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El plan de la NASA para evitar que un supervolcán destruya la humanidad
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Un peligro real

El plan de la NASA para evitar que un supervolcán destruya la humanidad

El consejo de defensa planetaria de la NASA dice que es más probable que la humanidad desaparezca por un supervolcán que un asteroide, pero tienen un plan para evitarlo

Foto: El parque natural de Yellowstone es una bomba de relojería para la humanidad
El parque natural de Yellowstone es una bomba de relojería para la humanidad

El comité de defensa planetaria de la NASA está más preocupado con que la erupción de un supervolcán acabe con la humanidad que con la llegada de un asteroide destructor. Pero tiene un plan para evitarlo. Uno que es eminentemente práctico y que posiblemente hubiera evitado la erupción de La Palma y cualquier otra.

Foto: Un concepto del caza de sexta generación del Ejército del Aire de los EEUU (USAF)

Lo único malo, apuntan, es que no hay voluntad política o social para prevenir o paliar estos eventos, que sabemos a ciencia cierta ocurrirán tarde o temprano. Incomprensiblemente para cualquiera que lea los estudios científicios, la gente pasa totalmente de tomar medidas para paliar o prevenir realidades que llegarán inexorablemente. No importa que esas realidades puedan acabar totalmente con la civilización o a causar crisis humanitarias y económicas de coste incalculable. Como siempre, el ser humano sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena.

Una erupción inevitable que podemos evitar

Lo del Covid-19 ha sido un aviso. Muchos científicos llevan dando la alarma y pidiendo protocolos internacionales de intervención antipandemias durante décadas, pero nadie hizo nada incluso cuando teníamos el enemigo a las puertas (ya sabéis, 'a lo sumo, habrá dos o tres casos diagnosticados'). En el momento de escribir estas líneas, se han contabilizado globalmente 849 millones de casos y 4,55 millones de personas muertas directamente por el virus (una cifra oficial conservadora que no cuenta las muertes de personas que no han podido recibir cuidado médico por otras enfermedades a causa de los hospitales colapsados por víctimas del virus).

Sucede lo mismo con hecatombes como el cambio climático, las megatormentas solares o la posibilidad de que un asteroide desconocido destruya una gran zona geográfica. O los megavolcanes. Esto último, dice el NASA Advisory Council on Planetary Defense (Consejo asesor para la defensa planetaria de la NASA), es uno de los mayores riesgos para nuestra supervivencia.

placeholder El Cumbre Vieja continúa en erupción en La Palma
El Cumbre Vieja continúa en erupción en La Palma

Según Brian Wilcox — que trabaja para la división de robots del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California — se dieron cuenta del peligro estudiando la posibilidad de que un asteroide causara un evento de extinción o una catástrofe local cuando era miembro de consejo asesor para la defensa planetaria de la NASA. “Llegué a la conlcusión durante aquel estudio de que la amenaza de un supervolcán es sustancialmente más grande que la de un asteroide o un cometa”, afirma Wilcox a la BBC.

Según los vulcanólogos, hay 20 supervolcanes conocidos en la Tierra, con un tiempo entre erupciones de 100.000 años. Y si uno entrara en erupción, causaría un invierno volcánico durante años que eliminaría la agricultura y la ganadería, causando una crisis de alimentos mundial en sólo 74 días, según las Naciones Unidas.

Yellowstone — en el corazón del oeste americano — es uno de los que más probabilidades tienen. De hecho, es una zona que en estos momentos sigue mostrando síntomas de actividad sísmica notables. En 2021 está mostrando cuatro veces más actividad que la media registrada anual hasta ahora. Y, aunque ningún vulcanólogo dice que esté a punto de explotar, lo cierto es que sabemos que en algún momento del futuro no muy lejano va a explotar: los científicos afirman que explota cada aproximadamente 600.000 años, justo la cantidad de años que llevamos desde su última erupción.

El plan

Las erupciones volcánicas suceden por la acumulación del calor producido por el magma. Parte de ese calor pasa a la atmósfera pero parte se queda atrapado, disolviendo roca y produciendo gases. Cuando la presión de los gases llega a un punto en que la superficie no puede aguantar más, está termina por abrirse de forma violenta liberando esos gases y materia que se han ido acumulando durante cientos de miles de años.

placeholder La erupción del volcán Huaynaputina de Perí en febrero de 1600 provocó un invierno que llegó a afectar la agricultura de Rusia y Alemania. Y no es un supervolcán.
La erupción del volcán Huaynaputina de Perí en febrero de 1600 provocó un invierno que llegó a afectar la agricultura de Rusia y Alemania. Y no es un supervolcán.

En el caso de un supervolcán como Yellowstone — con un volumen de 10,667 kilómetros cúbicos sólo en su cámara de magma más superficial y 30 trillones de kilogramos de magma — produce tanta energía que podría suministrar electricidad a todo el planeta. Dos veces.

Y ahí está la clave del plan de la NASA. La única manera de evitar que Yellowstone o cualquier otro volcán o supervolcán entre en erupción es extrayendo el calor que se acumula en su interior. En el caso de Yellowstone, el calor que sale a la atmósfera es del 60 al 70% del total que produce, pero si fuéramos capaces de incrementar la extracción de calor en un 35%, Yellowstone nunca entraría en erupción.

Para hacerlo, proponen excavar varios pozos de 10 kilómetros de profundidad en puntos estratégicos y hacer circular agua para usarlo como fuente de energía termal. Esto extraería calor del volcán, reduciendo su temperatura my poco a poco, año tras año. El coste del proyecto de esta central térmica sería de unos 2.980 millones de euros.

Ganamos todos

Obviamente, la central sólo utilizaría una pequeñísima fracción del poder del supervolcán pero sería suficiente, afirman los científicos de la NASA, para producir energía para millones de hogares en los Estados Unidos con un coste de sólo 0,086 euros por kilovatio hora (la media de lo que pagamos en España es de unos 0,253 euros por kilovatio hora).

placeholder El volcán Fagradalsfjall en Islandia el pasado 24 de mayo. La isla depende de centrales geotérmicas pero no todos sus volcanes están intervenidos como en el plan de la NASA.
El volcán Fagradalsfjall en Islandia el pasado 24 de mayo. La isla depende de centrales geotérmicas pero no todos sus volcanes están intervenidos como en el plan de la NASA.

Según los expertos, este método enfriaría el magma a razón de un metro por año, con lo que se “tardarían decenas de miles de años en hacer que sólo quedara roca sólida”. Pero ése no sería el objetivo de esta obra de ingeniería. El objetivo es evitar un apocalipsis planetario. Y si con ello se consigue generar electricidad barata para millones de personas, mejor. El único problema es que, aunque si alguna empresa norteamericana y el gobierno norteamericano construyera esta central, todavía nos quedarían 19 supervolcanes con los que lidiar. Y muchos otros, como el de La Palma, que podrían beneficiarse de obras a menor escala para evitar desastres como los actuales.

El comité de defensa planetaria de la NASA está más preocupado con que la erupción de un supervolcán acabe con la humanidad que con la llegada de un asteroide destructor. Pero tiene un plan para evitarlo. Uno que es eminentemente práctico y que posiblemente hubiera evitado la erupción de La Palma y cualquier otra.

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