos veces. La única manera de evitar que Yellowstone o cualquier otro volcán o supervolcán entre en erupción, dice la agencia espacial norteamericana, es extraer el calor que se acumula en su interior. En el caso de Yellowstone, el calor que sale a la atmósfera es del 60 al 70% del total que produce, pero si fuéramos capaces de incrementar la extracción de calor en un 35%, el mayor supervolcán conocido nunca entraría en erupción. Y además, EEUU podría satisfacer su demanda eléctrica.

Para hacerlo, proponen excavar varios pozos de 10 kilómetros de profundidad en puntos estratégicos y hacer circular agua para usarlo como fuente de energía termal. Esto extraería calor del volcán, reduciendo su temperatura poco a poco, año tras año. El coste del proyecto de esta central térmica sería de unos 2.980 millones de euros y ya existe la tecnología para realizar pozos de ese tamaño.

Pero, como también denuncian Cassidy y Mani, la NASA ya apuntó en su día a que no hay voluntad política o social para prevenir o paliar estos eventos, que sabemos a ciencia cierta ocurrirán tarde o temprano. En el caso de los supervolcanes, puede entenderse que la gente vea el peligro como algo demasiado remoto con una probabilidad baja de que pase durante esta generación o la siguiente. Pero en el caso del estrecho de Malaca, parece que el peligro es infinitamente más tangible. Quizás las pérdidas humanas serían locales y eso al mundo no le importa. Pero jugársela así, sabiendo que un colapso de la economía mundial depende de lo que pase en un estrecho que nadie conoce, parece suicida.

La posibilidad de que un supervolcán explote desatando un invierno nuclear llevándose por delante miles de millones de vidas es real pero, afortunadamente, muy remota. Desafortunadamente, la posibilidad de que un simple volcán o un terremoto se lleve por delante la economía mundial es muy alta, según un estudio del Centro de Estudios del Riesgo de la Universidad de Cambridge: sólo se necesita que ocurra en el estrecho de Malaca, el mayor talón de Aquiles de la humanidad que seguramente no conocías.

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